
Artillería
¿Por qué dejaron de funcionar las baterías que defendían el litoral español? Así es el único regimiento de Artillería de Costa que queda en España
En septiembre de 2008 hicieron su último disparo para convertirse de inmediato en reliquias de la artillería. Las piezas fueron sustituidas por los obuses remolcados 155/52, de fabricación nacional

Cualquier que haya recorrido la costa española es más que probable que se haya encontrado con alguna batería medio oxidada con su cañón, en desuso desde hace décadas, apuntando al mar. Se estima que en nuestro litoral quedan aún cerca de 390 posiciones de artillería, la última de las cuales habría dejado de funcionar en 2008. En la mayoría de ellas tan solo hay restos del punto en que estuvo instalada la batería, en otros queda la base circular sobre la que se instalaba el cañón giratorio y en algunas aún se conserva el propio cañón.
Las baterías de costa estaban en su mayoría total o parcialmente excavadas en el suelo. Su planta solía ser circular para permitir el giro del armamento que se instala en su centro. Su diámetro depende del tamaño del arma y del calibre de la munición, variando desde los tres hasta los quince metros. Cuando eran grandes, solían contar con una rampa de acceso desde tierra para entrar al cañón. Además, en muchos casos presentan cuartos anexos para acopio de munición o resguardo de los soldados, trincheras, blocaos. Algunas se presentaban por pares con dos posiciones unidas por túneles.
La mayoría de ellas si situaron para proteger las principales bases navales, destacando por ejemplo las que rodean Cartagena o Ferrol, los grandes astilleros y las principales ciudades.
Pero, por qué dejaron de funcionar. Y es que, la Artillería de Costa ha dejado una profunda huella en la historia de nuestro país, tanto desde un punto de vista militar como, incluso, paisajístico, y el artillado de alguna de sus piezas aun nos muestra su larga presencia en baluartes de nuestro litoral.
A lo largo de sus cinco siglos de historia han estado desplegadas por casi toda nuestra geografía allí donde un peligro pudiera llegar por el mar, habiendo participado en numerosos episodios clave.
Sin embargo, poco a poco, el armamento ha ido evolucionando, las tácticas de guerra han ido cambiando y la función de las baterías de costa fue desapareciendo poco a poco hasta convertirse en un vestigio del pasado. Cambiaron las Fuerzas Armadas y, sobre todo, cambió la forma de entender la defensa: ya no hacía falta tener todo el país lleno de cuarteles ni de baterías emplazadas en puntos estratégicos para asegurar una respuesta armada.
Aun así, todavía se mantiene dentro de la estructura del Ejército de Tierra un Regimiento de Artillería de Costa, el único que existe hoy día en España. Se trata del Regimiento de Artillería de Costa número 4 (RACTA-4), que asume ahora esa función en solitario y con medios y capacidades muy diferentes a los de entonces. Se mantuvo dada su cercanía al Estrecho de Gibraltar, el punto del litoral más sensible en un hipotético conflicto y donde más lógico sería el uso de la artillería llegado el caso.
Aunque sus antiguos cañones Vickers 152, 4/50 –las baterías fijas– guardan silencio desde hace casi 17 años. En septiembre de 2008 hicieron su último disparo para convertirse de inmediato en reliquias de la artillería. Las piezas fueron sustituidas por los obuses remolcados 155/52, de fabricación nacional (Santa Bárbara), con los que desde el año 2001 se había empezado a dotar al regimiento.
Su principal sede es el Acuartelamiento “Camposoto”, en San Fernando, donde se encuentra la cabecera del Regimiento y el grueso de sus unidades. Además cuenta con dos destacamentos, uno en el Acuartelamiento “El Bujeo” y el otro en el Acuartelamiento de “Punta Camarinal”, ambos situados en el término municipal de Tarifa (Cádiz).
Las misiones del RACTA 4 como artillería de costa son contribuir en el marco conjunto/conjunto-combinado, al control y defensa de costas, en particular el Estrecho de Gibraltar y, además, las unidades de ACTA móviles podrán ser atribuidas a los planes operativos que se determinen para la defensa de costas en zonas distintas al STROG
Entre sus armas, cuenta con un radar de adquisición y exploración para el seguimiento automático de múltiples objetivos y navegación GPS.
Asimismo, dispone de cañones 155/52 APU SBT-1, de desarrollo íntegramente español (Santa Bárbara), cuyo diseño avanzado cumple con los requisitos de la artillería de campo moderna y las misiones de defensa costera, con una capacidad de despliegue rápido, una excelente probabilidad de impacto en la primera ronda y una capacidad rápida de “disparar y deslizarse” para una mayor capacidad de supervivencia, según explica el propio fabricante.
