Terrorismo

“Ternera”, de no haberlo evitado la Guardia Civil, habría sido uno de los negociadores con el Gobierno de Sánchez

Un informe del Servicio de Información de la Benemérita (SIGC) dio origen a las peticiones de cárcel que hoy se han conocido

Jose Antonio Urrutikoetxea Bengoechea, "Josu Ternera"
Jose Antonio Urrutikoetxea Bengoechea, "Josu Ternera"YOAN VALATAgencia EFE

Es, de alguna manera, el principio del final, al menos desde el punto de vista judicial, de una terrible tragedia, de un crimen horripilante, cometido por ETA con saña, a conciencia de que entre las víctimas iba a haber mujeres y niños. La culpa no era de los terroristas, por supuesto, ni de su presunto inductor, José Antonio Urriticoechea, “Josu Ternera”, sino de los guardias civiles por cometer el terrible “delito” de vivir con sus familias.

Fue el Servicio de Información de la Benemérita, el temido y eficaz SIGC, el que elaboró un informe impecable, restando muchas horas de sueño, (en el que muy pocos creían al principio) que permitió al Tribunal Supremo (“Ternera” era persona aforada) citarle a declarar. En vez de acudir, y demostrar su inocencia de los cargos que se le imputaban, huyó; él sabrá por qué, pero alguien se lo va a preguntar en el juicio al que se tendrá que someter.

Después de muchos años de huida (en los que llegó a ser negociador con el Gobierno socialista) fue localizado precisamente por el SIGC y detenido por la Policía francesa.

Pero éste no es el asunto de este comentario. Cuando los agentes del citado servicio ya trabajaban en el referido informe, Urruticoechea junto a Arnaldo Otegui eran las caras visibles, los jefes, del entramado político de ETA en la legalidad. Se les veía sonrientes, sentados en la bancada del Parlamento vasco, y decían defender los “derechos humanos”

¿Se imaginan que el informe no hubiera prosperado y el terrorista hubiera seguido al frente de dicho entramado junto a Otegui?. ¿Quién hubiera negociado con el Gobierno de Sánchez asuntos como el de los presos y el apoyo a la investidura del actual presidente del Gobierno?, por citar sólo un par de temas. Han acertado, “Ternera”, junto a Otegui y los demás de la cuadrilla de lo que ahora se llama Sortu, Bildu; antes Batasuna, Bateragune, Partido Comunista de los Trabajadores Vascos, Herri Batasuna o como se quisieron denominar en cada momento, según sus conveniencias.

Así de claro. Por más que lo niegue, Urruticoechea ha sido uno de los cabecillas de referencia de ETA a lo largo de su siniestra historia. Hace años, cuando algún preso se ponía díscolo y no acataba las órdenes de la “dirección”, le decían: “esto lo va a saber Josu” y cuentan que el recluso se ponía pálido. A lo peeor, con el paso del tiempo, hasta se había sentado en el Congreso de los Diputados.

La escena, y ya son muchas las que tienen que aguantar las víctimas, hubiera sido lacerante: el supuesto inductor de la masacre de Zaragoza exponiendo sus exigencias al Gobierno socialista. Es verdad que lo hizo en la clandestinidad, en Suiza y los intento en Noruega, pero no es lo mismo; y eso se lo debemos a aquel trabajo inicial del SIGC.

Los “txakurras” (perros, como los llamaba ETA) de verde, evitaron, sin saberlo, una escena, una más, de las que tiene que vivir la sociedad española. Los del entramado están en su papel, pero que el partido de Pablo Iglesias (el fundador, no se equivoquen), Felipe González, Fernando Múgica, Fernando Buesa y tantos otros, va a quedar retratado en la historia de España. Al menos, la Guardia Civil les ha evitado la ignominia de que en la mesa también estuviera sentado el supuesto inductor del atentado contra la casa cuartel de la Benemérita en la capital maña. Recuerden la imagen de los niños asesinados en aquel atentado.