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Sergio Gutiérrez, economista, sobre el mercado inmobiliario: “Quieren prohibir el alquiler de habitaciones”

El plan del Ejecutivo para prohibir el alquiler de habitaciones en 2026 en las zonas más tensionadas ha encendido todas las alarmas en el sector inmobiliario, que advierte de una "catástrofe" para el acceso a la vivienda

La revolución de la vivienda
La revolución de la viviendaLa revolución de la vivienda

En lugar de prohibir, regular. Esta es la propuesta que emerge como alternativa a una posible restricción del alquiler de habitaciones en las principales ciudades españolas. La idea pasa por establecer un marco de regulación específico que, mediante un sistema de licencias, permita a la administración controlar esta actividad sin suprimirla del mercado. Este control se centraría en garantizar unas condiciones dignas en las viviendas compartidas, exigiendo requisitos como un tamaño mínimo para los dormitorios o la provisión de servicios básicos adecuados para los inquilinos.

Detrás de esta propuesta se encuentra el experto inmobiliario Sergio Gutiérrez, cuyo planteamiento busca ofrecer una vía más constructiva y eficaz frente a lo que considera una medida drástica y contraproducente por parte del Ejecutivo. Su análisis se basa en la necesidad de equilibrar la protección de los arrendatarios con la viabilidad de una opción de vivienda que se ha vuelto fundamental para miles de personas ante la escalada de precios del mercado inmobiliario.

De hecho, la advertencia del especialista pone el foco en los supuestos planes del Gobierno para limitar o incluso erradicar esta modalidad de arrendamiento a partir del año 2026 en las denominadas zonas tensionadas. "Quieren prohibir el alquiler de habitaciones", ha denunciado Gutiérrez en su cuenta de TikTok, una afirmación que ha encendido las alarmas en un sector ya de por sí muy tensionado.

El fantasma de una catástrofe en el mercado del alquiler

Asimismo, para Gutiérrez, suprimir esta opción del mercado sería un varapalo directo para muchos ciudadanos, calificando la posible medida como una auténtica "catástrofe". Sostiene que una prohibición de este tipo agravaría todavía más la crisis habitacional que atraviesa España al eliminar una de las alternativas más económicas disponibles. Este movimiento reduciría la oferta y aumentaría la presión sobre el resto de alquileres.

En definitiva, la encrucijada que se dibuja en el horizonte es clara. Por un lado, la posible eliminación de una de las pocas válvulas de escape para quienes no pueden acceder a una vivienda completa. Por otro, la propuesta de una regulación que aspire a controlar la actividad sin aniquilarla, buscando proteger a los inquilinos y mantener a flote una opción de acceso a la vivienda cada vez más necesaria en el país.