Recuerdo
Un documental rinde homenaje a los escoltas víctimas del terrorismo
Bajo el título “Las buenas sombras”, la Fundación Pro Derechos Humanos Miguel Ángel Blanco rescata del olvido a los asesinados por ETA cuando cumplían servicio en su labor de proteger
La Comunidad de Madrid ha acogido la presentación de un documental sobre escoltas que fueron víctimas de violencia terrorista, especialmente de la banda ETA, que, bajo el título Las buenas sombras, los escoltas frente al terrorismo, rinde homenaje a los policías, guardias civiles, ertzainas y militares, además de otros profesionales del sector privado, que “dieron sus vidas” por defender a personas amenazadas.
La cinta se ha presentado en el Instituto de Formación Integral en Seguridad y Emergencias (Ifise), en un acto en el que ha participado el consejero madrileño de Presidencia, Justicia e Interior, Enrique López, y la presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco, Marimar Blanco, ya que el documental ha sido elaborado por la Fundación Pro Derechos Humanos Miguel Ángel Blanco (FMAB).
Desde la consejería explicaron que el trabajo cuenta con once testimonios “desgarradores” que “sobrecogen” y ayudan a “despertar conciencias, para que no se olvide nunca la barbarie cometida por ETA o el Grapo”. Para ello, se narra la historia de diversos profesionales que fueron víctimas de violencia terrorista, mientras se recuerda y homenajea a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y, especialmente, a quienes se dedican a proteger a otras personas como lo fueron políticos, empresarios, jueces, periodistas, cientos de personas que vivieron sin libertad durante décadas. Recuerda así a aquellos nombres olvidados en las páginas de los periódicos y cuya labor no ha sido suficientemente reconocida.
Las buenas sombras, los escoltas frente al terrorismo está dirigido por Felipe Hernández Cava y es el tercero de los documentales elaborados por la FMAB, tras el de Nacional Uno -sobre el primer asesinato de ETA, el del guardia civil José Antonio Pardines- y Bajada de bandera -sobre los taxistas asesinados por la banda terrorista-, la Fundación se ha propuesto realizar este tercer trabajo para relatar la gran contribución que los escoltas de todos los cuerpos policiales, militares y también profesionales de seguridad privada han realizado en la protección de objetivos de la banda, a nuestro entender, un trabajo que ha sido poco reconocido y valorado y que ha caído en el olvido.
Escoltas
Entre los escoltas asesinados presentados en el documental están el primero que fue asesinado, el inspector de policía Juan Antonio Bueno Fernández, casado y con dos hijos, que en 1973 desarrollaba esa labor de protección con el presidente del gobierno Luis Carrero Blanco, y que perdió la vida en el atentado en Madrid del 20 de diciembre junto al Almirante y a su conductor, José Luis Pérez Mogena. Juan Antonio fue el primero de los seis policías víctimas mortales de la banda, junto a: Alfredo García González, Antonio Palomo Pérez y Luis Francisco Sanz Flores, solteros los dos primeros y recién casado el segundo, que cayeron el 4 de octubre de 1976 en San Sebastián, mientras custodiaban a Juan María de Araluce, presidente de la Diputación de Guipúzcoa, en un atentado que costó también la vida al político y a su conductor, José María Elicegui.
Los siguientes fueron Antonio Gómez García, casado y con un hijo de tres meses, que fue asesinado junto a su protegido, Enrique Cuesta, delegado de Telefónica, en San Sebastián, el 26 de marzo de 1982; y Jesús Escudero García, casado y con cuatro hijos, que protegía el 30 de octubre del 2000 al magistrado José Francisco de Querol, cuando tuvo lugar en Madrid el atentado que le costó la vida al juez del Tribunal Supremo, al conductor Armando Medina, y a él.
Dos fueron los guardias civiles asesinados mientras desempeñaban similares tareas de protección: Antonio Hernández Fernández-Segura y Ángel Rivera Navarrón, casado y con un hijo de seis meses el primero, soltero el segundo, que el 8 de octubre de 1977 fueron ametrallados en Guernica cuando protegían a Augusto Guillermo Unceta, presidente de la Diputación de Vizcaya, muerto también en el atentado.
Más conocido es el caso del escolta perteneciente a la Ertzaintza Jorge Díez Elorza, soltero, que fue asesinado junto al político socialista Fernando Buesa un 22 de febrero del año 2000 en Vitoria, al pasar ambos caminando junto a un coche-bomba.
Militares asesinados
En cuanto a los militares, dos de ellos cayeron mientras realizaban esas tareas de protección junto a sus mandos: el soldado José Luis Ramírez Villar, soltero, que cumplía el servicio militar, y fue asesinado en el atentado que perseguía acabar con la vida del general del Ejército de Tierra Fernando Esquivias, acaecido en Madrid el 18 de marzo de 1980, en el que él fue la única víctima, y Antonio Noguera García, cabo de la Guardia Real, casado y con tres hijos, que protegía al teniente general Joaquín Valenzuela, Jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey, el 7 de mayo de 1981, cuando tuvo lugar en Madrid el atentado que provocó también el fallecimiento del conductor, Manuel Rodríguez Taboada, y del teniente coronel Guillermo Tevar Saco.
El documental también recuerda a los soldados que prestaban el servicio militar como escoltas asesinados por el GRAPO: Florentino García Siller, soltero, que el 29 de julio de 1980 protegía en Madrid al generalArturo Criado el 29 de julio de 1980 en Madrid y Marcos Vidal Pinar, también soltero, asesinado junto al general Enrique Briz el 2 de septiembre de 1980 en Barcelona.
Heridos
El documental, también rescata del olvido a los escoltas heridos tras sufrir un atentado terrorista. El escolta privado Antonio Llanes, en Madrid, en 1991; el escolta privado José María Lobato, en San Sebastián, en 1997; el ertzaina Juan María Quintana, en Rentería (Guipúzcoa), en 1998; el escolta privado Iñaki Torres, en Portugalete (Vizcaya), en 2002; o el escolta privado Gabriel Giner, en Bilbao, en 2007. Uno de los escoltas privados falleció: Joseba Andoni Urdaniz, soltero, en San Sebastián, en 2002.
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