Casa Real
Jurar o prometer ante “el ciudadano Borbón”
Iglesias y los futuros ministros del partido morado han hecho bandera del republicanismo en el pasado
Aunque se trate de una formalidad, Pedro Sánchez comenzó su nuevo mandato como Presidente del Gobierno hasta el momento en el que prometió lealtad al Rey y a la Constitución en el palacio de la Zarzuela ante el Jefe de Estado, Felipe VI poco minutos después de las 11:00 de ayer. Técnicamente lo que había hasta ese momento era la confianza del Congreso de los Diputados, pero es prerrogativa del Rey nombrar a la persona que llevará el timón del poder Ejecutivo del Estado durante esta legislatura, llena como pocas antes de incógnitas y cuya longitud vendrá determinada por los intereses electorales (y separatistas) de Unidas Podemos y Esquerra Republicana.
Sánchez hizo historia en su primera visita a Zarzuela para prometer su cargo en junio de 2018. En aquella ocasión fue el primer presidente desde la Transición que accedió a su cargo no a través de unas elecciones generales sino gracias al éxito en una moción de censura contra quien las había ganado, Mariano Rajoy. También fue el primero en prometer su cargo de manera completamente aconfesional, es decir, sin el tradicional crucifijo y las Sagradas Escrituras presentes en Zarzuela en el momento de efectuar el juramento o la promesa. Así fue ayer también.
Tras la lectura del Real Decreto en el que el Jefe de Estado le nombraba presidente, Sánchez prometió «por su conciencia y honor» cumplir y hacer cumplir la Constitución «con lealtad al Rey». Una vez cumplidas las formalidades, y antes de que los reporteros que cubren habitualmente los actos de la agenda pública del Rey salieran del salón de Audiencias, Sánchez y el Rey comenzaron una conversación informal que se convirtió en la anécdota del día. Sánchez comentó en tono jocoso: «Ocho meses para 10 segundos». «Rápido simple y sin dolor... el dolor viene después», le contestó el Rey asimismo en tono distendido.
Sin embargo hay otro aspecto en el que el presidente socialista hizo historia ayer: Sánchez es el primer jefe de un Gobierno de coalición que, también por primera vez incluirá a un partido de extrema izquierda ampliamente considerado como «antisistema» hasta hace apenas unos meses. Además, entre los cinco ministros de Unidas Podemos se dará cabida a líderes políticos que han hecho bandera de su republicanismo y, todos ellos, son partidarios de superar aspectos fundamentales de nuestro ordenamiento jurídico y de la Constitución, señaladamente el papel que ésta le concede a la Corona.
A partir de este momento tendrá lugar el proceso de formación de Gobierno, un paso que Pedro Sánchez se está tomando con calma. Será la semana que viene cuando se empiece a conocer la composición de el nuevo gabinete ministerial aunque la presencia de los miembros de Unidas Podemos que formaran parte de él ya fue filtrada de manera unilateral por el partido de Iglesias durante la semana de la investidura.
Entre los futuros ministros de Sánchez estará Irene Montero que nunca ha ocultado su fervor republicano. Varios mensajes en Twitter corroboran este extremo como, por ejemplo: «Felipe no serás Rey que llegan nuestros recortes y serán con guillotina» o «Felipe no serás Rey y todos los borbones a los tiburones». Aunque lo cierto es que estos ardorosos y juveniles ex abruptos fueron publicados antes de que Montero estuviera en la primera línea de la política (concretamente en 2013) y serían, en principio, impensables hoy en día, lo cierto es que uno de los principales portavoces de Unidas Podemos –Alberto Garzón, de Izquierda Unida– ha hecho de los ataques a la Corona poco menos que su seña de identidad política hasta el punto de referirse sistemáticamente a Felipe Vi como «ciudadano Borbón»... ¿prometerá Garzón cumplir y hacer cumplir la Constitución «con lealtad al ciudadano Borbón»? Como ya se apuntó fue Pedro Sánchez el que mandó el crucifijo y la Biblia a la historia al prometer en su cargo en 2018 con lo que por el lado de la separación entre Iglesia y Estado no debería haber problemas pero en cuanto a la fórmula del juramento o promesa podría haber innovaciones, o al menos a ello apunta la creatividad, no exenta de momentos de elevado lirismo, con el que los diputados de la extrema izquierda salpimientan su promesas durante la sesión de Constitución del Congreso de los Diputados. El futuro vicepresidente del Gobierno no es una excepción en lo que ataques a la Monarquía se refiere. En el programa de Podemos se aboga por acabar con el privilegio legal del Rey y por crear una comisión para investigar los «negocios de la Monarquía».
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