Soberanía

Alhucemas, Chafarinas, Perejil... Estos son los peñones e islotes españoles que Marruecos también reclama

Estos territorios cercanos a la costa marroquí y defendidos cada uno por una treintena de militares han pasado de bases contra la piratería a “cobijo” del narcotráfico y los inmigrantes

De izquierda a derecha y de arriba a abajo, Vélez de la Gomera, Perejil, Alhucemas y Chafarinas
De izquierda a derecha y de arriba a abajo, Vélez de la Gomera, Perejil, Alhucemas y ChafarinasFotoLa Razón

“Las Islas Chafarinas por su situación, distribución y orografía del terreno, son un lugar propicio para el cobijo de embarcaciones destinadas al narcotráfico”. Así se expresaba un informe de 5 de febrero de 2018 del Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla que seguía la pista a un grupo criminal que se servía del abrigo de las tres islas españolas situadas frente a la costa marroquí de Cabo de Aguas. Los agentes explican en el mencionado informe el “modus operandi” de los delincuentes en el archipiélago español: “Una embarcación, procedente de la Península se situó en la cara oeste de la Isla del Rey Francisco, para después posicionarse en la Isla del Congreso, en esta ocasión en la cara oeste”. Esta barcaza se encontraba “en unión de varias embarcaciones de gran eslora, dotadas de potentes motores, sin inscripción alguna de matrícula ni nombre, cada una tripulada por al menos un patrón y cargadas numerosas garrafas de las utilizadas para el almacenaje de combustible”. Este punto cercano a las Chafarinas sirve a los narcos “para resguardarse de los fuertes vientos del oeste”, concluye el oficio policial.

“Hay un origen común del Peñón de Vélez de la Gomera, la Isla de Alhucemas, las Islas de Tierra y Mar y la propia Isla de Alborán. Están relacionadas con el control de la piratería berberisca, y en el contexto histórico de la lucha por el control del Mediterráneo entre el Imperio Otomano y la Monarquía hispánica de Felipe II. Hay que tener en cuenta que muy cerca de Melilla, en la Laguna de Mar Chica, como en La Goleta (Túnez), invernaban las galeras otomanas”, explica el historiador Vicente Moga, residente en Melilla, que se confiesa un “enamorado” de estos islotes: “El caso de Chafarinas es muy distinto, porque ya se ocupan en la época de Isabel II, hacia 1848, y también constituye un pequeño archipiélago”, compuesto por las islas del Congreso, Isabel II y del Rey Francisco.

Narcolancha interceptada por la Guardia Civil cerca de las islas Chafarinas en 2020
Narcolancha interceptada por la Guardia Civil cerca de las islas Chafarinas en 2020larazonEFE

Hoy en día estas plazas de soberanía están controladas por “pequeños destacamentos militares que se van renovando cada cierto tiempo y reciben toda su alimentación y transporte a través de helicóptero”, relata Moga, que completa: “Valor patrimonial natural solo tiene Chafarinas, que está considerada como reserva de caza y en las que se han realizado distintas campañas de prospecciones arqueológicas”.

Vélez y su frontera “surrealista”

Como curiosidad, este profesor de la UNED destaca que, “en realidad, el Peñón de Vélez de la Gomera no es un peñón, porque está unido por un istmo a la costa de Gomara, ya que en realidad esta localidad se llama Gomara y no Gomera. Además, tiene una de las fronteras más surrealistas que yo he visto, porque es un mojón, que está allí en la arena, a unos 25 metros del propio peñón, con la pintura de la bandera española”.

Precisamente este año, 2021, se cumplen 100 años del conocido como Desastre de Annual, una pequeña localidad marroquí situada al Oeste de Melilla. En 1921 miles de españoles perdieron la vida en una lucha contra las “harkas” rifeñas liderada por Abd el-Krim: “La mala administración, gestión y corrupción, militar y política, en el Protectorado conllevó al desastre de Annual, con 10.000 soldados muertos en julio 1921. Y eso, a su vez, deparó en la dictadura de Primo de Rivera (1923), la salida de Alfonso XIII y la instauración de la Segunda República (1931) y el golpe de Estado de Francisco Franco (1936)”, explica el periodista de investigación Antonio Rubio, autor de una tesis sobre los hechos.

