Desafío catalán

García-Page rechaza el trato que Sánchez da a Cataluña: “No puede estar de igual a igual con el Gobierno”

El presidente manchego advierte de que será firme: “Nada que afecte al conjunto del país se puede decidir sin que participemos todos en las decisiones”

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-PageIsabel InfantesEuropa Press

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Pageha dejado clara su postura ante la inminente Mesa de Diálogo entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y el de la Generalitat, y en la que participarán nada menos que seis ministros. Tajante, ha manifestado que “el Gobierno de España nunca puede estar de igual a igual con un gobierno autonómico”.

No es la primera vez que el presidente manchego muestra su contrariedad y su rechazo a que el ejecutivo catalán sea tratado como un “igual” frente al Gobierno de la nación, pero en esta ocasión ha sido más duro. “Se puede dialogar, pero el Gobierno de España no está en igualdad a ningún gobierno autonómico. Ojalá no tenga que pedirle ningún informe al Consejo consultivo sobre el orden constitucional y la igualdad de derechos de todos los españoles. Pero seré firme”, matizaba García-Page durante la toma de posesión del presidente del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha, Javier de Irizar, que ha tenido lugar en las Cortes autonómicas y al que también han acudido el expresidente regional José Bono y el presidente del Parlamento regional, Pablo Bellido, entre otros.

El presidente de Castilla-La Mancha se ha mantenido en sus trece y ha reiterado que “el Gobierno de España, ni el de hoy, ni el de ayer, ni el de mañana puede estar en una situación, nunca, de igual a igual con el Gobierno de Castilla-La Mancha”, en clara alusión al trato que se le da al Gobierno de Pere Aragonés. Y es que, a su juicio, el Govern tiene “las mismas condiciones, la misma competencia legal y el mismo alcance constitucional que los otros gobiernos autonómicos de España, de todos”.

En este sentido, ha asegurado que “nada” que afecte al conjunto del país se puede decidir “sin que participemos todos en las decisiones” y por ello, espera “que se imponga el sentido común”. Y, en definitiva, ha concluido que le parece “estupendo”, “saludable” e incluso “un deber democrático” que “todos hablemos con todos” y mantener la discusión institucional entre los distintos gobiernos pero “sin confundir las cosas”.