Toni Bolaño
Cuidado con el agua
Sánchez y Feijóo necesitan dar un buen golpe al adversario
Sánchez y Feijóo se volverán a ver las caras hoy en el Senado. El líder del PP ya conoce el formato y no le vale ejercer de plañidera. Sabe que nada contracorriente porque el presidente tiene todo el tiempo del mundo, es juez y parte, y Feijóo tiene que afinar bien su mensaje. Hasta hoy, el jefe del Ejecutivo siempre ha ganado al líder de la oposición. Es más, en el último cara a cara Feijóo le robó la cartera a Sánchez hasta que su subconsciente le traicionó. ¿Se acuerdan? Aquello de la gente de bien. Sánchez se revolvió, recuperó la cartera y le birló la merienda.
Hoy de lo que se trata es que Sánchez y Feijóo establezcan su calendario de precampaña. ¿De qué quieren hablar? ¿Cuál es su eje central? Los dos están necesitados de dar un buen golpe a su adversario. Sánchez tiene tiempo, y no duden que lo agotará. Feijóo tiene que ocuparse de sus 30 segundos de gloria. Ese mensaje que repiten hasta la saciedad los informativos.
De momento, parece que vivienda y agua se han convertido en las armas arrojadizas. Los dos han cometido el mismo error. Lo de la vivienda ha estado mal explicado. Permítanme la licencia, el único que ha sabido explicar bien el asunto ha sido el periodista Xavier Vidal-Folch en un artículo publicado el sábado en El País. Y no solo es cuestión de explicarlo, sino que para ponerlo en práctica se necesita la complicidad de ayuntamientos y comunidades autónomas. Suerte que enfrente las ideas no sobran para atacar las propuestas socialistas. A los pensadores populares les falta un hervor. Dejan a su líder compuesto y sin novia. El presidente volverá a remachar en el clavo para fortalecer su discurso y sacará el hacha de guerra con Doñana, con el apoyo de Europa.
«El agua es una sustancia cuya molécula está compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno unidos por un enlace covalente. Es indispensable para el origen y sustento de la vida». Además, limpia y purifica, pero, cuidado, tiene alto voltaje político. Y con sequía, mucho más. El PP midió mal. Ganar la Diputación de Huelva es un precio demasiado alto. Como midió mal Feijóo en el último debate en el Senado cuando dijo que el 28-M sería un referéndum: «O Sánchez o España». A tenor de sus declaraciones bajando expectativas está claro que no será un referéndum porque, simplemente, se puede perder.
Para ganar, el PP debe apretar en Valencia. Y cuánto más Doñana, menos Valencia, y sin Comunidad Valenciana, no hay Moncloa para Feijóo. Para ganar, el PSOE debe retener Valencia y meter el agua en campaña puede ser demoledor para los intereses de Ximo Puig. Al PSOE, lo del agua lo consolida en Aragón y en Castilla La Mancha –al margen del regalo del candidato popular con veleidades económicas de escasa envergadura ética al presidente García–Page– y ya verán como en breve aparecerá, como el Guadiana, el Plan Hidrológico Nacional de 2001 que hundió a los populares en Aragón y los destrozó en las Terres de l’Ebre en Cataluña.
Hoy, Feijóo y Sánchez, Sánchez y Feijóo, tienen la una nueva oportunidad. No tendrán muchas más hasta el 28-M. Ambos bajan en todas las encuestas porque no aciertan en su objetivo ni en los temas de precampaña. Hasta ahora ambos han jugado a la melé. El presidente, a decir que todo va bien, y el líder de la oposición, a ser un gurú catastrofista con escaso éxito. Feijóo tiene un problema que se llama «ilusión». No ilusiona. No ganará solo agitando el espantajo del antisanchismo. Ahí tiene a los vocacionales, pero le faltan muchos más. Ilusionar quiere decir enamorar con una idea, y hasta ahora no la ha encontrado. Ayuso sí lo ha hecho, y eso lo deja en una delicada situación. Sánchez tampoco ha afinado y para colmo, a su izquierda se están destripando. Ahora han declarado una pax romana. ¿Hasta cuándo?
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