Entrevista
Francisco Franco Martínez-Bordiú: «Sánchez se ha cargado la clase media que levantó mi abuelo»
Lamenta el despilfarro del Gobierno con «dinero de todos» en actos «sin pena ni gloria» y en una España «con más desigualdades que nunca»
Francisco Franco Martínez-Bordiú (El Pardo, 1954) recibe a LA RAZÓN en su casa madrileña convaleciente de una fuerte gripe. Sin estridencias, y en un tono sereno que no altera ni al criticar a la «aristocracia» de la clase política ni a la Iglesia que ha «claudicado» en el Valle de los Caídos, «dominada por este Gobierno chantajista y cainita», muestra algunos recuerdos de su abuelo, como una foto en la que se ve a ambos compartir una jornada de caza, o una imagen de Emilio Mola dedicada a Franco por el propio «Director», solo unos meses antes de su muerte, en 1937.
A punto de los 71 años usted y al cumplirse 50 de la muerte de su abuelo, ¿cómo ha tratado a ambos el paso del tiempo?
Cada uno nos hemos ido defendiendo como hemos podido y a mi abuelo, al final, lo juzgará la historia, por mucho que este Gobierno le aplique la «damnatio memoriae». Yo creo que lo que ha hecho ha sido tan ingente durante tanto tiempo que, dentro de unos años, la historia lo juzgará, increíblemente todavía no.
¿Qué recuerdos más vivos guarda de él?
Yo era su compañero de caza, y viajaba en el barco con él, para mí era un abuelo absolutamente entrañable; en las cuestiones políticas estaba absolutamente ajeno. Luego, con los años he ido viendo con perspectiva las cosas que se han hecho y lo que ha pasado y, para mí, ha crecido como estadista. A pesar de todo lo que dicen.
Le dedicó, además, un libro («La naturaleza de Franco»)
Hablaba de la parte personal de mi abuelo, de la parte política no soy quién para juzgar, no soy objetivo, pero los hechos son incontrovertibles.
Su madre dijo que el tiempo le pondría en su sitio
Ahora le doy la razón. Pensé que no porque el relato de los partidos políticos –de los que no era partidario– ha sido intentar borrarlo, pero creo que, al final, no lo han conseguido en absoluto.
La exhumación de 2019 fue, sin duda, un punto de inflexión para la familia. Algo que nunca habían esperado, imagino
Sigue siendo una cosa única en el mundo, es decir, una expropiación de un cadáver. A día de hoy sigue secuestrado por el Gobierno en un mausoleo que es del Gobierno. Y que nosotros, para ir a visitarlo o a rezarle [a Mingorrubio], tenemos que pedir permiso. Es una incongruencia, pero así es.
¿A quién reprocharía con mayor peso aquel 24 de octubre?
No hay una persona en concreto a la que se le pueda reprochar, yo creo que la nueva era de la izquierda socialista, ya radicalizada, ha buscado el enfrentamiento de bandos y la figura de mi abuelo ha sido una de las cosas que ha manejado de una manera obsesiva. Primero, Zapatero, y el continuador, Sánchez: es una cosa obsesiva fuera de época y de lugar.
Aquello fue un paso marcado por las leyes de memoria socialistas, ¿qué han aportado?
Un enfrentamiento nada positivo. El Valle de los Caídos era un lugar de reconciliación y lo han convertido en un lugar de confrontación.
Estrasburgo era el último recurso que tenían, pero fue inútil
No entró en el fondo de la cuestión. Pensábamos que sí, porque, cuando en el Supremo se habló de la expropiación del cadáver, creíamos que Estrasburgo iba a ser positivo. Pero ya es cosa pasada, agua que no mueve molino.
Uno de los grandes protagonistas entonces fue el prior de Cuelgamuros, Santiago Cantera, hoy «exiliado» en una ermita de paradero desconocido
Siempre he dicho que España ha sido un país de héroes porque ha habido muchos a lo largo de la historia. Pero si me hablas de estos últimos 50 años, o quizá de los últimos 30, yo el único que conozco es el padre Cantera, que ha sido un héroe para mí, y para mucha gente, porque ha sido fiel a sus ideas. Ha hecho lo que creía que era justo y lo que era su deber y no se ha plegado ante nadie. Ni ante sus superiores jerárquicos, en la Iglesia, ni al Gobierno, pese a todas las presiones recibidas. Desde todo punto de vista, él ha seguido su camino y hasta que no lo han echado no se ha movido.
¿Y qué piensa de los planes para el Valle de los Caídos?
Son los reyes de hacer cosas insustanciales que no valen para nada, con el dinero de todos. Era algo para la reconciliación y ahora sirve para gastar dinero absurdamente.
Este mismo noviembre, el presidente Sánchez pretende el borrado de Franco a golpe de Boletín Oficial del Estado
El comodín Franco lo ha jugado varias veces ya, pero creo que esta vez le da menos votos, y le puede llegar a quitar porque es tan ridículo todo... Como esos 100 actos que han pasado sin pena ni gloria, más que para gastar dinero público porque, eso sí, gastar dinero en cosas absurdas no hemos parado.
¿Y qué hay de esos 50 años de «España en libertad»?
