Estrategia en Génova
El resultado de Mañueco en Castilla y León no condicionará a Moreno en Andalucía
Juan Manuel Moreno desvincula el resultado del domingo de su decisión de convocar elecciones, que adoptará en clave regional
Los efectos de las elecciones en Castilla y León, anticipados sobre la fecha en la que deberían celebrarse, planean sobre la agenda del PP para los próximos meses, con los comicios andaluces en el horizonte. Y el guion escrito desde Génova, que planteaba una secuencia de elecciones favorables a los intereses de Pablo Casado, además de congreso nacional del partido antes de agosto se cuestiona por el ruido de los sondeos. En Génova no obstante esperan un buen resultado, y creen que la siguiente cita con las urnas debería celebrarse cuando más convenga. El partido en Andalucía no se dejará marcar los tiempos. «Las elecciones las decidiremos aquí y la campaña también». El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, apuesta por desvincular el desenlace del domingo respecto a su decisión de convocatoria a las urnas, que adoptará en clave regional.
El PP espera el domingo obtener unos números, como sucedió en Madrid, que le permitan gobernar en solitario. Sin embargo, empiezan a moverse voces que plantean que la hoja de ruta inicial con la que contaban en Génova deberá ser modulada si el candidato en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, tuviera que negociar su investidura con Vox. La idea era conseguir una mayoría absoluta o, al menos, una mayoría lo suficientemente amplia como para que el PP pudiera gobernar por sí solo en esta comunidad autónoma, igual que consiguió hacerlo Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Las encuestas coinciden en anunciar que el PP arrancó con mucha fuerza tras la disolución de la legislatura, pero las perspectivas han variado según avanzaba la campaña. Si las estimaciones que proyecta la demoscopia, con Vox alrededor de los 10-12 procuradores, se cumplen, esto podría tener consecuencias a nivel nacional en la estrategia del partido. Mañueco tendría que negociar su investidura, sin que la opción de la repetición electoral sea vista dentro del PP como una salida viable. Y los dirigentes de más peso del PP, nacionales y autonómicos, consideran no apropiado ir a elecciones en Andalucía en ese contexto, cuando todavía pesan las restricciones de la pandemia y en un momento en el que la sequía amenaza con convertirse en un importante problema económico para la región. El presidente de la Junta de Andalucía se ha resistido hasta ahora a dejar que le marquen la agenda desde Madrid, ni en clave de partido ni en los tiempos electorales. Sí ha dejado ver que el bloqueo de Vox y PSOE en la Cámara andaluza le iban a obligar a convocar antes de tiempo las urnas para que los andaluces no fuesen rehenes de ese bloqueo.
Pero el resultado del 13-F será estudiado para tomar nota sobre los aciertos y errores que hayan podido cometer en un anticipo electoral que también en Castilla y León se justificó en la falta de apoyos. Aunque en este último caso se rompió la coalición con Ciudadanos, mientras que en Andalucía ésta sigue funcionando.
La idea de que utilizar estas elecciones como catalizador para blanquear el acuerdo con Vox, y preparar así el terreno a Pablo Casadoen su carrera hacia La Moncloa tampoco se ha construido con eficacia por la decisión estratégica de la dirección de marcar una línea roja a este partido, negándose a ver viable un pacto al que no tendrán más remedio que someterse si así lo deciden las elecciones.
En ese sentido, justo ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, defendió un Gobierno en solitario, pero en contra de la posición de otros argumentarios del partido ella optó por ser directa. Con realismo, abrió la puerta al entendimiento con Vox, igual que ella busca esos acercamiento en Madrid, para construir políticas dentro de lo que une a los dos partidos.
La campaña en Castilla y León la han controlado desde Génova, como ocurrió en Cataluña. En este último caso, el mal resultado electoral obligó a Casado a buscar como escudo lo que en el PP llaman «la dimisión de la sede» porque fue el momento en el que anunciaron la puesta en venta del edificio por estar manchada por los casos de corrupción que afectaron al PP en etapas anteriores.
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