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Repsol condiciona hasta 3.000 millones en inversiones en España a cambios en el "impuestazo" a las energéticas
El 60% de las inversiones hasta 2027 tendrá por destino la Península Ibérica, mientras que Estados Unidos supondrá el 25%
Repsol advirtió a finales de 2023 de que ante la intención del Gobierno de mantener el impuesto extraordinario a las energéticas, se plantearía llevarse fuera de España inversiones por valor de 1.500 millones de euros. Tras presentar este jueves la Actualización Estratégica 2024-2027, la compañía condiciona inversiones netas de entre 5.500 y 6.800 millones de euros de negocio industrial a la evolución del marco regulatorio y fiscal en España, un toque de atención al Gobierno en relación con el "impuestazo".
Concretamente de sus siete complejos industriales en el mundo, seis de ellos están ubicados en la Península Ibérica y estima que su transformación para ser punteros y desarrollar productos de bajas emisiones, como los combustibles renovables, el hidrógeno renovable y el biometano, requerirán inversiones netas en un rango de entre 2.000 y 3.000 millones de euros, que estarán condicionadas por la regulación y la fiscalidad en el país.
En los próximos cuatro años, la compañía contempla unas inversiones netas de entre 16.000 y 19.000 millones de euros, que se modularán en función del escenario macroeconómico, la evolución de la tecnología, la regulación, la madurez de los proyectos y el avance en la rotación de activos y las desinversiones previstas. La Península Ibérica concentrará el 60% del total, mientras que Estados Unidos el 25%, siendo los dos grandes focos geográficos del grupo. De esta forma, Repsol acelera su plan inversor para los próximos años, ya que en el último preveía unas inversiones de 19.300 millones de euros, aunque en un periodo de cinco años (2021-2025). Tan solo en 2024, la inversión neta prevista por la compañía se sitúa alrededor de los 5.000 millones de euros.
“Durante los próximos cuatro años mantendremos la misma estrategia que presentamos en nuestro plan anterior para afrontar la transición energética y apostaremos por todas las energías que satisfagan las necesidades de nuestros clientes. Estamos convencidos de que esta aproximación, en la que la descarbonización es una oportunidad atractiva para crear valor, crecer y ser rentables, es la más adecuada para nosotros”, explica el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.
A lo largo del periodo 2024-2027, la compañía presidida por Antonio Brufau invertirá entre 3.000 y 4.000 millones de euros netos para desarrollar de forma orgánica su cartera de proyectos y alcanzar entre 9.000 y 10.000 MW de capacidad instalada en 2027. El 50% estará en la Península Ibérica y un 30%, en Estados Unidos, tras consolidar el 'pipeline' de Hecate y de ConnectGen.
Aumento de la retribución a sus accionistas
Este esfuerzo inversor se verá acompañado de una rentabilidad garantizada para su accionista, con una retribución de 10.000 millones de euros hasta 2027, a través del pago del dividendo en efectivo –4.600 millones de euros– y de la continuidad en los programas de recompra de acciones durante el periodo –unos 5.400 millones de euros– según la actualización del plan estratégico presentado por la compañía.
Este aumento de la retribución a sus más de 520.000 accionistas y de las inversiones hasta 2027 se sustentará por una sólida generación de flujo de caja operativa, que ascenderá hasta 29.000 millones de euros en el conjunto de los cuatro años, y en el bajo nivel de endeudamiento de la compañía, que se cifra en 2.096 millones de euros a cierre de 2023 –6,7% sobre el capital empleado–.
Las inversiones en iniciativas bajas en carbono del grupo seguirán ganando peso dentro de la transformación de la empresa y representarán un 35% del total. Además, la compañía también seguirá su escalada en el negocio de electricidad y gas y aspira a duplicar en 2027 su cifra de clientes hasta los cuatro millones.
Asimismo, Repsol ha anunciado un incremento de aproximadamente un 30% del dividendo en efectivo, hasta 0,9 euros por acción, repartiendo 1.095 millones de euros. Para los siguientes tres años, el compromiso es incrementar un 3% anual esta cantidad total, hasta 1.197 millones de euros en 2027.
Apuesta por el biometano e hidrógeno renovable
"El biometano y el hidrógeno renovable serán también importantes para la descarbonización de los complejos industriales de Repsol, usándolos como materia prima para producir combustibles renovables y otros productos descarbonizados", explica la compañía en un comunicado.
Así, la compañía, la mayor productora y consumidora de hidrógeno de la Península, prevé alcanzar una producción equivalente de hasta 700 megavatios (MW) en 2027 y un máximo de 2.400 MW en 2030. Para ello, instalará electrolizadores en sus cinco centros industriales de España.
En biometano, se prevé alcanzar entre 1,3 teravatios hora (TWh) y 1,5 TWh en 2027. El objetivo de Repsol es alcanzar una capacidad total de producción de combustibles renovables, incluyendo hidrógeno renovable y biometano, de entre 1,5 y 1,7 millones de toneladas en 2027 y hasta 2,7 millones en 2030 en la Península Ibérica y en Estados Unidos.
Además de su plataforma en la Península Ibérica, la energética explora oportunidades para desarrollar iniciativas industriales bajas en carbono en otros mercados atractivos donde pueda aprovechar su experiencia y trayectoria, como Estados Unidos.
Así, las inversiones en iniciativas bajas en carbono del grupo seguirán ganando peso dentro de la transformación de la empresa y representarán un 35% del total.
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