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Tedax y coach, ante el coronavirus: “Confiar en la buena suerte es una temeridad”

Julio de la Iglesia es especialista en la gestión del miedo y asegura que el pánico irracional provoca actitudes y comportamientos egoístas: “Estamos fuera de control”.

Julio de la Iglesia, Tedax y coach ejecutivo de gestión del miedo
Julio de la Iglesia, Tedax y coach ejecutivo de gestión del miedoLa Razón

Tiene como lema “el miedo es de valientes", ese valor con el que luchan ahora los soldados de batas blancas ante un enemigo invisible que mata. El temor es “inevitable”, pero asegura que superarlo “es una decisión”. Julio de la Iglesia, Tédax y coach ejecutivo, especialista en gestión del miedo, se ha enfrentado a muchos “cables rojos” y recuerda que esta batalla hay que lucharla “unidos”.

-Dicen que hay que cortar "la transmisión del pánico”. ¿Cómo se consigue?

-No alimentando al miedo. Si quieres controlar la situación, tienes que controlar tus pensamientos, coloca un centinela en tu cerebro que permita pasar los pensamientos enfocados en las soluciones.Donde pones tu atención, es tu elección. ¿Dónde la quieres poner? ¿En el problema o en la solución? Y siendo conscientes del efecto que pueden producir nuestras palabras y actos en nuestro círculo más cercano. Tener miedo no puede ser la excusa perfecta, ni quejarnos la solución.

Estamos ante un reto que exige una determinación y una meta precisa. Como planteó en su discurso como primer ministro Winston Churchill al pueblo británico: ¿Quieren saber cuál es nuestra meta? Respondo con una sola palabra: La victoria. Victoria a toda costa. Victoria, aunque el camino sea largo y duro; porque sin victoria no hay supervivencia.

-¿Qué diferencia hay entre autoprotección y miedo?

-El miedo tiene una función principal, y es, mantenernos vivos, a salvo de todo peligro real o imaginario. El miedo es una respuesta emocional ante un peligro. La autoprotección es una acción en contra del riesgo y del miedo. Lo contrario del miedo es la seguridad. Autoprotegiéndonos ganamos en seguridad y reducimos el miedo.

-¿Qué consecuencias puede traer un pánico irracional?

-Actitudes y comportamientos egoístas. Estamos fuera de control. Se nos ha desbocado la imaginación con pensamientos apocalípticos y nuestra respuesta es irracional.

-¿El miedo es una ventaja o desventaja?

-Es una ventaja cuando nos avisa de un peligro, cuando nos recuerda que no tenemos que salir de casa, que nos tenemos que proteger y mantener distancia. Es una desventaja cuando lo dejamos pasar a nuestra casa y contamina todos los minutos del día impidiéndonos valorar lo positivo.

-¿Cómo hay que afrontarlo?

-Como escribió el psiquiatra Victor Frankl: “Cuando no podemos cambiar una situación, solo queda cambiar nosotros mismos”. Tenemos que aceptar que nuestra realidad ha cambiado. No hay vuelta atrás. ¿Qué harías si fueses un experto? ¿Qué le dirías a tu mejor amigo si te pidiese consejo ante el desafío al que tú te enfrentas? Nos han dicho que no podemos hacer nada fuera de casa. Y desde ahí, ¿qué acciones concretas vas a llevar a cabo para seguir sano y productivo?

¿Cómo combatimos el miedo al contagio?
-Lo contrario al miedo es la seguridad así que con protección. Con protocolos de actuación que nos garanticen que si estamos en contacto con él, no nos entrará en el cuerpo, que se quedará en el guante, en la mascarilla que tiraré...

-¿Qué hacer con los negacionistas que le restan importancia, o que se van a pueblos y playas, o se quejan?

-La ignorancia es muy atrevida y ante el miedo muchas personas deciden confiar en la buena suerte. Confiar en la buena suerte es una temeridad, un salto en la oscuridad. Hay que informarles claramente del peligro para ellos y para la comunidad si desobedecen las normas de seguridad. En estos momentos lo que toca es coraje, responsabilidad y solidaridad.

Nuestra casa, nuestro castillo

-¿Se afronta mejor el miedo en casa?

-Nuestra casa debería de ser nuestro castillo. Seguramente todo lo que hacemos en la vida es para defender lo que tenemos en casa. Una zona segura a salvo del virus y donde poder reencontrarnos con nosotros mismos y con nuestros seres queridos. Debemos anticipar y consensuar acuerdos de paz para cuando surja el conflicto y establecer tareas comunes y un espacio para la soledad. Siempre esperamos al fin de semana, a las vacaciones para leer, escribir, ver nuestra serie favorita, escuchar música, ordenar, levantarnos sin prisa, saborear el desayuno y tener todo el día para nosotros. Ese momento ha llegado.

-El miedo cunde en las empresas ante un desastre económico por culpa del coronavirus. ¿Se puede transformar en fortaleza?

-Cada uno de nosotros tenemos la obligación de ejercer un autoliderazgo valiente para que nuestro ejemplo inspire a otros. Transmitir a nuestros equipos un mensaje que despierte el sentido del deber, que levante la moral y que les llene de esperanza. Estamos ante una oportunidad quizás única de crear equipos desde la adversidad, de aumentar nuestra capacidad de autogestión, de dar ejemplo a nuestros hijos de coraje y responsabilidad. Las empresas que decidan competir, en vez de ganar, perderán.Solo sobrevivirán a esta pandemia las que cuenten con profesionales decididos a darlo todo desde casa, sin el control de sus jefes y con la convicción de que la supervivencia de su trabajo y el éxito de su empresa va a depender de que cada uno de nosotros ejerzamos el 100% de nuestra responsabilidad.

-Dicen que cada crisis es una oportunidad. ¿Cuál ve aquí?

-Valoraremos todo aquello que creíamos que era gratis… La salud, los abrazos, los besos, la familia, la amistad, el trabajo y saldremos siendo mejores personas, más responsables, solidarios, valientes y felices de seguir vivos, para defender y valorar la vida en toda su grandeza.