Terrorismo

Una familia marcada por la tragedia: ETA asesinó al padre y a uno de los hijos en atentados diferentes

Los pistoleros mataron al magistrado Francisco Mateu en 1978 en Madrid y a su hijo, teniente de la Guardia Civil, en Arechavaleta en 1986

Francisco Mateu
Francisco MateuMapadelterror

Una familia marcada por el terror de ETA. Mañana se cumplen 47 años del asesinato en Madrid del magistrado del Tribunal Supremo, Francisco Mateu, por disparos de los integrantes del “comando Argala” o francés, que encabezaba Henri Parot. Uno de sus hijos, Ignacio, que estudiaba en la Academia General Militar de Zaragoza pidió gracia especial al Rey para pasar a la Guardia Civil e integrarse en las unidades antiterroristas que combatían a la banda criminal. Don Juan Carlos se la concedió y el 26 de julio de 1986, cuando era teniente del GAR, murió en Arechavaleta al estallarle una bomba trampa colocada por los etarras en las inmediaciones del cuartel de la localidad guipuzcoana, contra el que horas antes habían lanzado granadas sabiendo que en su interior había mujeres y niños.

Narra el general Enrique Rodríguez Galindo en su libro Mi vida contra ETA (Planeta, 2006) que aquel mismo día el teniente Mateu había preparado todos sus enseres personales para trasladarse a Madrid, donde iba a realizar cursos de idiomas por un periodo de dos años y, por tanto, iba a causar baja en su destino del País Vasco. Al enterarse del atentado, “desembaló su uniforme, tomó de nuevo el mando y allí estaba acudiendo a la llamada, que no podía ni quería desoír”. Un sentido del deber y el honor, en las antípodas de la maldad de los etarras.

Al “Comando Argala” de ETA, formado por un grupo de ciudadanos franceses encabezados por Henri Parot, su jefe, Domingo Iturbe Abasolo, “Txomin”, les entregó información sobre el magistrado José Francisco Mateu Cánoves, miembro del Tribunal Supremo, y les ordenó desplazarse a Madrid para asesinarle.

Los miembros de la célula hicieron un primer viaje a Madrid, comprobaron los datos que habían recibido en Francia, que incluían el domicilio del magistrado, sus horarios e itinerarios, y regresaron al país vecino. Pocos días después, cuatro miembros de la célula, con Parot al frente, cruzaron la frontera con dos coches en los que ocultaban varias pistolas y granadas. Una vez en Madrid, robaron dos motocicletas y esperaron al magistrado en las cercanías de su domicilio.

El 16 de noviembre, José Francisco Mateu, como tenía por costumbre, salió de su domicilio sobre las 9:30 horas camino de su trabajo. Unos segundos después, cuando apenas había recorrido unos doscientos metros, dos terroristas que permanecían entre dos coches aparcados en la calle Claudio Coello se abalanzaron sobre él y le dispararon a quemarropa provocándole la muerte de forma instantánea. Los terroristas huyeron en dos motocicletas. Durante la huida se les cayó una granada y un cargador.

En el atentado resultó alcanzado por un proyectil el portero de un edificio cercano, quien fue curado de una herida producida en un tobillo por el rebote de una bala. Al poco de conocerse la noticia del asesinato del magistrado se organizaron servicios de control de vehículos en todas las carreteras que salían de Madrid, así como en varios lugares considerados estratégicos.

En el momento de su asesinato era miembro del Tribunal Supremo como magistrado suplente de la Sala Sexta. El 10 de diciembre de 1991 la sección 2.ª de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, en su sentencia número 56, juzgó y condenó a Henri Parot a una pena de 29 años de reclusión mayor.

En la madrugada del 26 de julio de 1986, dos granadas anticarro fueron lanzadas contra la casa cuartel de la localidad guipuzcoana de Arechabaleta sin causar daños personales ni materiales. No obstante, miembros de los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) acudieron para inspeccionar las inmediaciones. Cuando los agentes se hallaban en una zona de campo próxima, una bomba-trampa oculta entre la hierba alcanzó de lleno al teniente Ignacio Mateu Istúriz y al guardia primero Adrián González. Este último falleció en el acto, mientras que el teniente murió mientras era trasladado en ambulancia al hospital vitoriano Ortiz de Zárate. (Con información de Vidas Rotas).