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«La Monarquía garantiza mejor que la República la neutralidad»

El catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco Javier Tajadura explica la importancia de los jefes de Estado en el Derecho comparado

Ciclos Conferencias, La Jefatura del Estado Parlamentario en el Derecho Comparado
Ciclos Conferencias, La Jefatura del Estado Parlamentario en el Derecho ComparadoDavid JarLa Razon

Segunda jornada del Ciclo de Conferencias de la Real Academia de la Jurisprudencia y Legislación de España sobre la Monarquía en la Constitución vigente. En esta ocasión, el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco Javier Tajadura ofreció ayer una conferencia bajo el título «La jefatura del Estado parlamentario en el derecho comparado», en la que definió a los jefes de Estado como órganos supremos y símbolos de unidad y permanencia de un Estado.

Tajadura aseguró que, con su conferencia, no trataba de hablar del diseño constitucional de un país concreto, sino de las «notas comunes» que tienen todas las jefaturas de Estado parlamentarias, con independencia de que si son monarquías o repúblicas.

«¿Qué es el jefe del Estado?» y «¿qué hace?» fueron los ejes sobre los que explicó la función de reyes y presidentes como «órgano constitucional que ocupa la cúspide de la organización del Estado», encontrándose en una situación de paridad con el Parlamento o el Tribunal Constitucional pero que, a pesar de ello, ostentan una «preminencia formal» hasta el punto de que ningún acto propio puede ser suplido por nadie.

La Monarquía, explicó el catedrático de Derecho Constitucional, se legitima por la función que cumple, sirviendo tanto para un monarca como para un jefe del Estado. Para «moderar y arbitrar es imprescindible que el jefe del Estado sea neutral», dijo. Comparando ambas, aseguró que «la Monarquía va a garantizar mejor que la República la neutralidad» y ocurre que, además, «para el desempeño de esta función la herencia tiene sus ventajas», apuntó Tajadura recordando que el Rey es un árbitro político y no jurídico, porque esa es la misión del TC.

¿En qué consiste hoy en día ese poder moderador? Los jefes de Estado vienen a ser el símbolo de la unidad y de la permanencia del mismo, de manera que la inmensa mayoría de personas «son enemigos del pensamiento abstracto» y, por ello, necesitan personalizar el estado y el derecho en una persona de carne y hueso. «Hacer visible esa personalización será una de las características» del jefe de Estado.

Tajadura también planteó, que «habrá quien se plantee si en el siglo XXI es necesario o no mantener un símbolo donde el jefe del Estado lo es de manera «personal». El catedrático en Derecho Constitucional aseguró que «no solo es importante, sino indispensable». «Ningún país puede sobrevivir sin símbolos». Y apuntó que, además, tiene una función pedagógica y movilizadora, porque «cuando se aplaude al jefe del Estado se está refrendando al Estado en sí».

También se refirió a las funciones moderadoras y de arbitraje de los jefes de Estado que, aunque todos son lo mismo, «no hacen lo mismo». Apuntó que es un factor de estabilización estatal ante los cambios constantes donde afirmó que la UE y los reyes y presidentes son como «una suerte de anclaje para no naufragar» un país y así asegurar «la permanencia de la democracia y, con ello, la supervivencia de la libertad».

Asimismo, Tajadura recordó «el derecho de mensaje» que tiene el jefe de Estado el cual, a veces, será ejercido como poder moderador o de arbitraje. También, explicó, puede ser considerado «guardián de la Constitución». Y es que, apuntó, en casos excepcionales la Carta Magna puede ser amenazada: no cumpliendo lo que determina el TC o elaborando normas que van contra ella.