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Oriol Junqueras

Junqueras sale de prisión e intentará hacer campaña

«Semilibertad» a las 72 horas del multitudinario mitin de Puigdemont en Perpiñán El ex vicepresident dará clases en la universidad y aspira a ser candidato de Esquerra

Oriol Junqueras, recibido por los alumnos del campus de Manresa de la Universidad de Vic,en una imagen de archivo. Quique GarcíaEFE

Oriol Junqueras copó ayer todo el protagonismo político en Cataluña al estrenar la «semilibertad» –como adelantó este diario– gracias a la aplicación del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, una vía que le dará mucha más visibilidad en plena carrera electoral y con Carles Puigdemont envalentonado. El líder de ERC no pierde la esperanza de ser candidato y el partido está trabajando para lograrlo a través de los tribunales europeos. No obstante, son conscientes de que las posibilidades son cada vez más estrechas, pero también creen que el paso de ayer refuerza a Esquerra, que encabeza todas las encuestas, pero puede volver a acusar la ausencia de Junqueras como en las elecciones de 2017, cuando JxCat y Puigdemont aprovecharon esa circunstancia para remontar y vencer.

Ahora, Junqueras tendrá mayor proyección y tanto Esquerra como su defensa están explorando qué margen de acción tiene. Sobre todo, porque en caso de que finalmente no pueda liderar la lista electoral, tratarán de que intervenga en la campaña electoral. Por el momento, por prudencia, descartan que participe en actos de partido y se centrará exclusivamente en su actividad en la Universidad de Vic (Barcelona), donde impartirá clases en el campus de Manresa. Allí, ayer la expectación era alta, aunque Junqueras optó por la discreción. Al entrar al edificio, los alumnos aguardaban, entre aplausos, con sus teléfonos móviles prestos para captar la entrada del ex vicepresidente de la Generalitat, que acumula 853 días en prisión tras ser condenado a 13 años por sedición. Junqueras saludó a su paso, pero no se detuvo –tampoco puede atender a los medios de comunicación–, ya que está muy limitado al ser un preso y, una vez en el interior del edificio, apenas se movió: de hecho, comió en su propio despacho un bocadillo de «bacon con queso» y no fue al comedor.

En su despacho se puso de inmediato a trabajar y preparar las clases que impartirá sobre Historia del Pensamiento –es licenciado en Historia Moderna y Contemporánea y doctor en Historia del Pensamiento Económico–. No empezará a darlas hasta después de Semana Santa. También hizo ayer uso del ordenador y de internet tras largos meses sin acceso –está vetado en prisión–: tanto tiempo que no pudo evitar recurrir a la ironía: «No sé qué es Google», bromeó. El campus de Manresa está a cinco kilómetros de Lledoners.

Junqueras podrá salir de prisión lunes, martes y jueves durante seis horas para impartir las clases. El líder de Esquerra puede trabajar en la Universidad de Vic porque es oficialmente privada –no puede desempeñar ninguna actividad en el sector público–, aunque recibe subvenciones –que suponen, según el propio centro, el 2,31 por ciento de los ingresos–. La consellera de Justicia, Ester Capella, salió ayer al paso de cualquier crítica contra la gestión que está haciendo la Generalitat de los presos independentistas y aseguró que «las cosas» se están haciendo «bien». Hasta ahora, cuatro meses y medio después de que se publicara la sentencia, siete de los nueve encarcelados ya han accedido a la «semilibertad».

En cualquier caso, el trabajo en la universidad permite a Junqueras dejar atrás un régimen totalmente cerrado y tomar vuelo de cara a las elecciones catalanas. El ex vicepresidente prefiere optar por la prudencia y no se aventura a exceder los límites impuestos. De hecho, ayer, nada más llegar al centro, pidió a los alumnos «normalidad». También es cierto que se abre la posibilidad de que pueda tener mayor capacidad de expresión y proyección que en la prisión, aunque no alcanzará el margen de acción de Puigdemont.

La salida de prisión se produce 72 horas después del multitudinario mitin del ex president en Perpiñán (Francia), que ha dejado un largo eco en la política catalana. Gabriel Rufián replicó ayer al ex president y su tono beligerante, advirtiendo de que el independentismo debe ampliar la base y no centrarse en el aplauso «fácil» de los convencidos: «Está muy bien que te aplaudan en Perpiñán, pero el reto es que te aplaudan en Cornellà, en Santa Coloma o en Sabadell».

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