Puntazo
El populismo sin fronteras...
Décadas de políticas inadecuadas, falsamente progresistas y humanitarias, provocan reacciones de miedo entre las poblaciones de acogida.
A ambos lados del Atlántico gana terreno la percepción social que considera un grave problema, origen de diversos males, la presión migratoria sobre los países occidentales. Décadas de políticas inadecuadas, falsamente progresistas y humanitarias, provocan reacciones de miedo entre unas poblaciones de acogida que atribuyen a los extranjeros en general la escasez y alto coste de la vivienda, la depauperación de los salarios, el deterioro de los servicios públicos y el aumento de la inseguridad, y reclaman mano dura a sus gobiernos. Por supuesto, en este campo, el populismo es transversal y, así, Trump estudia en Estados Unidos eliminar el «derecho de suelo», consustancial a la historia de su país, que otorga la nacionalidad automáticamente, y el primer ministro inglés, el laborista Starmer, como Giorgia Meloni, propone campos exteriores de deportación. Hasta que se vuelva a necesitar mano de obra.