
Rearme europeo
Hablar por hablar de Defensa
Ya nos gustaría formar parte de la normalidad, que se hablara regular y sosegadamente del tema y, llegado el caso y dado lo trascendental de nuestra misión, que fuésemos terreno de consenso

Antes de entrar en materia, coincidiremos en que la Defensa está de moda, pero ¿se ha preguntado alguien si es cómodo para el mundo de la Defensa estar de moda? Sin lugar a duda, no, y no lo es. Entendiendo que nuestra sociedad debería tener un conocimiento mínimo en este sentido (Cultura de Defensa) los «atracones» nunca pasan de eso, campañas que nos saturan durante unas semanas para, logrado el objetivo político, regresar al silencio, los prejuicios… y el olvido. Y esto viene de lejos: pasó con la OTAN, con el fin del Servicio Militar obligatorio o con el triste y doloroso episodio del Yak, por citar algunos. Ya nos gustaría formar parte de la normalidad, que se hablara regular y sosegadamente del tema y, llegado el caso y dado lo trascendental de nuestra misión, que fuésemos terreno de consenso. Pero basta de soñar y pensemos en cómo salir de esta.
Se nos está invitando a cumplir, de una vez, con lo que desde hace tanto venimos incumpliendo, llegar al 2% de nuestro PIB en Defensa, y parece ser que no sabemos cómo hacerlo, a pesar de que ahí están asuntos tan candentes como número de efectivos, sueldos, infraestructuras y materiales.
Es conocido que los ejércitos y la Armada arrastran un serio déficit en materia de personal, he aquí una pincelada que nos ayudará a entender esta situación:
En 2006, producto de un vertiginoso y eficaz planeamiento, se crea la UME. Este hito supuso detraer de las filas del Ejército de Tierra más de 3.000 efectivos de contrastada preparación y trayectoria profesional. Los reemplazos de aquel «trasvase» todavía no han llegado. Con este botón de muestra, se trata solo de visualizar un problema que, en ningún caso, debiera solventarse con una incorporación masiva, que generaría una réplica del «Baby boom», esta vez militar.
Los salarios en las Fuerzas Armadas están muy por debajo de los que percibe el personal de la Guardia Civil y la Policía que, como es conocido, son ampliamente superados por los de sus colegas autonómicos. Esta es una situación que se arrastra en el tiempo y debería ser solventada cuanto antes, pero no sería de recibo que lo fuese por el solo hecho de que «mejor incrementar en eso que en armamento».
En cuanto a infraestructuras, solo decir que es una máxima en las Fuerzas Armadas que, para ver un cuartel en condiciones, hay que esperar a que se ceda a cualquier otro Ministerio o Administración.
¿Y los materiales? Salvando distancias entre unos y otros, nuestros ejércitos en general están equipados para cumplir las misiones que vienen desempeñando. Pero hay que recordar que se trata de escenarios a la carta, en los que se interviene bajo un amplio paraguas aliado, de baja intensidad y sin previsión de escalada.
Esta fórmula, de éxito contrastado durante las últimas décadas, vemos como cada día se adapta peor a las exigencias del panorama actual, lo que nos debe llevar a actuar también en este campo.
Los cambios a los que acabamos de hacer referencia son múltiples y de entre ellos destacan los que afectan a la situación geopolítica y a la coyuntura que se vive en el seno de la OTAN; y el más somero de los análisis nos lleva a la conclusión de que no es de recibo enfrentar este reto en solitario. Hoy, más que nunca en el pasado reciente, se hace prioritario acometer la Defensa de forma coordinada con nuestros socios y aliados, podemos decir que ha llegado la hora de hacer realidad esa Europa de la Defensa, de la que tan descuidadamente se habla desde hace tanto tiempo.
"Ha llegado la hora de hacer realidad esa Europa de la Defensa"
Mejorar nuestros materiales supone tirar del presupuesto, pero también de la industria de Defensa europea. ¿Está la industria de Defensa en condiciones de afrontar semejante desafío? Pregunta que, sin pecar de escurridizo, salvaremos con un sí, pero no.
Que España dispone de una importante y puntera industria de Defensa es una realidad y para certificarlo está el éxito de las cuatro ediciones de una ya más que consolidada feria internacional de la industria de Defensa, Feindef. Escaparate al más alto nivel de sus productos, innovaciones y alianzas. Pero no es el tiempo de desarrollos domésticos, es la hora de los consorcios, de unificar sistemas… es el momento de crear el Airbus de la Defensa. Una compañía capaz de acabar con la posición dominante de la aeronáutica de EE UU, un ejemplo de lo que Europa es capaz cuando se lo propone.
Igual que se formó un Banco Europeo, hemos de caminar en la unificación de las Fuerzas Armadas europeas. Ello nos llevará a unificar nuestros sistemas, homologar hasta el último procedimiento allá donde aún no se haya hecho y, a nivel industrial, a constituir consorcios potentes.
Lo anterior supondrá un incremento de nuestras capacidades, agilizará nuestros sistemas de respuesta, racionalizará el gasto, simplificará las estructuras y, a la postre, ubicará a Europa en el lugar que le corresponde en el mundo.
*José Antonio Conde de Arjona es general de brigada y asesor de INDIE
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