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El PSOE, del Pacto de Toledo al fango electoral

Colectivos de pensionistas se manifestaron ayer en Bilbao por unas pensiones públicas dignas
Colectivos de pensionistas se manifestaron ayer en Bilbao por unas pensiones públicas dignaslarazon

Tergiversa unas declaraciones del asesor económico de Casado sobre las pensiones y mete en campaña la pelea por los 10 millones de jubilados

Si algo ha dejado claro Pedro Sánchez a lo largo de su meteórico y accidentado currículum político es su capacidad de utilizarlo todo –absolutamente todo– para conseguir la superviviencia y aferrarse al poder. Teniendo en cuenta esto mismo poco puede sorprender que haya echado mano de uno de los tradicionales ases en la manga de la izquierda cuando se acerca la cita con la urnas: las pensiones. Aunque durante algunos años este tema, tan sensible para los casi 10 millones de pensionistas de nuestro país, había sido apartado del tráfago político lo cierto es que ha sido un caballo de batalla continuo entre izquierda y derecha durante décadas.

Fue en 1995, con un PSOE a punto de dejar el poder, cuando todos los grupos políticos firmaron el Pacto de Toledo con el que se quiso lanzar al electorado un mensaje de tranquilidad: las pensiones se sacaban de la confrontación política y todos se comprometían a encontrar soluciones consensuadas. José María Aznar consideró uno de los mayores logros de sus gobiernos el superávit de la Seguridad Social y en 2003 dotó de estabilidad jurídica al Fondo de Pensiones «para que el PSOE no pueda meter mano a la hucha de las pensiones». De las dos legislaturas con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente queda la ominosa fecha del 12 de mayo de 2010, cuando el Gobierno socialista decretó lo que la oposición describió como «el mayor recorte social de la historia», un recorte que incluía la congelación de las pensiones.

La reforma del sistema de pensiones introducida por Rajoy en 2013 fue tan criticada por la oposición como aplaudida por Bruselas. El argumentario del PP aseguraba que la introducción del Factor de Sostenibilidad garantizaría el sistema de pensiones durante décadas pero todo quedó en agua de borrajas: el PNV exigió para votar a favor de los Presupuestos de 2018 que Rajoy renunciara a una de las reformas de las que más orgulloso se sentía.

Por su parte, Pedro Sánchez sacó pecho de la subida del 1,6% de las pensiones que Mariano Rajoy dejó firmada. Eso y volver a centrar su campaña en este espinoso tema, una táctica que, tras la primera andanada lanzada por el presidente en Tarragona el domingo, fue secundada ayer, desde la sede del PSOE en Ferraz, por el secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que llegó a acusar al PP de «aniquilar» el actual sistema público de pensiones. El socialista echó en cara a Daniel Lacalle que defendiera lo que definió como «un principio de la filosofía neoliberal que abraza la derecha: sálvese quien pueda, procúrese usted su plan de pensiones, su sanidad, su educación, acuda al mercado para solventar la protección social». El gurú económico del PP y número 4 del partido de Casado por Madrid se vio obligado a salir al paso de las críticas vertidas por Sánchez y acusó al presidente de «mentir de manera consciente para introducir el miedo a los votantes, sobre algo que no he dicho».

Pero la vedadera réplica a las palabras de Sánchez vino del candidato del PP a La Moncloa. Casado afirmó que Sánchez «no tiene ninguna legitimidad» para hablar de pensiones ya que es «como si un pirómano hablara de cómo apagar incendios». El líder popular recordó que el actual presidente votó a favor del recorte decretado por Zapatero en mayo de 2010.