El sistema automático de colocación de armas (AGLS), el sistema de puntería y puntería de navegación digital (DINAPS) y el sistema de embestida completamente automático (FIRS) de General Dynamics están integrados en el SIAC para un rendimiento superior. Es capaz de disparar 10 proyectiles en el primer minuto, entrar rápidamente en posición (entrar: 2 min. / alejarse: 1,5 min.) y tiene un campo de tiro de más de 40 km con munición base-bleed, más que suficiente para atajar cualquier ataque que pueda llegar del otro lado del Estrecho. De hecho, su principal función es batir objetivos en el mar. Cada uno de los cañones pesa 13.380 kilos con un tubo de disparo de más de ocho metros.
De sus 16 piezas, cuatro fueron construidas como tales y 12 obtenidas a partir de la modernización de ejemplares de la versión V06, con dirección de tiro móvil 9KA-410 (las otras de las que se dispone de este modelo son fijas). Incorpora una serie de modificaciones respecto a la versión de artillería de campaña, como la integración de un software específico que permite realizar la puntería continuada del objetivo, lo que se conoce como «tiro de persecución», estando contemplado también dotarla de puntería automática.
Como complemento dispone de puestos de observación móvil con sistema de visión todo tiempo (TV – IR); zoom 62 X en TV y 10 X en IR; función de exploración manual y programada.
Paralelamente, se está trabajando para dotar a las unidades de Artillería de Costa con la capacidad para el lanzamiento de misiles, una de las necesidades identificadas desde hace algunos años por el Mando de Artillería de Campaña (MACA) y que ahora, por fin, el Ejército de Tierra ha iniciado el proceso para tener esta capacidad.
La Jefatura de Adiestramiento y Doctrina de Artillería (Jadart) participó hace un par de años "en los procesos de obtención" de una nueva dirección de tiro y misiles para dotar al Regimiento de Artillería de Costa (Racta) nº4 de "la capacidad misil de costa".
De hecho, el Mando de Artillería de Campaña (MACA) ya presentó el documento de Necesidad Operativa con los requisitos que deberá cumplir el nuevo sistema de misiles para el Racta nº4, aunque no se sabe en qué punto está el programa y si ya hay una decisión tomada sobre el sistema elegido. Una de las opciones es el sistema Naval Strike Missile (NSM), desarrollado por la empresa armamentística noruega Kongsberg Defence & Aerospace, seleccionado por la Armada para equipar a las fragatas de la clase F100 y F110, y que también podría ser utilizado por los nuevos submarinos S-80.
Puede ser lanzado desde navíos o desde plataformas terrestres y ofrece un alcance de más de 200km con una cabeza de guerra de 120kg con espoleta programable. Está preparado para funcionar como misil anti-buque o de ataque a tierra, por lo que podría servir de apoyo en la modalidad de artillería de campaña para ofrecer unos alcances mayores a los de las baterías de obuses. Los misiles NSM ofrecen una de las mejores capacidades de supervivencia frente a sistemas de defensa antiaérea gracias a sus sensores pasivos, su reducida firma térmica y su baja altitud de vuelo.
Las espoletas programables permiten regular el momento de la explosión del proyectil, dependiendo de los efectos que se desee causar en el objetivo. Los sensores pasivos reciben las emisiones de otros sistemas sin emitir ninguna señal, de forma que son mucho más difíciles de detectar que los sistemas que emiten activamente.
En la actualidad, es uno de los misiles que ofrece unas mejores capacidades a mejor precio. Así, por ejemplo, Kongsberg, la empresa fabricante de los misiles, ha ofertado a la Armada griega dos baterías de lanzadores terrestres por 120 millones de euros, incluyendo todos los elementos necesarios para el total funcionamiento de la batería, incluyendo la unidad de sensores que permitiría aumentar las capacidades de vigilancia del GACTA I/4.
El Regimiento de Artillería de Costa (Racta) nº4 está repartido entre los acuartelamientos de Camposoto, en San Fernando, y los de El Bujeo y Punta Camarinal en el término municipal de Tarifa. "Es la única unidad del Ejército de Tierra que se encuentra dotada y adiestrada para generar la capacidad de defensa y control de costas en cualquier punto de la geografía española, o en cualquier otro lugar donde los compromisos internacionales lo requiera", destaca el propio Ejército de Tierra.
El medio principal del regimiento es el obús remolcado de 155/52 mm modelo V07 -la versión de costa del SIAC-. La unidad dispone de 16 piezas actualizadas dentro de un reciente contrato firmado por el Ejército de Tierra y la empresa Santa Bárbara Sistemas, el fabricante.
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