Peñón de Vélez de la Gomera
Peñón de Vélez de la GomeraLa RazónLa Razon

Rubio, que es director del Máster en Periodismo de Investigación, Datos, y Visualización de la Universidad Rey Juan Carlos y El Mundo, destaca que hoy España “colabora con los países del Magreb (Marruecos, Argelia, Mauritania y Túnez) policial y judicialmente para prevenir la criminalidad organizada, el tráfico de drogas y personas, y el terrorismo internacional, que es un problema en todo el Mediterráneo”.

Corrupción y tráfico de drogas

Además de estos problemas, en el Magreb también preocupa la corrupción, muchas veces vinculada con el tráfico de estupefacientes. El sumario de una causa judicial la Guardia Civil llegó a grabar el 11 de febrero de 2018 una conversación en “chelja” (el idioma rifeño o bereber) en la que un hombre de Melilla pedía que liberaran a varias personas que habían sido detenidas en sus lanchas, en las que portaban droga, en las inmediaciones de Chafarinas: “¿Y esos han entrado así sin mas, sin negociarlo con nadie? ¿No han pactado con nadie, ¿así nada más? Supongamos que conozca yo a alguien, te refieres a que habrá que sobornar ¿no?”, contestó una persona en Marruecos, que después espetó: “Esperemos que no sea tarde, tendré que saber qué está sucediendo”.

Pero los peñones no son solo un “refugio” para las lanchas que se dedican al narcotráfico con España, sino que también han recibido en los últimos años numerosos inmigrantes de forma irregular. Y la presión migratoria ha obligado al Ejército ha tenido a aumentar su despliegue. Así ocurrió, por ejemplo a principios de junio de 2012, cuando la Comandancia General de Melilla dio la orden al Tercio Gran Capitán I de la Legión, para que se elaborase un estudio con objeto de realizar un despliegue “adicional” en las Islas Chafarinas, con la intención de detectar a la mayor distancia posible la presencia de embarcaciones con inmigrantes y evitar así el acceso de los mismos a dichas Islas.

Inmigrantes trasladados a Melilla tras ser rescatados en las Chafarinas en 2019
Inmigrantes trasladados a Melilla tras ser rescatados en las Chafarinas en 2019F.G. GuerreroEFE

Sin embargo, con refuerzo o sin él estas plazas de soberanía se han convertido en el destino de embarcaciones con inmigrantes, que después son llevados a Ceuta o Melilla, y entregados a Marruecos, que incluso los ha trasladado a Argelia.

En los peñones, los soldados se encargan de funciones de defensa y de seguridad al tener encomendada como misión principal la vigilancia de la zona marítima asignada para detectar a la mayor distancia posible la presencia de embarcaciones con inmigrantes o de barcos pesqueros. También se encargan del mantenimiento de las islas, lo que incluye la realización de trabajos como desbroce de caminos, pintura, albañilería y otros semejantes.

Marruecos los reclama

Y las protegen, entre otros motivos, porque nuestro vecino del sur, Marruecos, lleva décadas reclamando estos enclaves y otro más, el islote de Perejil, famoso por el intento de ocupación por militares marroquíes en 2002, que llegaron incluso a apuntar con sus fusiles y gritar a los guardias civiles que trataban de impedirlo: «Marchaos, esto no es tierra española». «Asaltos» de este tipo se han repetido de forma esporádica en los últimos años, como en 2012, cuando varios miembros del «Comité para la liberación de Ceuta y Melilla» trataron de colocar la bandera de Marruecos en el Peñón de Vélez de la Gomera. Siempre, sin consecuencias ni altercados.

Así que para defender unos territorios que ocupan en su conjunto menos de 1 kilómetro cuadrado, España cuenta con presencia militar permanente en ellos (unos 30 militares), salvo en Perejil. Efectivos de las principales unidades de la Comandancia General de Melilla se despliegan en rotaciones de uno a dos meses para custodiarlos. Todos pertenecen al Ejército de Tierra, pero operativamente dependen del recientemente creado Mando Operativo Terrestre del Mando de Operaciones. Todas estas plazas cuentan con el apoyo logístico tanto de la Compañía de Mar del Ejército en Ceuta como de un Patrullero de la Armada basado en Melilla, además de por los helicópteros del Ejército de Tierra.

