Terrorismo

Troitiño, de “profesión” asesino de guardias civiles

Sólo en dos atentados cometidos en Madrid, causó la muerte de 17 agentes

Antonio Trotiño tras ser puesto en libertad en 2011, al serle aplicada con error la sentencia europea sobre la Doctrina Parot
Antonio Trotiño tras ser puesto en libertad en 2011, al serle aplicada con error la sentencia europea sobre la Doctrina Parotlarazon

Los hermanos Domingo y Antonio Troitiño Arranz son el ejemplo de los que emigraron al País Vasco y, para hacerse más vascos que los vascos, no se les ocurrió mejor idea que meterse en el mundo proetarra y, después, en la propia banda terrorista, el primero en el “comando Barcelona” y el segundo, en el “Madrid”. Antes, habían pasado por otras células, en las que habían perpetrado acciones criminales.

Estos sujetos, nacidos en la población palentina de Tariego de Cerrato, no querían ser encuadrados dentro del grupo de los “maketos” (inmigrantes) y demostrar su afinidad con lo que creían, dentro de su ignorancia (convertida en criminal con el paso del tiempo) que ETA representaba a los vascos.

Hoy se ha anunciado que Antonio va a ser puesto en libertad por una “enfermedad grave e incurable”. Cuando mataba no estaba enfermo, sino que era un “gudari” (soldado vasco), pero la cárcel, la realidad que se merecía por el terrible daño causado, le ha hecho, por lo visto, perder la salud, como a otros tantos españoles (como él, aunque no le guste) que sufren dolencias similares a la suya. Los que no van a recobrarla son las personas, en su mayoría guardias civiles, que fueron asesinados por él y sus compinches.

Antonio Troitiño fue excarcelado en 2011 por un error judicial al serle aplicada la sentencia europea contra la “doctrina Parot”. Se dio prisa en desaparecer y no fue arrestado de nuevo hasta que fue localizado en Londres tres años después.

Formaba parte de una «reserva especial» de ETA y, de hecho, llevaba documentación falsa. Este tipo de papeles (disponía de seis DNI, dos carnets de conducir y tarjetas sanitarias) sólo son facilitados por la banda a aquellos individuos que siguen vinculados a la misma, que tienen un cierto grado de responsabilidad en la organización criminal y con los que cuentan para futuras actividades.

El arresto de Troitiño, gracias a una minuciosa operación de la Comisaria General de Información (CGI) de la Policía, fue posible gracias la orden de la Audiencia Nacional.

Se puede decir, con todo el respeto para las víctimas de este sujeto, que su “profesión” principal fue la de asesinar guardias civiles cuando pertenecía al “comando Madrid”.

Según su propio relato: el 25 de abril de 1986, se produjo el atentado de la calle Juan Bravo, con el balance de cinco agentes de la Benemérita muertos. Troitiño se lo contó a la Policía con toda la frialdad propia de un terrorista: «Esta información la teníamos de la campaña anterior. Para llevar a cabo la acción nos dividimos por parejas; cuando comprobamos que el Jeep pasaba por allí todos los días a la misma hora, en el piso de la calle Carranza 11, los miembros del “comando” decidimos cometer el atentado. Estaban presentes en esta decisión los miembros de la infraestructura ilegal, entre ellos Inés del Río Prada, “Nieves”. Para realizar la acción, preparamos un Seat 124 con tres ollas de explosivo y tornillería para aumentar los efectos mortíferos del material explosivo. Una vez preparado, le colocamos las placas de matrícula que habíamos cogido de un coche abandonado. El día elegido para el atentado, salimos del piso de la calle Carranza armados con pistolas y una granada, como era habitual en nuestros movimientos por Madrid. Aparcamos el Seat 124 cargado de explosivos al lado de un hospital por donde tenía que pasar, sobre las 7:30 de la mañana, el coche de la Guardia Civil. Una vez allí, nos colocamos en una calle paralela a la izquierda de Juan Bravo y me coloqué en un lugar estratégico de una plaza desde donde tenía visión directa del Seat 124. Cuando el Jeep pasó a la altura del 124, no tuve más que accionar el mando para provocar la explosión».

El 14 de julio de ese mismo año, el atentado contra la Guardia Civil fue perpetrado en la Plaza de la República Dominicana, con el balance de 12 agentes asesinados: «La información para este atentado, dijo Troitiño, la obtuvimos durante unas vigilancias que hicimos sobre el Parque de Automovilismo de la Guardia Civil. Después de comprobar la información durante unos cinco días, labor en la que nos ayudó “Nieves”, decidimos que ya podíamos llevar a cabo el atentado. La furgoneta que cargamos de explosivo la había comprado Iñaki (de Juana Chaos) en el Rastro y la preparamos. La acción se planeó en la calle Carranza en presencia de “Nieves”».

El día del atentado aparcamos en el lugar donde la noche anterior habíamos dejado un Citroën BX. Yo me coloqué en una parada de autobús próxima con visión directa para accionar el mando a distancia en el momento en que el autobús pasara a la altura de la furgoneta».

«Una vez que se produjo la explosión, nos trasladamos en un R-18 a las proximidades del garaje de Sambara, desde donde me dirigí al piso de Ricardo Ortiz e Iñaki hizo lo mismo después de entregarle el coche a “Nieves”, que lo metió en el garaje».

La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) ha publicado un tweet en el que señala que “instamos, encarecidamente, a que por las mismas razones humanitarias (por las que ha sido puesto en libertad), no nos hagan cruzarnos con él; ni a nosotros ni a sus víctimas. No sólo los asesinos tienen derechos”,