Defensa

¿Por qué la Armada española no tiene destructores ni cruceros y ha apostado por las fragatas?

En muchos casos, son buques muy similares y, de hecho, Navantia ha vendido a la marina de guerra australiana barcos basados en la fragata Cristóbal Colón (F-105) con la calificación de destructores

La fragata española Cristóbal Colón, arriba, y el destructor USS Paul Ignatius
La fragata española Cristóbal Colón, arriba, y el destructor USS Paul IgnatiusArmada/Wikipedia

El próximo mes de septiembre está prevista la llegada a la base naval de Rota, en Cádiz, del quinto submarino de la US Navy que se suma a los cuatro habituales. Este nuevo buque se enmarca en el acuerdo que el año pasado firmaron España y Estados Unidos para desplegar otros dos destructores más en dicha base, elevando a seis los buques estadounidenses de este tipo basados en nuestro país. Fue en 2012 cuando se autorizó la llegada de los primeros cuatro buques de la Marina de EE UU como parte del escudo antimisiles de la OTAN.

Actualmente, los cuatro destructores presentes en Rota son el USS Arleigh Burke, USS Roosevelt, USS Bulkeley y el USS Paul Ignatius, dotados todos ellos con el avanzado radar Aegis. Precisamente el USS Paul Ignatius es el más nuevo de los buques de la US Navy desplegados en Europa, con una eslora de 155 metros y una manga de 19, con un peso superior a los 9.000 toneladas con carga completa.

La US Navy completó en agosto del pasado año, con la llegada del destructor USS Bulkeley a Rota, el plan de relevo gradual, iniciado en 2020, de los destructores ubicados en la base gaditana por otros de la misma clase, pero más modernos con mejoras en el radar y los equipos de procesamiento de la información. La sustitución se produjo de la siguiente forma: el USS Roosevelt reemplazó en mayo de 2020 al USS Carney; después, en abril de 2021, el USS Arleigh Burke sustituyó al USS Donald Cook; y posteriormente el USS Paul Ignatius y el USS Bulkeley cogieron el testigo de los destructores USS Ross y USS Porter.

Los destructores son uno de los buques principales de la marina de guerra de Estados Unidos, contando con decenas de ellos de varias clases, mientras que la Armada española carece de este tipo de buques, habiendo apostado claramente por las fragatas, siendo de hecho la nueva clase F-110 una de las principales apuestas de las Fuerzas Armadas de nuestro país.

Fragatas F-110

La F-110 ha sido diseñada para actuar como un buque escolta polivalente, si bien, destacará por sus capacidades antisubmarinas. Es decir, es un buque pensado para detectar y neutralizar submarinos. Si nos fijamos en el armamento, la fragata contará con un cañón principal en proa de 127 mm de la italiana Leonardo preparado para utilizar munición inteligente y de alcance extendido, y estaciones de armas remotas Sentinel 2.0 de 12,7 mm y Sentinel 30, con un cañón de 30 mm, para la defensa cercana de Escribano.

El sistema de combate del F-110 se basa en la integración del sistema de gestión de combate SCOMBA de Navantia Sistemas con el circuito de control de fuego Aegis de Estados Unidos. Lockheed Martin proporcionará el radar multifunción de estado sólido de banda S AN/SPY-7(V)2, y la empresa española Indra suministrará los módulos de transmisión/recepción digitales para el radar AN/SPY-7(V)2.

Indra también se encargará del radar de banda X PRISMA 25X, el sistema de búsqueda y seguimiento por infrarrojos (desarrollado junto con Tecnobit), la suite de guerra electrónica Rigel i110 y el sistema de medidas electrónicas de apoyo a las comunicaciones Regulus i110. Todos estos sensores estarán integrados en una estructura de mástil única.

Thales proporcionará el conjunto de sensores submarinos, que incluye la sonda de media frecuencia BlueMaster, la sonda de profundidad variable de baja frecuencia CAPTAS-4 Compact y el sistema acústico digital BlueScan.

Los principales sistemas de armas del F-110 incluyen un cañón Leonardo 127/64 LW de calibre medio, misiles antiaéreos Raytheon Evolved SeaSparrow Block 2 (lanzados desde dos lanzadores verticales MK 41 de ocho celdas) y misiles de ataque naval NSM de la noruega Kongsberg (dos lanzadores cuádruples en el centro del barco). También se instalarán dos lanzadores de torpedos MK 32 Mod 9 y cañones de pequeño calibre para defensa cercana.

