Congreso

Álvarez de Toledo, la diputada menos trabajadora del PP

La ex portavoz parlamentaria solo ha registrado en este curso político 31 preguntas por escrito al Gobierno y ni una sola en comisión ni tampoco oral en el Pleno

Cayetana Álvarez de Toledo
Cayetana Álvarez de ToledoEnric FontcubertaEFE

Si el Grupo Popular hiciera examen de fin de curso a las Señorías que ocupan escaño representando sus siglas, y pusiera notas por el trabajo realizado, el suspenso más alto se lo llevaría la que fuera portavoz en la Cámara Baja hasta el pasado verano Cayetana Álvarez de Toledo. Las cifras del trabajo realizado durante este curso político dejan una estadística en la que Alvarez de Toledo aparece liderando por abajo la lista por su falta de actividad parlamentaria y de compromiso con el grupo que sigue representando.

La diputada popular solo ha registrado 31 preguntas por escrito al Gobierno. Pero en esta desvinculación con el trabajo del grupo parlamentario del que sigue formando parte, que no tiene consecuencias, por cierto, en el sueldo que continúa cobrando, su estadística refleja cero actividad en todos los demás apartados.

Ninguna pregunta en comisión, ningún informe, ninguna proposición no de ley ni en Pleno ni en comisión. Tampoco ninguna pregunta oral en Pleno. En esto ultimo, por ejemplo, tiene que ver mucho su choque con la nueva dirección del grupo popular ya que el protagonismo en Pleno depende de las directrices del mando. Este factor hay que tenerlo en cuenta, pero, en cualquier caso, las notas de fin de curso del Grupo Popular reflejan con claridad que la ex portavoz se ha tomado al pie de la letra la tentación de darse un año sabático a costa del presupuesto público.

El pulso que justificó la decisión de Pablo Casado de forzar su salida se sostuvo en las críticas abiertas de la portavoz a la estrategia de la dirección del partido. Con declaraciones públicas y haciendo gala de una independencia que colocaba por encima de sus obligaciones institucionales como portavoz parlamentaria del partido que representaba.

Meteórico ascenso

Debajo de este motivo oficial había un pozo de malestar y desavenencias acumuladas. Y la decisión de Álvarez de Toledo de cuestionar incluso la autoridad de Casado. Pero el problema no estaba solo con Génova, sino también con el Grupo Parlamentario por su manera de dirigir y repartir papeles en el seno del mismo.

Álvarez de Toledo recuperó la primera línea del PP con la llegada de Casado a la presidencia del partido. La lectura interna es que su meteórico ascenso era un golpe de mano del ex presidente del Gobierno José María Aznar para marcar su espacio en el nuevo PP. Álvarez de Toledo está situada en ese ala dura de PP que simboliza Aznar y, de hecho, ha desarrollado buena parte de su carrera política en el círculo de máxima confianza del ex presidente. Casado llegó a darle la oportunidad de liderar la lista del PP en Cataluña en las últimas elecciones generales, pero su perfil no sirvió para mejorar resultados.

Rajoy también acepto llevarla en sus listas y aquella colaboración terminó en otra dura batalla porque, en un momento de ruptura entre Rajoy y Aznar, la ex portavoz se puso de parte de Aznar. Estamos en la etapa en la que este último no disimulaba su rechazo y desprecio hacia Rajoy cada vez que tenía oportunidad, ya fuera en público o en privado, y Alvarez de Toledo se apuntó a esta corriente. Las elecciones generales de 2008 y la segunda derrota de Rajoy, fueron el principio del proceso del “marianismo” para salvarse a sí mismo a base de cortar la cabeza a todos los representantes que quedaban del “aznarismo” y del PP duro. Aquel P que defendió la teoría de la conspiración el 11-M, y de la que Álvarez de Toledo fue ideóloga.

Sin apoyos en el partido

Sin apoyos en el partido, más allá de sus intentos de aproximación a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la organización popular creen que debería abandonar el escaño dada su desvinculación del proyecto. Pero en la etapa de Rajoy también lo conservó hasta poco antes de que se confirmase que no iba a repetir en las listas.

El balance de actividad parlamentaria del Grupo Popular lo encabezan por arriba Isabel Borrego, María Concepción Gamarra y Eloy Suárez. Con una índice de productividad que supera las dos mil iniciativas. Y compartiendo con la ex portavoz el escalón más bajo está Juan José Matari, uno de los pocos hombres del todopoderoso Javier Arenas que ha aguantado el cambio de ciclo provocado por la sucesión de Rajoy.

Sería toda una sorpresa que Casado volviera a incluir a Alvarez de Toledo en sus listas para las próximas generales. Pero hasta entonces ella tiene la llave de su escaño porque Génova no va a abrir más conflictos con ella para evitar desgaste. Aznar sigue estando de su lado.