Díaz mete los impuestos en la campaña para espolear el voto

El tiempo apremia y todos los esfuerzos son precisos. Cada voto cuenta en la carrera electoral que terminará este domingo y en la izquierda, todos los partidos juegan con las encuestas en su contra. Por ello, a contrarreloj, se afanan en gastar todas sus balas con el objetivo de que se traduzcan en más votos, ante el temor de que la suma de izquierdas sea inferior al resultado que obtenga el PP de Juanma Moreno. Esa ha sido la estrategia que ha mantenido, por ejemplo, Unidas Podemos durante esta campaña electoral y a la que ahora también juega la vicepresidenta Yolanda Díaz. En Moncloa también jugaron esta carta «regando» Andalucía con un plan de empleo de 50 millones a finales de mayo.

En la sede morada han sonado las alarmas ante la desmovilización de su electorado y la posibilidad de que la abstención pese más en las urnas andaluzas. Es por ello que han mandado a todos los ministros morados al sur con el objetivo de movilizar a su votante. Imágenes potentes. Y es que, por lo menos, en cinco meses, no se había producido una foto de unidad entre los ministros morados y la vicepresidenta Yolanda Díaz. El objetivo de la escenificación de unidad era alejar las peleas internas que han dañado a los partidos que conforman Por Andalucía, que son la previa al frente amplio que liderará.

En este camino por movilizar al electorado de izquierdas, la vicepresidenta comenzó en Andalucía este miércoles a mostrar una de sus cartas más poderosas. En un clima en el que la luz vuelve a registrar ascensos preocupantes a pesar del tope del gas, la vicepresidenta está dispuesta a dar la batalla en el seno del gobierno de coalición con el fin de que Moncloa apruebe un impuesto adicional a las empresas eléctricas para reducir los beneficios de éstas. Iniciativas sociales que tienen un atractivo social en un contexto de crisis económica. La reforma fiscal y la subida de impuestos a las eléctricas son banderas moradas que la vicepresidenta ha decidido liderar. No ha sido el único gesto, Díaz también confirmó en Andalucía que está «dispuesta a dar un paso por España», a pesar de que hasta ahora siempre ha rehusado hablar sobre si se presentará como candidata. Simbolismos que insuflan ánimos en un electorado de izquierdas que parece entregado con el proyecto de la vicepresidenta.

En cuanto a los impuestos, esta batalla que inicia Díaz se encuentra con el rechazo de los socialistas, que tratan de retrasarlo a una futura negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Y es que las ministras económicas se resisten a hablar de una subida de impuestos, como ya demostraron la pasada semana en el Parlamento votando no a una iniciativa de Podemos para subir la presión fiscal a las grandes fortunas.

Así, en un foro económico, Díaz confrontó con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien enfrío las perspectivas de Díaz, postergando la subida impositiva a la negociación de los Presupuestos. Para la dirigente gallega, esto «no va de subir o bajar impuestos, va de quién debe pagar impuestos y la apuesta debe ser firme y debe ser ya». Para la ministra socialista, en los decretos leyes no se pueden incluir nuevas figuras fiscales por lo que opta por «buscar la fórmula y el vehículo adecuado para su puesta en marcha». Ayer, de hecho, todas las ministras económicas trataron de contrarrestar las presiones de Díaz e incluso de desautorizar su propuesta. Según la vicepresidenta segunda, «no es posible crear este impuesto a través de la Ley de Presupuestos por puro mandato constitucional». En contra, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, recordó la autoridad de Hacienda en la materia fiscal. «A la hora de diseñar el sistema fiscal, es obvio que el liderazgo lo lleva el Ministerio de Hacienda», zanjó. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, respaldó a sus compañeras socialistas. «En materia fiscal, me remito a lo que haya explicado la ministra de Hacienda», subrayó. El choque por los impuestos tensa así a la coalición en un momento clave en el que las urnas pondrán, de nuevo, a prueba a los líderes nacionales.