Opinión

(Ex) vendedores de crecepelo

Los datos sin maquillajes son incontestables: España es el penúltimo país en recuperarse de la pandemia, va camino de un cuarto de siglo perdido y acumula unos 3,5 millones de ciudadanos sin trabajar

Carteles de la anterior campaña del PSOE en Ferraz
Carteles de la anterior campaña del PSOE en FerrazlarazonDavid Jar

Se está extendiendo el mantra, en el más que esperado requiebro del «sanchismo» por rotar ahora de la extrema izquierda al centro, de que el Gobierno no ha sabido vender sus logros y que en la campaña electoral socialista se debe recuperar cierta cuota económica, sin aturullar tampoco al personal. ¿Para qué? Para dejar los presuntos logros sociales y los discursos más extremos a Sumar y sus aliados y disputarle al PP el centro, o al menos lo que se pueda recuperar de él tras las elecciones locales y autonómicas del 28-M.

Sin embargo, por mucho que Pedro Sánchez saque de su chistera sin fondo una rebaja impositiva colosal, cosa de la que es capaz con tal de seguir en La Moncloa y tarifarnos luego lo restado por otro lado, el PSOE va a tener muy complicado vender ningún logro económico.

Los españoles somos hoy los penúltimos en recuperarnos de la pandemia, a un peldaño de la cola que ocupan los checos. Además, la cosa aún está por confirmarse, pese a que las previsiones del INE y del Banco de España apuntan a que es un hecho que estaría sucediendo en este mismo momento.

La cuestión es que, después de la crisis financiera, la de deuda y la pandémica, los españoles van camino de un cuarto de siglo perdido, con un nivel de PIB per cápita que aún hoy estaría por debajo del de 2007. La recuperación del nivel de riqueza que tantos sacrificios costaron y que se alcanzó en 2016 se hundió irremediablemente con Sánchez, por su nefasta gestión de la pandemia.

Los hechos son incontestables, como lo es que cada dato que se ofrece desde el Gobierno debe ponerse en cuarentena. Ya sean las cifras de desempleo, donde a la espera de que se faciliten los datos de fijos discontinuos, a no mucho tardar pues se acerca la mejor época de activación laboral del año, el número total de desempleados ronda los 3,5 millones.

Y luego están los trucos de prestidigitación de José Luis Escrivá, desmontados, una vez más, por la institución que él mismo dirigía antes de ser ministro y de la que ahora echa pestes. Porque el independiente es él, no la Airef.

Pues nada, sigan vendiendo sus logros económicos, que los electores no ven por ningún lado, y pasen a engrosar las listas de fijos discontinuos con el «ex» por delante.