Comisión Europea

Ursula von der Leyen: la Comisión soy yo

La alemana es la que manda, con su escaso grupo de estrechos colaborades. Y los demás, incluida Teresa Ribera, mandarán por delegación de la presidenta y de su todopoderoso jefe de Gabinete

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der LeyenJULIEN WARNANDAgencia EFE

El estribillo de la jota de la Tía Melitona reza así: “Úrsula, ¿qué estás haciendo, que te estamos esperando?; Úrsula, ¿qué estás haciendo tanto tiempo en la cocina?: estoy pelando las patas de esta maldita gallina”. Dudo mucho que Úrsula von der Leyen, a pesar de su gran amor a la música, conozca esta pieza tradicional castellana, que refleja lo que ha pasado durante las últimas semanas en la formación de la Comisión Europea.

Primero, la alemana se ha hecho esperar, la verdad es que no tanto porque haya querido ella, sino porque algunos Estados miembros se lo han puesto difícil a cuenta de la paridad entre hombres y mujeres y por cambios de última hora. En segundo lugar, ella se ha encerrado en la cocina y allí ha estado con su equipo más cercano pelando las patas de esa gallina con muchas plumas en la que se ha convertido la nueva Comisión Europea. Aunque más bien ha salido un gallinero, eso sí con un gallo al frente, que es la amiga Úrsula, la que de verdad va a mandar. Y si, tenemos en cuenta lo que ha sucedido en los últimos cinco años en Bruselas y la forma de trabajar de la teutona, rodeada siempre de su círculo más íntimo, la que seguirá partiendo el bacalao es ella, la amiga Úrsula. Y creo que eso no se ha destacado lo suficiente, enredados aquí en si Teresa Ribera pinta más o menos. Hay que desengañarse, la que manda en la Comisión es Úrsula von der Leyen con su escaso grupo de estrechos colaborades. Y los demás comisarios, aunque sean vicepresidentes ejecutivos, incluida Teresa Ribera, mandarán por delegación de la alemana y de su todopoderoso jefe de Gabinete.

Guste o no guste, Úrsula bien podría salir a la palestra para gritar “la Comisión soy yo”. Dejado claro lo anterior, punto fundamental donde los haya, el resto del Colegio de Comisarios que ha formado, serán gallos o gallinas con más o menos prestancia, pero de segundo nivel, incluida Ribera. Suponiendo que esta última pase el examen del Parlamento Europeo (lo de su marido va a dar mucho juego en Bruselas), tocará comprobar cómo se entiende la española con von der Leyen y su equipo, que, insisto, lo han mandado todo y continuarán haciéndolo.