La noria

Si al PP le gusta la fruta, al PSOE la gamba

Al Ejecutivo debe estar subiéndole el ácido úrico. Lleva tiempo cojeando como si tuviera un ataque de gota

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IlustraciónPlatónLa Razón

Hay que ver lo que le gustan las gambas a la izquierda en este país. El último ejemplo, el del alcalde de la localidad maña de Aguarón, un pequeño municipio ubicado en la comarca del Campo de Cariñena, con apenas 600 habitantes censados, y que pasará a los anales como "el de la gamba roja". Lucio Cucalón, que así se llama, muy cuco él, se pega unos festines de aúpa. En solo dos comidas se gastó con la Visa del Ayuntamiento para "actos protocolarios" 3.261 y 1.883 euros.

A partir de cien euros el kilo de las de Denia, la Garrucha o Palamós, consideradas las mejores de nuestras lonjas, son muchas gambas. Pero se la pela, la chupa y la rechupetea hasta dejarla seca. Como han quedado las arcas de su Consistorio que, con esos actos protocolarios, ha tenido que invitar a las fiestas a un descendiente de Mr. Marshall. El total de las "dietas" del glotón regidor socialista alcanza los 11.850 euros. Por no hablar de las presuntas irregularidades en una serie de licitaciones a una empresa con la que está vinculado. A su primo segundo, y menos mal que solo era segundo, le entregó 200.000 euros. ¡Alegría! Uy, es verdad, Pilar, que es la líder del partido en Aragón y tendrá algo que decir. Pues parece que no. La oposición la acusa de no estar haciendo nada al respecto y amparar de esta manera la corrupción, protegiendo a Cucalón, que sigue tan tranquilo, dice, porque la federación del Partido Socialista no le ha expulsado y únicamente se ha limitado a una "baja temporal".

Otro al que no echan ni con agua hirviendo del Gobierno es al ministro de Transportes, Óscar Puente, especialista en meter la gamba, y que se está ganando a pulso la salida. Que estamos acostumbrados a sus bravatas e improperios, sí, pero lo de esta semana ha sido pasarse de la raya. Con los incendios no se bromea. Con las personas que pierden sus casas no se hacen chanzas. Con los que ven cómo sus terrenos, que son su medio de vida, son pasto de las llamas, no se guasea. Con los bomberos y miembros de Protección Civil que se están dejando la piel a tiras combatiendo lenguas de fuego, no se chacotea. Con los pobres animales que han quedado calcinados porque no han podido huir, no se hacen chirigotas, y con el daño al medio ambiente y a parajes como el de Las Médulas, Patrimonio de la Humanidad, que tardarán en recuperar su verdor tras quedar teñidos de negro, no se chuflea.

Puente se ha convertido en uno más de esos "haters" que pululan por nuestro universo digital intentando hacer chascarrillos de las desdichas para que les jaleen por su «ingenio» algunos con motes absurdos. Personas aburridas de sus vidas y con el cerebro frito por la canícula que están todo el día pegadas a un móvil creyéndose el summum de la perspicacia y que únicamente se dedican a intoxicar como una gamba en mal estado. Algo que, por cierto, también ha hecho el PSOE, al verse obligado a borrar un tuit con una foto en la que aparecían los populares Rueda, Mañueco y Mazón, y en la que se venía a decir que los tres estaban gozándolo en Cádiz mientras se propagaban por sus comunidades los incendios. Pretendían hacerlas pasar por actuales, cuando en realidad eran del año pasado. Y, para colmo del escarnio, ni siquiera estaban tomadas en las calles de "la Tacita de Plata", sino en Santiago de Compostela.

Los errores, se pagan. Como los está pagando fuera de nuestras fronteras el líder del Ejecutivo, Pedro Sánchez que, por ir de gamba con el todopoderoso presidente norteamericano, no fue convidado a la cita del núcleo duro que lideraba Donald Trump para tomar decisiones acerca de la estrategia de paz en Ucrania ni a la que mantuvieron después los líderes de Alemania, Finlandia, Francia, Polonia e Italia con el resto de colegas para explicarles los prolegómenos de la cumbre entre Estados Unidos y Rusia en Alaska.

Al final le han tenido que colar por la puerta trasera en el encuentro telemático del grupo de países que coordina la respuesta de Occidente a la invasión rusa. Nuestra imagen exterior no puede ser peor. En los últimos tiempos, a nuestro Ejecutivo le está subiendo el ácido úrico y cojea como si padeciera un intenso ataque de gota. Así que, si a los populares le gusta la fruta, a los socialistas les pirran las gambas.