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Antonio Pastor: “La agricultura 4.0 es una revolución que integra tecnologías avanzadas con la inteligencia artificial, drones y sensores”
Hablamos con Antonio Pastor, CEO de Prismab y descubrimos qué es la agricultura 4.0 y como está puede ayudar a hacer un uso más responsable y productivo de los recursos naturales.
Aunque, en ocasiones, puede parecer que se trata de dos sectores totalmente antagónicos, lo cierto es que la tecnología y la agricultura han estrechado interesantes lazos en las últimas décadas. La digitalización del campo es ya una realidad y desde startups como Prismab lo llevan a cabo.
La agricultura no vive ajena a los nuevos cambios tecnológicos, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de agricultura 4.0?
La agricultura 4.0 es una revolución en el campo que integra tecnologías avanzadas como el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial, drones, sensores, y análisis de datos para optimizar todos los aspectos de la agricultura. Esto significa mayor eficiencia en el uso de recursos, como agua y energía, y un monitoreo preciso de las condiciones de los cultivos, lo que permite anticiparse a problemas y mejorar la calidad y cantidad de la producción. Estamos hablando de una agricultura más inteligente, sostenible y productiva, adaptada a los desafíos del siglo XXI.
La incorporación de sensores o transmisores de última generación ayudan sobremanera a un sector, el de la agricultura, que aún se muestra reticente en la incorporación de nuevos dispositivos pero que, sin embargo, los necesita con un futuro repletos de retos por delante, ¿verdad?
Absolutamente, la adopción de sensores es crucial para modernizar la agricultura. A pesar de cierta reticencia inicial, estos dispositivos son esenciales para afrontar los retos futuros, como la necesidad de aumentar la producción de alimentos de manera sostenible ante una población mundial en crecimiento y el cambio climático.
Estos sensores permiten a los agricultores monitorear con precisión factores como la humedad del suelo, nutrientes, condiciones climáticas y la salud de los cultivos, lo que facilita la toma de decisiones informadas y reduce el desperdicio de recursos. En última instancia, la tecnología no solo incrementa la eficiencia y productividad, sino que también ayuda a proteger el medio ambiente.
La escasez del agua y su uso inteligente es uno de los grandes desafíos en el campo, ¿es la tecnología una buena aliada para su control?
Absolutamente, la tecnología es una aliada fundamental para el uso inteligente del agua en la agricultura, especialmente frente a la creciente preocupación por la escasez de agua. Utilizando tecnologías como sensores de humedad del suelo, sistemas automatizados de riego y modelos predictivos basados en datos meteorológicos e inteligencia artificial, los agricultores pueden optimizar el uso del agua. Esto significa regar en el momento adecuado, con la cantidad precisa y solo donde es necesario, reduciendo así el desperdicio y aumentando la eficiencia del agua.
Estas tecnologías no solo mejoran la sostenibilidad del recurso hídrico, sino que también ayudan a mantener la salud y el rendimiento de los cultivos, lo que es esencial en un contexto de desafíos climáticos y ambientales.
Prismab como sistema de gestión agronómica mediante sensores autoinstalables conectados a internet y capaz de permitir la monitorizar parámetros agronómicos y ambientales, ¿qué otras ventajas ofrece a las empresas del sector?
Desde el inicio, nuestra misión como compañía fue la de dar al agricultor las herramientas que necesita para luchar en igualdad de condiciones contra los grandes productores y para hacer frente a los retos que están llegando ya. En tan sólo 5 minutos cualquier agricultor podría desplegar su propia red de sensores sin depender de nadie más y comenzar a medir los factores que disparan la productividad y calidad de un cultivo.
¿Cúales son actualmente las principales tecnologías que hoy están disponibles al alcance del agricultor?
Actualmente, las más importantes son las que tienen que ver con la gestión del agua. Y aquí entramos con sensores que miden la cantidad de agua retenida en el suelo, sistemas para cuantificar el consumo de agua y el agua embalsada para proyectar los riegos de la temporada, sistemas de drones y satélites para tener información a gran escala del cultivo y sistemas inteligentes del riego mediante ordenadores que se conectan a la información que proveen los anteriores sistemas.
Por ejemplo, no queremos regar cuando sabemos que mañana va a llover ¿verdad?. En ese caso, sería inteligente posponer el riego y esperar a ver cuánta agua se recogió por el pluviómetro digital de nuestra finca y comprobar cuánta agua en el suelo hay para ajustar el riego en base a las nuevas condiciones.
¿En qué consisten los drones autónomos y cuál es su función?
Los drones autónomos son vehículos aéreos no tripulados equipados con tecnología que les permite volar y realizar tareas sin intervención humana directa. Estos drones son programados para seguir rutas específicas y llevar a cabo diversas funciones clave en la agricultura como análisis de cultivos, aplicación de fertilizantes o detección de plagas
La tecnología es la aliada perfecta para reducir el impacto medioambiental…
Efectivamente, el reto será alimentar a más de 10.000 millones de personas para el año 2050 utilizando los mismos recursos y afrontando además los retos climáticos que vendrán. ¿Lo más emocionante? ser eficiente, optimizar los recursos no sólo es bueno para el planeta sino también muy lucrativo para la cuenta de resultados del agricultor.
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