Tomás Gómez

El Estado gobernado por sus enemigos

Los independentistas saben que cederá incluso más allá de lo previsto porque, para Sánchez, solo existe el corto plazo

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a la llegada al recinto donde participa en un acto público, a 07 de octubre del 2023 en Granada (Andalucía, España). El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, protagonizará este sábado, 7 de octubre, en Granada su primer mitin desde que, el pasado martes, fuera propuesto por el rey Felipe VI como candidato a la investidura, tras consumarse en el Congreso de los D...
Pedro Sánchez participa en un acto públicoÁlex CámaraEuropa Press

La guerra entre Israel y Gaza ha dinamitado la actualidad informativa. El mundo observa con atención las declaraciones y los movimientos de las primeras potencias mundiales y las noticias sobre ataques, víctimas y muertes se multiplican.

La negociación para la investidura que pilota el PSOE ha pasado a un segundo plano de interés, pero se han acelerado los encuentros y conversaciones. Octubre está siendo un auténtico calvario para Sánchez que ve cómo los acuerdos que daba por cerrados, en realidad, están más abiertos que nunca.

El mayor escollo reside en Puigdemont y el independentismo catalán. Desde Moncloa hicieron el análisis simplista de que el prófugo aspiraba a revertir su situación. Con esa premisa, la ley de amnistía que exigía y la devolución de su estatus público serían moneda de cambio suficiente para obtener los siete votos que necesita Sánchez. Pero la amnistía no es el punto de llegada, sino el de partida. Puigdemont necesita la ley no solo para liberarse de la Justicia española, sino que es un paso de gigante en la consecución de la autodeterminación. Por otra parte, desde las más altas instancias judiciales, se viene advirtiendo de la in constitucionalidad de una ley de semejantes características, lo que provoca más recelos en el independentismo y mayor concreción antes de dar su apoyo.

La movilización de Barcelona ha sido minimizada por el Gobierno, como también las críticas desde diversos sectores del PSOE y de la sociedad civil pero la realidad es que, a día de hoy, Sánchez necesita más tiempo para negociar porque no ha recabado ningún apoyo nuevo desde que el Jefe del Estado le encargase formar Ejecutivo.

Al líder socialista se le acaba el oxígeno. Los independentistas saben que cederá incluso más allá de lo previsto porque, para Sánchez, solo existe el corto plazo y este toma forma de investidura. Aunque lo consiga, sus socios solo le darán cobertura a cambio de más cesiones. Querer gobernar de la mano de sus enemigos no puede salir bien.