Tensión

ERC fuerza a Podemos a mantener el pulso al PSOE

Tras el fiasco de la ley mordaza, los republicanos quieren resucitarla con una nueva iniciativa, a solo 24 horas de votar en contra

El primer ministro de la República Portuguesa, António Costa (i) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), a su llegada a la reunión plenaria de las delegaciones española y portuguesa, durante la celebración de la XXXIV Cumbre Hispano-Portuguesa en los Jameos del Agua, a 15 de marzo de 2023, en Lanzarote, Canarias (España).
El primer ministro de la República Portuguesa, António Costa (i) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), a su llegada a la reunión plenaria de las delegaciones española y portuguesa, durante la celebración de la XXXIV Cumbre Hispano-Portuguesa en los Jameos del Agua, a 15 de marzo de 2023, en Lanzarote, Canarias (España).Alejandro AcuñaEuropa Press

El fracaso de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana se define ya como un propio fiasco de la izquierda, que suma dos icónicos enfrentamientos entre la mayoría de la investidura: la reforma laboral y la reforma de la ley mordaza. Dos batallas en las que la izquierda ha acabado herida y que lejos de recomponerse, se vislumbra ya un nuevo bloque dentro del propio bloque de investidura: Podemos, ERC y Bildu contra el PSOE y todo en medio del ciclo electoral que apremia.

El voto en contra de los principales aliados del Gobierno contra la reforma de la conocida como ley mordaza, a propuesta del PNV, ha supuesto un antes y un después en la relación del Gobierno con sus principales aliados parlamentarios. Desde ERC se forzó ayer directamente a los principales aliados –con Podemos a la cabeza–a seguir manteniendo en el tiempo el pulso con el PSOE. La fórmula elegida fue la de reactivar las conversaciones para presentar una nueva proposición de ley sobre la ley mordaza. La estrategia de ERC de confrontar con el PSOE no fue mal vista en el partido morado. Desde el ala dura se apuesta por acabar la legislatura de la mano de los socios y se critica que el PSOE haya decidido abandonar la negociación, según fuentes moradas. En el partido se cree que con haber «cedido un poco» en la reforma, habrían conseguido el «ok» de ERC. Desde el cuartel general morado se ve al PSOE «girando a la derecha» y es por eso que se avisa de la necesidad de «cuidar» la mayoría de investidura.

En ERC también consideran que ha faltado voluntad de negociación por parte del PSOE porque tampoco ha puesto todos los esfuerzos, implicando a ministros del Gobierno, como Félix Bolaños o María Jesús Montero, que suelen aparecer en momentos cruciales para salvar determinadas normas. Los movimientos de los aliados son contestados por Moncloa, por su propio presidente, que ayer desde Lanzarote responsabilizó a ERC y Bildu del fracaso y les acusó de equivocarse en el cálculo electoral. «Hay algo peor que hacer cálculos: es errar en el cálculo. Y creo que han errado tanto ERC como Bildu».

El fiasco ha sentado especialmente mal en Esquerra, que endureció el tono este miércoles: el partido está sondeando a otros grupos para presentar una proposición de Ley para reformar la Ley de Seguridad Ciudadana y Gabriel Rufián advirtió de que la semana que viene confrontará con el Gobierno durante el debate de la moción de censura. «El Gobierno no se puede ir de rositas», afirmó.

Lo cierto es que el planteamiento de Esquerra sobre la Ley de Seguridad Ciudadana es muy embrionario porque los dos aliados más próximos para materializar esta propuesta son Bildu y Podemos y, de momento, apenas tienen constancia de la cuestión. En Bildu aseguran que «no hay nada», ninguna negociación, y en Podemos aseguran que están estudiando la propuesta y tienen pensado hacerlo con colectivos sociales «afectados». En Podemos, la reforma de la ley mordaza, acabó abriendo en canal al grupo parlamentario y se saldó con la desautorización expresa del exlíder de Podemos a su propio negociador, Enrique Santiago y próximo a Díaz. En la reunión de la dirección del grupo parlamentario de Unidas Podemos se trató este choque que ha dividido a la confluencia y ante la nueva propuesta de ERC, el propio Enrique Santiago apostó por obviar el choque con Podemos y reactivar las negociaciones. Eso sí, se pidió mantener una «postura común», según fuentes presentes en la reunión, que lamentaron que finalmente se ha vuelto a ofrecer la imagen de que «nos estamos peleando todo el rato». Paralelamente, el exlíder Pablo Iglesias azuzaba a la confrontación, cargando contra parte del espacio de Unidas Podemos por acusar a ERC y Bildu de acabar con la posibilidad de derogar la reforma de la ley mordaza. "Se han equivocado", lanzó. JxCat, otro grupo partidario de la derogación de la Ley, tampoco ha recibido la propuesta.

La idea de ERC es presentar una proposición de ley con los 40 artículos ya cambiados y con los cuatro puntos de la discordia que han dinamitado la reforma legislativa. En el PNV desconocen la propuesta, pero también creen que los republicanos podían haber optado por evitar con sus votos que descarrilara la reforma legislativa en la Comisión de Interior, para que pudiera llegar al Pleno y dar más margen de negociación. Los nacionalistas vascos eran los impulsores de la modificación de la Ley y habían logrado introducir cambios en 40 de los 56 artículos tras tres años de negociaciones.

Esa reforma legislativa quedó tumbada en la Comisión de Interior porque Esquerra y Bildu votaron en contra porque exigían cuatro puntos: derogar las sanciones por faltas de respeto a los agentes y la resistencia a la autoridad; regular la prohibición de las pelotas de goma, y, suprimir las devoluciones en caliente.

De esta manera, los republicanos también se revuelven contra el PSOE tras el fiasco con la ley de Seguridad Ciudadana y van a usar tanto la iniciativa legislativa como la tribuna del Congreso para hacer ver a los socialistas su malestar por la deriva que está tomando. En las filas republicanas no ha gustado nada tampoco cómo ha negociado el PSOE y Podemos, ya que consideran que han optado por las «presiones» e, incluso, por puentear a los diputados del grupo parlamentario de ERC para intentar conseguir sus votos.