Condecoración

Conceden la Cruz de la Orden de Isabel la Católica al teniente que fue agredido en Alsasua

Dicho reconocimiento fue solicitado por “sorpresa” por cinco ayuntamientos de la demarcación en la que presta servicio, en representación de los ciudadanos

Condecoración de la Orden de Isabel la Católica concedida al Teniente Oscar Arenas
Condecoración de la Orden de Isabel la Católica concedida al Teniente Oscar ArenasLa Razón

Tiene ADN de Guardia Civil. Hijo del Cuerpo su vocación está en prestar servicio al ciudadano. El teniente Oscar Arenas, quien fuera agredido en Alsasua, ha recibido, por sorpresa la Cruz de la Orden de Isabel la Católica. El reconocimiento le fue impuesto por su propio padre, ayer, en la festividad del Pilar, patrona del Instituto Armado después de que el alcalde de Sedaví, José Cabanés, uno de los impulsores de la propuesta, anunciara en el acto que se le había concedido tal distinción.

Dicho reconocimiento fue solicitado por los representantes de los cinco ayuntamientos de la demarcación de Alfafar-Catarroja, en Valencia, donde ahora presta servicio. El mayor “honor” para un miembro del Cuerpo es que esta distinción sea solicitada por aquellos por los que el teniente Oscar Arenas se hizo Guardia Civil: los ciudadanos.

Dicha distinción fue solicitada por los cinco ayuntamientos por haber encabezado la coordinación entre policías locales de la demarcación de Sedaví, Alfafar, Benetússer, Massanassa, Catarroja y Albal en los “difíciles y complejos momentos” vividos durante la pandemia “organizando una actuación conjunta policial y de servicio al ciudadano aprovechando todos los medios a su alcance”. Además, destacan su participación en el control e incluso de la realización de servicios de reparto de alimentos o material sanitario a familias desfavorecidas, además de otras labores que ha prestado el puesto en el que presta servicio.

Aunque le habían concedido otras distinciones de policía local, policía nacional o en su día de la Guardia Civil, su madre, Inmaculada Fuentes asegura que “le consta” que la de la Orden de Isabel la Católica “la llevará siempre en un lugar muy especial en su corazón”. Confiesa que es algo que “no se esperaba y le ha pillado por sorpresa” algo que, además, le ha “emocionado” mucho.

El teniente Arenas también ha recibido de sus guardias estos días una placa de agradecimiento “a su entrega sin horarios, incansable labor y a su comportamiento” con sus compañeros. Y es que, el teniente destaca en el puesto por su proximidad al ciudadano pero también con sus compañeros, de hecho, en las fiestas del Pilar y “prepilares” se ha volcado con ellos y las familias organizando todo tipo de actividades, abiertas al pueblo, como ya trató de hacer en su día en el puesto que ocupó en Alsasua.

Orden Isabel la Católica

La Orden de Isabel la Católica fue instituida por el Rey Fernando VII el 14 de marzo de 1815, con la denominación de Real Orden Americana de Isabel la Católica. Actualmente, se rige por el Real Decreto 2395/1998, de 6 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de la Orden de Isabel la Católica, y tiene por objeto “premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la Nación o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la Nación Española con el resto de la Comunidad Internacional”.
Es al ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación a quien le corresponde elevar al Consejo de Ministros la concesión de los grados de Collar y Gran Cruz, y conceder en nombre de Su Majestad el Rey los grados inferiores.

Agresión de Alsasua

El teniente de la Guardia Civil fue agredido en octubre de 2016 por jovenes abertzales cuando estaba en junto a su pareja, un sargento y la pareja de este en un bar del municipio de Alsasua (Navarra). La Audiencia Nacional juzgó a ocho responsables de las lesiones y amenazas en las que los guardias civiles aseguraron que temieron por su vida mientras “recibía patadas y puñetazos por todos lados” con la intención de ”reventarlo”. Como consecuencia de dicha agresión le partieron el tobillo motivo por el que tuvo que ser operado y llevará de por vida una placa y ocho tornillos en el pie.

El Tribunal Supremo rebajó notablemente las condenas a los agresores de los guardias civiles y sus parejas. El motivo principal que esgrimió la Sala fue que no se había constado que hubiese abuso de superioridad. La decisión contó con el voto en contra de dos de los cinco magistrados, quienes defendieron mantener esa agravante de discriminación.

El Tribunal Supremo condenó por tanto a penas de entre 1 año y 6 meses de prisión y 9 años y 6 meses a los 8 acusados por delitos de atentado a agentes de la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y/o amenazas.