Elecciones
Los mayores de 45 decidirán el 13-F
El enorme peso de estos votantes, que son los que están más movilizados, inclina la balanza del lado del bipartidismo: el 70,2% se decanta por PP o PSOE, por el 29,8% del resto de partidos
Las elecciones de hoy en Castilla y León las decidirán los votantes mayores de 45 años por el peso que tienen en el conjunto del electorado. En sus manos están también los efectos de estos comicios en la política nacional, y en el liderazgo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del jefe de la oposición, Pablo Casado. El segmento de 45 a 64 años representa 452.000 votantes; y el de los mayores de 64 años, 377.000.
El enorme peso de estos votantes mayores de 44 años inclina también la balanza del lado del bipartidismo, ya que el 70,2 por ciento se inclina por PP o PSOE, mientras que el resto de partidos deben conformarse con el 29,8 por ciento, de acuerdo los datos de la encuesta de NC Report para La Razón.
Los líderes de todas las fuerzas políticas estarán también hoy muy pendientes de las cifras de participación. Si a mediodía está por debajo del 35 por ciento, esto daría más opciones a la suma de la izquierda. Los votantes mayores de 44 años son los que están más movilizados. La estimación es que podrían representar el 66,7 por ciento del total de los que votarán.
Por provincias, las dos más pobladas, Valladolid y León, suman entre ambas el 40,9 por ciento del censo regional, pero su poder de decisión está limitado por la ley electoral ya que tan solo les atribuye 28 escaños de los 81 en liza.
Es decir, sus procuradores solo representan el 34,6 por ciento de los escaños de las Cortes de Castilla y León. Por contra, es mucho más rentable el voto en la provincia más despoblada, en Soria, que cuenta únicamente con el 3,6 por ciento del censo regional y sus 5 escaños le confieren el 6,2 por ciento de la Asamblea. Junto con la participación, las candidaturas de la España vaciada son hoy otro de los focos de atención por la expectativa generada sobre su crecimiento, y las consecuencias que este hecho, de confirmarse, podría tener en las próximas elecciones generales.
Hay una tercera variable, la de los indecisos: el CIS preelectoral elevaba la cifra hasta el 26,9 por ciento, de los que, como siempre ocurre, una gran parte no acudirá finalmente a votar.
Por géneros, hay más mujeres, el 30,6 por ciento, que hombres, el 23 por ciento. En número de censados, serían 327.000 mujeres que se manifiestan indecisas y 236.000 hombres. Es una diferencia muy grande teniendo en cuenta el equilibrio entre el número de hombres y de mujeres que hay en la comunidad autónoma, 1.024.000 varones y 1.070.000 mujeres. Con respecto al perfil de edad del votante indeciso, la tendencia general confirma que disminuye su porcentaje a medida que crece la edad. La mayor bolsa de indecisión está entre los más jóvenes, los que cuentan entre 18 y 24 años, y la menor, entre los mayores de 64 años. La mayor parte de estos indecisos toman su decisión en la última semana de campaña. Por colores políticos, el 18,7 por ciento declaraba dudar entre PSOE y Unidas Podemos; mientras que el 14,8 por ciento reconocía no haberse decidido todavía entre el PP y el PSOE. En su conjunto, la izquierda tiene una bolsa de indecisos de 78.858 votantes, y 62.412 están en la de la derecha.
En todo caso, las elecciones de hoy tienen más valor en clave de reordenación del voto dentro del bloque de la derecha que en lo que se juega en el ajuste de fuerzas en la izquierda.
Al menos las encuestas han situado ahí todas las expectativas por el duro pulso que anuncian entre PP y Vox. La fuerza de Vox decidirá las elecciones de Andalucía y afectará también a la proyección de Pablo Casado y a las decisiones que tome el presidente del PP a nivel nacional.
No habrá mayor problema si la disputa electoral se zanja con una mayoría lo suficientemente amplia por parte del PP como para que le baste con una abstención de Vox, y su apoyo externo, para investir a Alfonso Fernández Mañueco de nuevo como presidente. Si Vox supera el umbral de los 10 escaños, Santiago Abascal tendrá que tomar una decisión estratégica sobre el uso que hace de sus votos, que condicionará también a futuro sus posibilidades con respecto a La Moncloa.
Así, en Castilla y León se resolverá el interrogante sobre si en este nuevo ciclo electoral Vox sigue apostando por llegar virgen a las elecciones generales, en lo que afecta a ocupar poder institucional, o si, por el contrario, opta por mandar a su electorado el mensaje de que sus votos pueden convertirse ya en poder ejecutivo.
Ésta ha sido una campaña extraordinaria por salirse, debido al anticipo de su fecha, del carril de la serie general de las autonómicas, y por el alcance nacional que ha tomado. De hecho, el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno, será uno de los primeros en analizar los resultados de esta noche para decidir si convoca sus elecciones en primavera o si, por el contrario, apura hasta otoño. Con Vox crecido, y en medio de una farragosa negociación postelectoral en Castilla y León, salvo que la mayoría del PP sea amplia, «el sentido común aconseja a no hacer más mudanzas», según comentan en las filas populares. Donde tienen que estar también pendientes de qué ocurre con Ciudadanos, que se vuelve una vez más a jugar su ser o no ser. De ser socio de coalición a tener como mucho un procurador, pero que podría ser decisivo.
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