Denuncia
El caos de las salas de asilo de Barajas saca los colores al Gobierno
La improvisación en la gestión mantiene atrapadas a más de 300 personas durante semanas
La crisis de los solicitantes de asilo en Barajas suma ya más dos semanas. Fue el pasado 13 de enero cuando empezaron a salir a la luz imágenes que mostraban la vergonzosa situación en las estancias donde los migrantes esperan a que se tramiten sus peticiones. Presencia de chinches, cucarachas, hacinamiento, fugas… fueron algunas de las denuncias que hicieron públicas los sindicatos policiales, hartos de la falta de reacción ante este problema del Ministerio de Interior.
La situación de colapso es especialmente crítica en la sala donde se alojan los niños y mujeres. Alrededor de 300 continúan sin apenas enseres de higiene como pañales o compresas. La publicación de imágenes además de informaciones sobre lo que suceden en el aeropuerto de Barajas ha destapado algunas prácticas para intentar agilizar los trámites así como renuncias de los agentes sociales encargados de asistir a estas personas.
La cuestión de los visados de tránsito se ha convertido en uno de los principales asuntos de actualidad. Entre quienes llegan al aeródromo madrileño y solicitan asilo se detectó un exponencial crecimiento del número de personas, sobre todo procedentes de países africanos como Kenia, Senegal o Marruecos, que manifiesta su voluntad de tramitarlo. Ante este incremento, el Ministerio de Interior decidió imponer visados de tránsito a los ciudadanos con pasaporte de Senegal a partir del próximo 19 de febrero, como ya ocurre con los de Kenia desde el 20 de enero, con la intención de evitar el colapso de peticionarios de asilo una vez que hacen escala en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. No en vano, los sindicatos de Policía señalan que en torno al 87% de los solicitantes de asilo que la última semana aguardaban en Barajas a que se tramite su solicitud de asilo son senegaleses.
Aunque no todos comparten las mismas historias, una de las lecciones de esta crisis es la apertura de una ruta de escala fraudulenta. Fuentes policiales explican que algunos de ellos se deshacen de su documentación durante el vuelo para, una vez en España, solicitar la protección. Sacan billetes para países en los que no hace falta visado, como por ejemplo, Brasil, y una vez en territorio español se hacen pasar por ciudadanos de países en conflicto con el objetivo de solicitar protección internacional.
¿Cómo se solicita la protección en un aeropuerto? María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España, explica a LA RAZÓN que a las salas de asilo de los aeropuertos nacionales llegan aquellas personas que, una vez que han aterrizado, manifiestan en el control fronterizo su intención de pedir protección internacional. «El procedimiento es más rápido». Por lo tanto, es una manera de intentar quedarse en Europa sin jugarse la vida en un patera o mediante el pago de cantidades desorbitadas a las mafias que trafican con seres humanos.
¿En qué situación están las personas en el aeropuerto? Desde Acnur siguen de cerca la caótica situación en Barajas. «Las condiciones, evidentemente, son muy preocupantes», denuncian. «Hay problemas de higiene y salubridad, que hay que atajar con urgencia», reclaman. De hecho, apuntan a la necesidad de una mayor coordinación en todos los actores que intervienen en el procedimiento, desde las dependencias, a la agilización de los trámites, y, por supuesto, las condiciones de acogida de los solicitantes.
Ante esta situación, otro de los asuntos más llamativos tiene que ver con el abandono de Cruz Roja hasta que existan condiciones dignas. El director de Migraciones de la institución humanitaria, José Javier Sánchez, aseguró que la «sobreocupación» de la sala destinada a procedimientos de asilo en Barajas «se viene produciendo desde octubre, principios de noviembre», aunque apunta que «no al nivel de esta última semana».
De momento para intentar solucionar este problema, se ha ordenado la apertura de otra sala de 250 metros. Además, se ha reforzado el número de policías que están trabajando en el puesto fronterizo con agentes procedentes de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras y de la Brigada Provincial de Madrid. Con este refuerzo, son 54 los agentes que trabajan en Barajas en los trámites de solicitudes de asilo. Además, se ha procedido a la limpieza de las zonas.
Prueba de las improvisación en la gestión de esta crisis fue el intento de traslado de personas migrantes de las salas de asilo del Aeropuerto de Barajas al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, reabierto hace poco más de un mes tras una reforma. Una medida que fue anulada por un juzgado por vulnerar los derechos.
Identificación uno a uno de los solicitantes
La Policía Nacional está identificando uno por uno a los más de 300 solicitantes de asilo que esperan la resolución de su estado en las salas habilitadas del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, según informan fuentes policiales. El viernes trasladaron a un grupo al exterior para proceder a la filiación y mantener, de este modo, cierto control. La situación de hacinamiento es tal que también está repercutiendo en la espera de solicitantes, que se pasan todo el día aguardando en el interior, de ahí que se hayan registrado algunas trifulcas.
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