Investidura de Pedro Sánchez

Sánchez calla ante la ofensa de Bildu al Rey y a la Transición

La portavoz abertzale califica a Felipe VI de «antidemocrático» y carga contra la Constitución

Con Bildu llegó la bronca. Más fortalecidos que nunca, por el hecho de haberse constituido por primera vez como grupo propio y por ser decisivos en el futuro de la gobernabilidad de España, la marca abertzale en el Congreso reventó ayer la segunda parte del pleno de investidura de Pedro Sánchez. Lo hizo su portavoz, Mertxe Aizpurua, en primer lugar, dejando claro al candidato socialista que su permanencia en La Moncloa depende exclusivamente de la voluntad de la izquierda independentista, y, en segundo termino, con durísimos ataques dirigidos contra el Rey, la Transición y el sistema democrático español. No encontró la portavoz de Bildu respuesta a sus acusaciones en la intervención del candidato del PSOE. Fueron el líder del PP, Pablo Casado; el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros; y el diputado de Ciudadanos Edmundo Bal los encargados de replicar. «Vosotros nos matabais a nosotros», recriminó Casado desde su escaño a la diputada de Bildu.

Estos tres representantes de la oposición se vieron obligados a ello tras unos momentos de enorme tensión en el hemiciclo. La intervención de Aizpurua fue interrumpida en varias ocasiones cuando desde las bancadas del PP y de Vox se profirieron gritos de «¡Fuera, fuera!», «terroristas» y «asesinos». Uno de esos momentos llegó después de que Aizpurua mencionase a Arnaldo Otegi y los «injustos años que pasó en prisión» el ex líder de Batasuna: «Recuerdo la invitación que Arnaldo Otegi hizo a los compañeros de Unidas Podemos tras más de seis años injustos en prisión. Si surge una oportunidad de que el Estado se democratice, la izquierda independentista colaborará. Si no es posible, os invitamos a que os suméis a los procesos democratizadores de nuestras naciones».

Aplaudida por su grupo y por los diputados de ERC, Aizpurua cargó también contra la Transición, «que convirtió de la noche a la mañana a franquistas en demócratas», y contra Felipe VI por su discurso el 3 de octubre en mitad del desafío independentista catalán: «El monarca apostó por una contrarreforma antidemocrática», señaló. Ante ninguna de estas ofensas el candidato socialista, Pedro Sanchez, respondió. El presidente en funciones se limitó a señalar que «no hay vascos buenos y vascos malos» y agradeció a los abertzales su abstención para que haya Gobierno en España, tras ofrecerse a mejorar el autogobierno del País Vasco. Precisamente al silencio de Sánchez se refirió Casado nada más terminar el debate entre el líder socialista y la diputada de Bildu: «Es escandaloso que no haya defendido al Rey ni a la Constitución ni a las víctimas. Acabo de escuchar la intervención más nauseabunda que he oído jamás en este hemiciclo. Es intolerable». Hubo más gestos de repulsa a lo sucedido: Santiago Abascal y dos diputados de Vox, víctimas de ETA, habían abandonado el Salón de Plenos; Adolfo Suárez Illana (PP), secretario del Congreso, dio la espalda a la diputada Aizpurua durante toda su intervención. Frente a ello, la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, evitó reprochar a Aizpurua sus palabras.

Pero no todo fueron ataques a España en el discurso de Bildu. También hubo tiempo para chantajear a Sánchez y advertirle de su debilidad y de su dependencia de los partidos independentistas: «Usted no puede formar gobierno sin las izquierdas soberanistas. No hay modelo democrático avanzado sin los independentistas. Usted no quería depender de las izquierdas independentistas y eso no es posible a no ser que vaya de la mano de la extrema derecha. Sin nuestros votos y sin atender la demanda de nuestras naciones no habrá agenda de progreso». Tras recordarle que desaprovechó una «oportunidad histórica» tras el 28-A, le reprochó que «su apuesta original» fuera pactar con la derecha. «Las viejas naciones de Cataluña, Galicia y Euskal Herria demostraron», a juicio de Aizpurua, el «error de cálculo» de Sánchez y dieron el 10-N más apoyo asoberanismo.

Al margen de presumir de su capacidad para sostener o tumbar al Gobierno, Aizpurua no desperdició la ocasión de subrayar que gracias a ellos el PSOE ha logrado, por ejemplo, conseguir el Gobierno Foral de Navarra: «Recordamos que EH Bildu ha hecho posible que María Chivite sea presidenta y que hicimos posibles que salieran adelante los “decretos sociales” de su Gobierno». Entre las demandas que Bildu puso ayer de nuevo encima de la mesa, destacó la necesidad de aplicar «unos cambios en la política penitenciaria que la rescaten de arbitrariedad y de la venganza y la hagan democrática». A su juicio, sólo el acercamiento de presos pondrá fin a «una injusticia de crueldad extrema». También reclamó poder discutir en esta legislatura en torno al derecho de autodeterminación: «Los vascos llevamos apelando nuestro derecho a decidir y que el Gobierno cumpla los pactos que suscribe. España siempre teme a las urnas».