Tribunales
Condenada a 85 años una etarra por el coche bomba que explotó en el portal de Pío García-Escudero
Ana Belén Egües, alias "Dolores", reconoce su participación acepta la pena por el atentado de ETA que dejó once heridos en el 2000
La Audiencia Nacional (AN) ha condenado a 85 años de prisión a la etarra Ana Belén Egües por participar en el atentado, como ella misma reconoció, que cometió la banda terrorista en la madrileña calle Platerías de Madrid el 8 de agosto del año 2000.
Colocaron un coche bomba que explotó en el portal de la casa en que vivía el entonces presidente del PP madrileño Pío García-Escudero, dejando once heridos, siete de ellos de gravedad.
Uno de ellos era un menor de apenas seis años al que le causó estrés post traumático y otra de las víctimas sufrió un traumatismo craneoencefálico que le dejó como secuela psíquica el rechazo a la contaminación acústica.
Gracias a un acuerdo de conformidad, la Sección Cuarta de la Sala Penal condena a la acusada, conocida por el alias de «Dolores», a 15 años de cárcel por un delito de estragos terroristas y a otros 70 años por siete delitos de asesinato en grado de tentativa.
Menos de los 121 años de prisión que pedía en un primer momento para ella la Fiscalía al considerarla cooperadora necesaria y que después el fiscal rebajó a 92 años.
La Sala considera acreditada la vinculación de la acusada Egües con el conocido como «comando Buruahuste» –«quebradero de cabeza» en vasco- de ETA que operaba en Madrid en la época de los hechos, así como su participación concreta en la colocación y detonación del explosivo instalado en un vehículo que había sido previamente sustraído.
Estalló cargado de dinamita que la acusada había trasladado a un piso franco que la banda terrorista había alquilado en la ciudad castellanoleonesa de Salamanca.
La AN ha fallado , por ello, que la etarra «Dolores» cometió un delito de estragos terroristas puesto que la explosión supuso la creación de una situación de peligro «para el derecho de indemnidad» y afectó a una generalidad de personas «con grave perturbación para su devenir cotidiano».
El artefacto, relata la sentencia, fue confeccionado, instalado y accionado demostrando una gran potencia de destrucción y de alteración de la tranquilidad social, provocando graves destrozos en el inmueble en que vivía el dirigente del PP y sus inmediaciones.
Los magistrados señalan que el ataque sorpresivo ejecutado directamente por varios de sus compañeros del comando etarra al que pertenecía Egües contra los siete ciudadanos que resultaron heridos de mayor gravedad por el explosivo, unido a que la acusada ayudó a transportar el coche bomba previamente robado, provocó «sin duda alguna» lesiones que podrían haber acabado con el fallecimiento de los afectados.
Un aún más trágico escenario que no se produjo por circunstancias «ajenas a la voluntad» de los autores de la acción terrorista, que se aseguraron del resultado alcanzado sin permitir la «defensa» o el «contraataque» de las víctimas.
Los hechos han quedado acreditados por la propia declaración de Egües durante la vista del pasado 9 de setiembre en que reconoció los hechos, los informes periciales y la prueba documental acumulada en la causa.
Esta mujer ejerció como concejal de Herri Batasuna en el Ayuntamiento de Elduayen (Guipúzcoa) y acumula otras dos sentencias por participar en atentados con coche bomba.
En 2014 se le condenó a 120 años de prisión por el atentado que tuvo lugar también en el año 2000 el que asesinaron al coronel del Ejército de Tierra Pedro Antonio Blanco y, más tarde, por el que cometió en 2001 en la calle Corazón de María (Madrid) contra el responsable de Política Científica Juan Junquera.
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