Mercado laboral

El SMI supone ya más del 70% del sueldo medio de las pymes y es el más costoso de la UE

El Gobierno ha elevado los costes laborales del salario mínimo -medido en cotizaciones sociales con el PIB por ocupado- seis puntos por encima de la media de la UE, lo que ha impedido la creación de 350.000 puestos de trabajo en las micropymes

MADRID, 10/02/2025.-La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, interviene en el acto de la firma del acuerdo con los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente, para la subida del salario mínimo interprofesional en 50 euros brutos mensuales en 2025, que será aprobada el martes en Consejo de Ministros, este lunes en Madrid.- EFE/ Sergio Pérez
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, durante la firma del acuerdo de subida del salario mínimoSERGIO PEREZAgencia EFE

El Gobierno seguirá incrementando la presión sobre los costes laborales de los empresarios «este año y el siguiente y el siguiente y el siguiente». Así lo advirtió este fin de semana el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, que afirmó que continuará subiendo el salario mínimo interprofesional (SMI) hasta el final de la legislatura. Una situación que está poniendo en una situación límite las finanzas y la capacidad de aguante de las empresas más pequeñas, que suponen más del 90% del tejido empresarial en España. El último incremento, hasta 1.184 euros, aprobado en el último Consejo de Ministros sitúa ya el incremento acumulado desde 2018 –cuando Sánchez formó su primer Gobierno– en el 60,9%. Este despegue exponencial ha impactado de lleno en las pymes, las más afectadas por estos continuos incrementos del SMI. Así, este nuevo aumento sitúa ya el salario mínimo, en términos netos, en el 70% de la remuneración media de la jornada completa de estas empresas.

Así lo determina el último estudio de salarios publicado por Cepyme, que constata que la subida del salario mínimo en estos últimos siete años se ha producido mientras los demás costes que afectan a las empresas –ya sean insumos, energía o servicios– también han despegado significativamente. Además, reseña que la subida del SMI ha superado con creces el incremento de las ventas de las pymes, lo que supone un presión adicional sobre los márgenes empresariales, que «limita la capacidad de inversión y reduce la solvencia de las pequeñas empresas», apunta la patronal. A ello se añade que los costes laborales suben proporcionalmente más porque la productividad es más baja. La media por ocupado en el último trimestre de 2024 fue un 2,3% inferior a la de cinco años antes.

Menos creación de empleo

Los analistas de Cepyme explican que esto se ha producido porque «se ha debilitado la creación de empleo» en las microempresas que, de haber continuado con la tendencia que mostraban hasta 2018, «hoy deberían contar con unos 350.000 asalariados más».

También señala que las últimas subidas del salario mínimo han impactado en la conformación de los salarios en las empresas. «Se ha observado un desplazamiento ascendente en las tablas salariales de muchas compañías, incidiendo en mayor medida en los tramos inferiores. Al comprimirse la pirámide salarial, el plus de remuneración de los puestos con algún grado de responsabilidad disminuye, creando situaciones de insatisfacción por cuestiones ajenas a la empresa». La consecuencia directa es que estos incrementos han influido en la negociación colectiva, «dejando obsoletos muchos convenios en vigor e interfiriendo además en muchas de las 4.500 mesas de negociación colectiva que están conformadas en España», apuntan.

En el mismo sentido, la patronal de las pymes cree que el aumento del SMI crea «una homogeneidad retributiva que es artificial, en la medida que no tienen en cuenta las diferencias de productividad entre territorios, sectores y tamaños de empresa». Recuerda que la productividad de las empresas más pequeñas es menos de la mitad que la de las compañías de más de 250 empleados, una diferencia que alcanza cotas mayores en algunos sectores y territorios. Esto implica que «cualquier incremento del salario mínimo afecta de forma distinta a los márgenes y la rentabilidad de las empresas, y, por tanto, incide en mayor medida en las de menor tamaño», denuncia, una situación que el nuevo incremento del SMI viene a agravar.

SMI
SMIT. GallardoLa Razón

Especial impacto ha tenido en sectores en los que predominan las microempresas, en los que el aumento del salario mínimo «ha sido desproporcionado en relación con la evolución de las ventas». Las empresas de tamaño más reducido tienden a tener una productividad relativa más baja, por lo que sus salarios también son menores. En el caso del comercio y la hostelería correspondiente a bares o restaurantes con un solo establecimiento, el SMI se incrementó desde 2018 casi el doble que las ventas del comercio minorista y más de tres veces que las ventas de las tiendas, bares o restaurantes con un solo establecimiento. Por tanto, para Cepyme, «promover una subida del SMI sin considerar la evolución de las ventas de las empresas empleadoras, conlleva una menor rentabilidad y debilita la capacidad de inversión y creación de empleo que podría derivar en la inviabilidad de algunos negocios».

Con las últimas subidas aprobadas, si se compara el salario mínimo de cada país –incluyendo las cotizaciones sociales a cargo del empleador– con el PIB por ocupado –como medida de la productividad general–, España se sitúa en el tercer puesto de la relación más alta, de 29,4%. Eso supera en más de seis puntos porcentuales la media de la UE, que es de 23,1%. Sin embargo, el incremento del SMI hasta los 1.184 euros llevaría esa relación hasta el 30,7%, la mayor en Europa. Y este incremento del salario mínimo se ha producido pese a que la productividad cayó un 2,7% entre 2018 y 2024, frente a un incremento medio para el resto de esos países del 4,7%. El salario mínimo rebasa ya el 60% de la remuneración media de jornada completa en 42 provincias y en 13 autonomías, ha crecido el triple que los precios desde 2018 y su evolución está por encima del valor de las de ventas.

El informe también señala que en las micropymes el peso del salario mínimo es mucho mayor y se ha acentuado progresivamente. Entre 2018 y 2022, de media, el SMI ha exigido un esfuerzo adicional a las empresas más pequeñas que llega casi al 30% y ha presionado fuertemente al alza sus costes laborales, elevando «el coste efectivo para el empresario hasta un 75% superior al SMI.