Entrevista

Jaime Mayor Oreja: «La autodeterminación exige que no haya presos en las cárceles vascas y catalanas»

El exministro del Interior destaca que “la cesión de prisiones es un avance más del frente popular”

Entrevista a Jaime Mayor Oreja.
Entrevista a Jaime Mayor Oreja.Jesús G. FeriaLa Razon

Advirtió hace ya nueve años de que el «fin de ETA» no era tal, sino el preludio de un desafio «brutal» de la banda para lograr sus fines desde las instituciones. Con la transferencia de las cárceles al Gobierno vasco avisa de lo que ahora está por venir.

–¿Qué supone la cesión de prisiones al País Vasco?

–Es un paso más en un proceso, no es una casualidad. Es un proceso que ha derivado en un frente popular en España, que tiene ahora dificultades por un error del frente que demuestra que no es imbatible: la moción de Murcia que luego repercutió en Madrid. Pero no constituye su desaparición y, lo que continúa, es un proceso de ruptura. El traspaso de esta competencia tiene mucha importancia para quienes coolideran el frente popular: los nacionalistas vascos y catalanes. Es un paso relevante que lo único que confirma es la existencia de ese proceso.

–El PNV no quería la gestión de las cárceles cuando ETA asesinaba. ¿Por qué ahora?

–Nunca quisieron las prisiones, los presos de ETA no eran lo más relevante ni para los nacionalistas vascos, ni para la banda. Fundamentalmente ahora necesitaban esa transferencia para confirmar el éxito del proceso y se traduce en poder para el nacionalismo y para la ruptura. Sin embargo; en un momento determinado, no hicieron especial presión con ello. No hay que olvidar que Otegi ha sido reelegido hace dos días como coordinador general de EH Bildu. Con ello, han presentado una alternativa al PNV; igual que en Cataluña, donde ERC va a gobernar y tratará de buscar un frente de izquierdas. Es un ejemplo más de que ese proceso continúa. Y para ello, necesitan tener cierta capacidad de decisión sobre los presos, tanto de ETA como de Cataluña. Van en esa dirección. Lo que sí se puede producir es un aumento de la tensión entre PNV y ETA. Eso es lo que está en juego en estos momentos en el País Vasco: o ETA o el Partido Nacionalista.

–¿Existe riesgo de que esta transferencia se convierta en un «traje a medida» para los presos de la banda terrorista?

–Es seguro. El proceso de autodeterminación exige que no haya presos prácticamente ni de ETA ni de ERC. Es poder para el frente. ERC y ETA son protagonistas de ese frente popular, pero el PNV, no. Y eso, puede provocar cierta tensión en el frente. Al final, el nacionalismo en su conjunto necesita que no haya presos en la cárcel. Esta reivindicación es un elemento previo con el que van a buscar la autodeterminación. Ellos siempre han querido el poder en las prisiones, pero no es su objetivo final, porque éste es la autodeterminación, tanto del País Vasco como de Cataluña. Todo lo que sea dar poder al conjunto del nacionalismo es favorecer el avance de esa autodeterminación.

–Iceta ha dicho que había que desvincular las transferencias con un supuesto «peaje» del PSOE por los apoyos de investidura ¿Se lo cree?

–Es un pago al frente popular. Lo que pasa que en el País Vasco la alternativa todavía no es ETA, pero llegará. Su objetivo es hacer un frente de izquierdas. Tienen al PNV, que es parte del movimiento nacionalista. La moción de censura de 2018 no estaba basada en la corrupción sino en el frente popular y ahora, van obteniendo réditos de este frente.

–¿Qué cree que es lo siguiente que van a exigir?

–El objetivo fundamental es la aproximación al derecho de la autodeterminación. No estoy dentro del frente, por lo que no sé cómo lo van a ir dosificando. De momento, tienen que superar una crisis que ha supuesto el fracaso del líder de ese frente que es Pedro Sánchez y está en un momento difícil; pero el proceso continúa. La euforia es un mal consejero. Cualquier sentimiento de euforia de los que no estamos por razones obvias en ese frente es absurdo. El frente está ahí, funciona impulsado por País Vasco y Cataluña.

–¿Con la marcha de Pablo Iglesias pierde fuerza ese frente popular?

–Es que nunca han sido protagonistas esenciales de ese frente popular. Podemos ha sido más bien embajador de ERC y de Bildu en el Gobierno de España. Eso es mucho más poderoso que lo que pueda ser una personalidad atípica como la de Iglesias. El frente es mucho más que todo eso, el frente es ruptura, y no solo de la Constitución sino de lo que significa un orden social por otro. Están en esa batalla. Podemos lo que demuestra es que ese frente puede fracasar, pero aún no lo ha hecho. El mejor ejemplo es esta transferencia de prisiones.

–¿El siguiente paso será que todos los presos de ETA estén en las cárceles vascas?

–Sin duda, que la solución sea una realidad para los presos. El objetivo final es demostrar que la política penitenciaria no la define el Gobierno de España sino los nacionalistas. Algunos tuvimos una gran resistencia para que no condicionaran la política penitenciaria, pero es evidente que una vez que haya un proyecto del frente popular influirá en el Gobierno.

–¿Qué margen de maniobra tienen para condicionar esas políticas teniendo la gestión?

–La política penitenciaria siempre te da margen. La gestión de los centros no es indiferente, otra cosa es que en teoría el Gobierno central aún tiene qué decir. Pero el Ejecutivo de España es parte esencial del frente popular con ETA, Bildu y ERC como grandes protagonistas y es evidente que tienen que contar con el PNV. Tenemos que entender que todo esto no es una anécdota, es un paso grave en cuanto al poder del nacionalismo en su conjunto.

–¿En su etapa como ministro del Interior le presionaron para que transfiriera las prisiones?

–No, no de una manera singular. Lo que se presionó, y muchísimo, sobre todo en el secuestro de Ortega Lara fue para que se cambiara la política penitenciaria y que estuviese inspirada por parte del PNV, pero no fue así y esa es la razón por la que tuve que superar una tensión fortísima contra el ministerio, por no hacerlo. Además, entonces, los del PNV eran nuestros socios de investidura, pero dejamos fuera de la negociación todo lo que tenía que ver con prisiones o ETA. No se produjo.

–¿Cuál es el fin último de ese frente popular?

–Cambiar una sociedad por otra, no es solo una modificación constitucional o una destrucción del espíritu constitucional. Al final es sustituir un orden social establecido sobre valores cristianos y, por tanto, crear otro orden social fundamentado en la nada. Por eso, ¿quién está más en la vanguardia? ETA y ERC, más que el PNV. Todo constituye un proceso lógico.