Los enclaves

En Vélez de la Gomera, un enclave de poco más de 412 metros de largo por 140 de ancho y 87 de altura, la principal unidad que lo habita es el Grupo de Regulares de Melilla nº52. Situado a 121 kilómetros de Melilla, a 119 de Ceuta y a 151 kilómetros de la Península, son estos militares los únicos que ocupan este pequeño pueblo ubicado en un minúsculo peñón y que llegó a tener 1.000 vecinos.

El mismo número de efectivos se despliega en la isla Isabel II de las Chafarinas, archipiélago que también incluye las islas Congreso y Rey Francisco. Con una extensión total de 0,5 kilómetros cuadrados y situadas a poco más de 3,5 kilómetros de las costas marroquíes, a 45 de Melilla, a 268 de Ceuta y a 168 de la Península, estas islas forman parte de España desde 1848 y llegaron a tener 2.000 habitantes, teatro, casino o iglesia. Pero ahora los únicos que la pisan son los militares, representados por el Tercio «Gran Capitán» 1º de la Legión. Aunque al ser una Zona de Especial Protección para las Aves y Refugio Nacional de Caza, también la visitan científicos con asiduidad.

Territorios españoles
Territorios españolesJosé Luis Montoro

En el caso de Alhucemas, apenas 120 metros separan uno de sus tres islotes (Tierra) de la costa marroquí, aunque el Peñón, el único habitado, dista 600 metros. El tercer islote es el Mar El territorio español más cercano es Melilla, a 86 kilómetros, mientras que de la Península está a unos 160 kilómetros. Bajo soberanía española desde 1673, llegaron a vivir de 400 personas, pero en la actualidad sus únicos pobladores son los miembros del Regimiento Mixto de Artillería nº32.

En los destacamentos, los uniformados se encargan principalmente de protegerlos y mantenerlos, pero también de ayudar a los inmigrantes tratan de alcanzar Europa. Eso sí, con los años la comodidad y habitabilidad ha mejorado. Cada semana suele llegar un helicóptero con alimentos y material necesario, mientras que el agua y el gasoil lo hacen por mar. Y cuentan, entre otros, con desaladoras o con una planta fotovoltáica en Chafarinas.

No aparecen en la Constitución ni sus aguas están delimitadas

Estas islas, peñones o plazas de soberanía pertenecientes a España no aparecen mencionadas en la Constitución Española ni tampoco en el Estatuto de Autonomía de Melilla, que en su artículo 2 establece que “el territorio de la ciudad de Melilla es el comprendido en la delimitación actual de su territorio municipal”, según recuerda un auto de diciembre 2020 de la Audiencia Provincial de Málaga, cuya Sección Séptima tiene sede de Melilla.
En su día el Proyecto de Estatuto de Autonomía, en su artículo 3.1 establecía como ámbito territorial de aplicación que “se extiende el territorio de la comunidad al Peñón de Alhucemas, al Peñón de Vélez de la Gomera y al archipiélago de las Chafarinas formado por las Islas del Congreso, de Isabel II y del Rey Francisco”. Sin embargo, en la redacción aprobada del Estatuto de autonomía desapareció la mención a los peñones e islas y se limita a la ciudad de Melilla.
Además, en 2012 la Asamblea de Melilla rechazó una iniciativa legislativa para incluir las Islas Chafarinas y los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera en el Estatuto de la Ciudad de Melilla.
Por eso las Chafarinas, que se encuentran a 27 millas al este de Melilla, en la vertical del meridiano de Almería, no dependen administrativamente de la Ciudad Autónoma de Melilla sino de la Administración General del Estado, “limitándose la estructura administrativa a la propia de defensa, sin olvidar la protección y conservación del medio ambiente”, prosiguen los jueces.
Sin embargo, los destacamentos de los peñones y las Chafarinas sí están incluidos en la zona militar de Melilla, pero a efectos administrativos y de la demarcación judicial, las llamadas plazas de soberanía no forman parte de Melilla ni del partido judicial de Melilla.
Tampoco las aguas territoriales de estas islas se encuentran delimitadas pues el Decreto 2.510/1.977 de 5 de agosto, el que fijó las líneas de base recta en la costa española, “olvidó delimitar dichas líneas ni tampoco las de Ceuta y Melilla”, destacan los magistrados.