El buque además estará preparado para llevar y desplegar enjambres de vehículos no tripulados, tanto aéreos, como de superficie y submarinos, y también tendrá capacidad para la integración de armas láser. Es además el primer buque contratado en el mundo con un gemelo digital, tecnología que permitirá reproducir en tierra firme, gracias a avanzadas técnicas de modelado, simulación e inteligencia artificial, el comportamiento del barco y hacer un seguimiento permanente del funcionamiento de sus equipos y sistemas.

El mástil integrado será otra de las joyas del buque. En su interior, estarán un conglomerado de sensores de última generación entre los que destacan los radares –en banda X y S- de vigilancia de superficie, blancos aéreos a baja cota y antiaéreos; equipos de guerra electrónica como el Rigel i110; el sistema de interceptación de comunicaciones Regulus; sistema ADS-B de vigilancia; sistema de identificación amigo-enemigo (IFF), sistema de detección de blancos basado en sensores optrónicos IRST i110; o comunicaciones por satélite. En estos sensores trabajan empresas como Indra, Tecnobit o Lockheed Martin.

Según el calendario previsto en la actualidad, la Armada empezará a operar esta primera unidad en 2027 y recibirá la última cinco años después, en 2031. Las cinco fragatas previstas inicialmente, Ramón de Bonifaz (F-111), Roger de Lauria (F-112), Menéndez de Avilés (F-113), Luis de Córdova (F-114) y Antonio Barceló (F-115), sustituirán a las seis veteranas fragatas de la serie F-80 (Santa María, Victoria, Numancia, Reina Sofía, Navarra y Canarias), al final ya de su vida, después de tres décadas en servicio.

¿Por qué una fragata y no un destructor o un crucero?

Pero, si este buque tiene unas características tan avanzadas, ¿por qué una fragata y no un destructor o un crucero, barcos en principio más grandes y poderosos que sí están presentes en otros países, como Estados Unidos, Japón, China, Rusia o Reino Unido?

A lo largo de la historia de nuestra Armada han existido numerosos destructores, aunque, sobre todo a partir del fin de la II Guerra Mundial, en casi todos los casos se trató de buques “de segunda mano” de la USS Navy, que tras finalizar el gran conflicto tenía un enorme excedente de este tipo de buques, hasta el punto que dio de baja muchos de ellos y otros los usó como blancos para sus ensayos nucleares.

España recibió una decena de estos buques en dos tandas, denominados clase Lepanto y clase Churruca y, paralelamente, se inició un ambicioso programa “patrio” para construir otros nueve de la clase Oquendo, aunque finalmente solo se hicieron tres, el último de los cuales, el “Marqués de la Ensenada”, estuvo en servicio hasta 1988.

Entonces, ¿por qué España ha dejado de tener destructores?

Países de nuestro entorno como Francia, Alemania o Italia han apostado también por las fragatas como unidad principal de combate y han desechado los destructores o los cruceros. Sin embargo, en muchos casos estamos hablando más de cómo denominados a cada tipo de barco que a sus propias características, pues las fragatas españolas, por ejemplo, tienen capacidades muy parecidas a las de los destructores de la USS Navy y, de hecho, las fragatas españolas de la clase “Álvaro de Bazán”, las más modernas de la Armada, están inspiradas en los destructores estadounidenses de la Clase Arleigh Burke, de los que hay cerca de 70 en servicio.

Viendo las características de uno y otra, no distan demasiado: frente a los 154-155 metros de eslora del primero, la fragata española tiene 147, y la manga es idéntica (18 metros), aunque el modelo hispano tiene un desplazamiento menor. En comparación, por ejemplo, con las fragatas francesas o italianas, la clase “Álvaro de Bazán” es de mayor tamaño y potencia que ambas (a excepción del modelo antiaéreo “Horizon” de la marina gala).

En cuanto a las futuras F-110, ya hemos visto que tendrá 145 metros de eslora y 18 de manga y 6.000 toneladas de desplazamiento.

Tampoco son muy distintas las fragatas españolas de los mencionados destructores británicos, con 152 metros de eslora y 30 nudos de velocidad, casi idéntica a los 29 de la “Álvaro de Bazán”, aunque en la capacidad de desplazamiento gana el buque de la marina de Su Majestad: 7.350 frente a 5.800.

Destructor británico de la Royal Navy
Destructor británico de la Royal NavyLa Razón

Es más, este modelo de fragata, más concretamente del diseño de la Cristóbal Colón (F-105), construido por la naviera española Navantia, ha sido exportado a otros países como Australia, que cuenta con tres unidades pero han sido denominados destructores clase Hobart, pese a ser una copia de las “Álvaro de Bazán”, incluido el sistema de defensa Aegis.

