Sucesos
Así se detuvo a la madre de la bebé descuartizada: un "match" con la sangre de un cuchillo
La Guardia Civil localizó a la madre de la bebé asesinada gracias a que su perfil genético estaba en la base de datos
El Grupo de Homicidios de la UOPJ de Madrid ha estado meses buscando a la madre de la bebé localizada en el vertedero de Loeches. Han tenido que realizar un verdadero encaje de bolillos para llegar hasta Erika Beatriz L.M., la detenida por el homicidio. El "match" de ADN fue fundamental ya que esta mujer había sido investigada por la muerte de otro de sus hijos en 2003, según informan fuentes policiales a LA RAZÓN.
Para la Guardia Civil resolver este caso ha sido un completo alivio. Los agentes tenían la carga desde hace meses de buscar respuestas sobre la muerte de la menor, que apenas tenía cinco días. Cuando solicitaron colaboración ciudadana en una nota de prensa, ya tenían claro quién era la principal sospechosa del homicidio: Erika Beatriz, ecuatoriana de 1986.
Las pruebas forenses confirmaron que la menor, que no tiene nombre, nació con vida y fue asfixiada. El autor de la muerte se procuró después de descuartizarla y tirarla en bolsas a la basura. La crueldad de estos actos invitaban a pensar que no era la primera vez que había pasado por esta situación. Así lo confirmaron las pruebas que realizaron posteriormente.
El anterior caso de la madre del vertedero
Una vez más, la secuencia del ADN y el trabajo en el laboratorio de la Guardia Civil ha sido fundamental. Los agentes compararon las muestras de la bebé con su base de datos y se produjo un "match" con un caso de 2003 que había sido investigado por sus compañeros de la Policía Nacional.
El caso en concreto estaba en las manos del Grupo 5º de Homicidios y sus actuaciones habían sido remitidas a la Fiscalía de Menores. En esa investigación, la principal sospechosa fue una vez más Erika Beatriz.
Para entender ese caso, hay que remontarse al 14 de septiembre de 2003 cuando la Policía se trasladó a un domicilio en la calle Zurita por el homicidio de un bebé. Los investigadores recogieron muestras de sangre en la acera de la entrada a la casa, un reguero desde el dormitorio a la puerta de la calle, en un pantalón, en una braga y en el interior del agujero del desagüe de la bañera. También en un elemento más: un cuchillo.
El "match" de ADN
Todos estos restos biológicos fueron recogidos, analizados y los resultados depositados en las bases de datos. Cuando los agentes de la Guardia Civil subieron las muestras de la bebé del vertedero a la base de datos se detectó el "match" con las pruebas de este caso. Había compatibilidad biológica de relación materno-filial.
Una vez que contaban con la identidad de la sospechosa tuvieron que realizar el trabajo más complicado de campo. A pesar de que el caso estaba bajo secreto de sumario solicitaron colaboración ciudadanos cercando la investigación a la zona de Puente de Vallecas.
A pesar de estar en el foco de la sospecha Erika Beatriz siguió sin acudir a las autoridades para confesar los hechos. Esta semana, la Guardia Civil acudió a su domicilio en la conocida Avenida de la Albufera para practicar un registro y detenerla. Ella asegura que no ha estado embarazada. El ADN desmiente su versión.