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Celaá le marca el camino a Pepu: «Màxim salió»

La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ayer, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros
La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ayer, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministroslarazon

El Gobierno intentó ayer imponer cierta cautela sobre el caso de Pepu Hernández para evitar que le salpique la polémica. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, intentó tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros despejar el balón de la polémica sociedad interpuesta del ex seleccionador, aspirante a candidato del PSOE para la Alcaldía de Madrid, pero acabó señalándole el camino que ya transitara el malogrado ministro de Cultura Màxim Huerta. Celaá comenzó señalando que Pepu Hernández era una «persona íntegra» y dio la «bienvenida» a todos aquellos valientes que se «atreven», aunque luego retiró esta palabra, a dar un salto de «la vida civil a la política». Sin embargo, posteriormente y repreguntada sobre las similitudes entre su caso y el de Màxim Huerta, Celaá se tensionó asegurando que «no tengo ni idea de si son sociedades similares (las de Hernández y Huerta) o dejan de serlo. Nosotros no somos la Fiscalía. Solo sé que es una persona íntegra».

Las comparaciones en las que no quería caer la ministra no quedaron ahí y la portavoz acabó defendiendo que «el propio Gobierno ha implantado su nivel de exigencia ética y Màxim Huerta salió por esto». Una frase que le deja el camino expedito a Pepu Hernández para retirarse. Este posicionamiento del Ejecutivo contrasta con el que se ha mantenido hasta ahora, empezando por el propio presidente Pedro Sánchez que no solo reconoció que la candidatura le dibujaba «una sonrisa», sino que anticipó que le daría su voto a pesar de no poder hacerlo. El acto en el que el jefe del Ejecutivo arropará a Hernández en la presentación de su candidatura sigue en pie para el próximo domingo, pero Sánchez ha dejado de emitir señales y guarda silencio desde que se hiciera pública la polémica.

Pero no solo fue Sánchez el que se manifestó públicamente a favor de la candidatura del ex seleccionador. Aunque desde Moncloa se predica ahora una pretendida «neutralidad», tres ministras salieron el miércoles a respladar a Hernández. La vicepresidenta, Carmen Calvo, atribuyó la falta de perfiles más políticos a la «debilidad» de los partidos, porque tienen «pocos militantes» y exaltó las cualidades de Hernández. «Compite y gana, sabe competir y sabe ganar», destacó. En la misma línea, la titular de Hacienda, María Jesús Montero, abogó por «abrir» el partido a figuras independientes. «El PSOE tiene que ser capaz de encontrar referentes más allá de nuestra organización y de abrirnos a la sociedad», destacó, apreciando lo que supone un «proyecto alternativo». También la ministra de Economía, Nadia Calviño, defendió que el ex seleccionador español es un candidato «óptimo» porque está acostumbrado a «competir y a ganar».

La idoneidad de Pepu Hernández comienza a generar también controversia dentro del propio PSM, donde crecen las voces que censuran la presencia de Sánchez en el acto del domingo. Estas voces prefieren que no se pilote desde la dirección la candidatura y muestran su excepticismo sobre el impacto que pueda tener en las elecciones, donde el PSM compite por no ser cuarto o quinto, dependiendo del empuje de Vox. Fuentes socialistas asumen, no obstante, que la retirada de la candidatura de Pepu no es una opción después de la implicación por parte del Ejecutivo que se ha mostrado, empeñando Sánchez su propio capital político.