Con todo, la característica más importante de estos buques es el sistema de combate AEGIS, que incluye el radar multifunción SPY-1D, capaz de detectar amenazas en las difíciles condiciones ambientales características de las aguas costeras, y proporciona la potencia de fuego necesaria para combatidas. De hecho, son los primeros buques de guerra europeos con este sistema que puede detectar y seguir más de 90 blancos móviles y dirigir los proyectiles antiaéreos y de superficie.

Además, son los primeros buques españoles con el nuevo casco de protección balística de acero de alta resistencia. Completa su protección con motores montados sobre piezas elásticas, que no transmiten ruido al casco, por lo que son más difícilmente detectables por submarinos. Las F-100 están equipadas también con sistemas de contramedidas y guerra electrónica Indra Aldebaran, de diseño y fabricación española, y un sistema acústico antitorpedos AN/SLQ-25A Nixie.

Estos barcos llevan un helicóptero embarcado, el LAMPS Mk III, dotado de modernos sensores y armas que permiten la detección y, en su caso, el ataque a buques de superficie y submarinos por fuera del alcance de los equipos del buque.

Características

Y, más allá de estos ejemplos concretos, sobre el papel, ¿qué

Características

debería tener una fragata y un destructor y cuáles son las principales diferencias entre uno y otro?

Las fragatas actuales, según la propia Navantia, “son barcos diseñados para alcanzar los objetivos estratégicos de la defensa nacional de cualquier nación en el siglo XXI. Sus capacidades antisuperficie, antisubmarinas y especialmente antiaéreas hacen de este buque la plataforma fundamental para garantizar la defensa y el control de todas las zonas bajo la soberanía de un país. Adicionalmente, son una herramienta indispensable en la política exterior de la nación, actuando tanto en operaciones de conflicto, como en misiones de paz y humanitarias, así como en el cumplimiento de las resoluciones de la ONU”.

Destacan por sus elevadas capacidades y la flexibilidad para operar tanto en zonas costeras como en alta mar que pueda actuar como buque de mando y control en operaciones con flotas aliadas, proporcionando la cobertura necesaria.

Aunque sobre el papel más pequeña que los destructores, en muchos casos, como hemos visto, son prácticamente idénticos, y desempeña el papel de buque de guerra (pueden tener funciones antiaéreas, antisubmarinas o multimisión), pero también de escoltar de barcos más grandes como un portaaviones, por lo que son muy versátiles y se adoptan a cualquier circunstancia. Asimismo, se trata de un buque pesado, pero su tonelaje oscila mucho. En un convoy, una fragata desempeña el papel de un buque insignia.

Los destructores también suelen ser más rápidos, con velocidades, como es el caso de la modernísima clase Zuwalt de la Armada de Estados Unidos, puede viajar a un máximo de 30 nudos, mientras que los buque rusos de las clases Sovremenny y los de las clase Daring de la Royal Navy llegan a los 30, según la propia web de la Armada británica. Frente a éstas, las fragatas españolas de la clase 100, como es el caso de la “Cristóbal Colón” o la “Blas de Lezo”, se quedan en los 28 nudos. Una de las fragatas más rápidas es la clase Shivalik de la Armada de India, que alcanzaría los 32 nudos, lo mismo que los mencionados cruceros.

Más grandes que las fragatas (desplazan hasta 10.000 toneladas) son también más costosos, razón por la que muchos países han optado por sustituirlos por la versatilidad de la fragata, que cumple la función del destructor y, al mismo tiempo, la de un buque más pequeño y manejable. Sobre el papel, tienen la capacidad de proteger a otros buques de la marina y su armamento suele ser más completo y letal. Los misiles guiados son las principales características de ataque de los destructores, pero como hemos podido ver, las fragatas también los pueden incorporar.

Además de fragatas y destructores, países como Estados Unidos o Rusia disponen también de cruceros, grandes buques que llevan a cabo guerra anti-aérea/anti-misil, guerra de superficie y guerra antisubmarina, en operaciones de ataque de forma independiente o como miembros de una fuerza operacional más grande. Los modernos cruceros con misiles guiados se desarrollaron por la necesidad de contrarrestar la amenaza de misiles antibuque.

Actualmente, solo Estados Unidos (22) y Rusia (9) mantienen cruceros en sus flotas.