Yo digo que en España la gente que tiene hoy más de 75 años recordará que, en otros tiempos, todo el mundo se podía comprar una vivienda, sus hijos estudiar... La casa en un periodo de 7 a 10 años porque no había créditos como ahora para endeudarte toda la vida, que ni aun así hoy los universitarios se pueden comprar pisos. Pero en aquella época, durante muchísimos años la gente, todo el que quiso, se compró un piso, y estoy hablando de obreros. Y además trabajaban prácticamente los hombres en un 80% de los hogares. Solamente había un sueldo, pero daba para comprar. El otro día, en la radio, oí que en el año 77 se impuso el IRPF, y no sé si antes o después el IVA. Es decir, antes la gente lo que ganaba se lo gastaba en lo que quería. Hoy se lleva el Estado una porción importantísima y lo que ha hecho ha sido cargarse la clase media. Mi abuelo le dijo a Vernon Walters [enviado de Nixon] cuando vino a preguntar en el año 71 qué iba a pasar a su muerte: «No se preocupe porque he creado una clase media que es la que no va a dejar que pase nada», le trasladó. Esa clase media ha sido absolutamente laminada en este país. Ha sido laminada porque es la que soporta el peso de los impuestos que se van en clientelismos políticos de todo tipo, empezando por las corruptelas, pasando a subvenciones. El nivel de pobreza que hay en la España de Sánchez no lo ha habido nunca, no se ha conocido en los últimos 60 años. Hay gente que está trabajando y que es pobre. A eso nos ha conducido esta política de los partidos que nos venden las libertades, no sé de qué libertad estamos hablando.
¿Qué más diferencias ve entre la España de hoy y la que vivió su abuelo?
Que hay más pobres que nunca, más desigualdades que nunca, y sí, habrá mucha libertad para cambiarte de sexo o para decidir si abortas o no, pero para poderte comprar una casa, o labrar un futuro, libertad hay muy poca porque la gente está asfixiada. Yo nunca hablé de política con mi abuelo, la única pregunta que le hice fue porque me parecía mal su manía a los partidos políticos y le pedí que me lo explicase. Me dijo: «Porque los he vivido y sé que no piensan más que en ellos mismos, pero no en España». Nadie defiende a España en los partidos y es la realidad de lo que estamos viendo. Y ahí hablo de todo el espectro político. Es decir, van a lo suyo, nombran a su gente y no a la gente por la meritocracia, y así nos luce el pelo.
¿Hay algún partido que salve?
En principio, creo que en esto tenía razón mi abuelo. No digo que no sean un mal necesario, porque los hay en todos los países. Pero, por lo menos, los que nos han dirigido desde que llegó la democracia, que han sido el Partido Popular y el Partido Socialista, y que han tenido mayorías absolutas y se han ido alternando en el poder, pues han sido nefastos. La vivienda, que es el mayor problema que hay en España, y es un tema que conozco bien, es algo dramático. Eso sí, la culpa de por qué se ha llegado a esta situación no la asume ninguno, cuando la responsabilidad es totalmente de ellos. El caso es que durante 40 años se hicieron 4,5 millones de viviendas sociales. Y no conozco la cifra, ¡pero debe ser tan ridículo el número de vivienda social que se ha construido desde el 75! Esos años de inacción conducen a que hoy no haya vivienda para la gente que no tiene grandes recursos.
Sigue pendiente el fallo sobre el Pazo de Meirás por parte del Supremo. ¿Qué puede pasar?
Desde la ridícula escena de la jueza con las llaves, como si fuese un trofeo, a que al día siguiente del fallo saliese en el Boletín Oficial que el propietario era el Estado, sin haber una sentencia firme. Y hoy sigue sin haberla. Y aquí estamos.
La Casa Cornide es otro inmueble en disputa que persigue el Ayuntamiento de La Coruña
Lo del pazo, en principio, les salió bien y vamos a intentarlo con eso y con todo lo que podamos y un poco más. Pero no tiene nada que ver una cosa con la otra porque eso nunca fue del Estado, ni fue residencia ni estuvo mantenido por el Estado. Pero, por intentarlo, que no quede.
¿De este tema hay novedad?
No, yo intento ser positivo, mirar al futuro y trabajar. No estoy todo el día mirando atrás a ver qué hay y que no hay. Tenemos abogados que lo llevan, que lo gestionan, y la verdad es que no estoy al tanto de lo que sucede. Es decir, me afecta, pero no me quiero amargar con este tipo de situaciones.
Y la casa natal de Ferrol, ¿en qué situación está?
Esa la vamos a construir, lo que pasa es que llevamos dos años que ya tenemos licencia y tenemos todo, pero está la placa donde dice que nació mi abuelo y nadie toma la decisión de qué hacer con ella, porque si hay quitarla, se quita. El concejal de Cultura ha ido a preguntar a Patrimonio y nadie toma ninguna decisión. La casa estaba en un estado lamentable y tenemos ya un proyecto tres de los hermanos para promoverla y venderla porque no tiene ningún sentido tenerla así.
Una placa así no debería ser un problema
Pero han puesto esa pega. Llevamos dos años con qué hacer con la placa, y el proyecto aprobado. Pero es que todo lo que tiene que ver con nosotros es así de complicado.
Ha comenzado el proceso para ilegalizar la Fundación Franco, y se quieren aplicar ya medidas preventivas
Pasó en el Pazo de Meirás; con lo de la expropiación del cadáver, lo mismo, y con lo de la Fundación pues harán lo que quieran porque el respeto de los tiempos legales es cuando les conviene. Cuando no, les da un poco igual.
Con la Fundación no tiene una implicación muy directa...
Por supuesto, pertenezco a la Fundación, creo que hace una labor inconmensurable al intentar recordar lo que ha representado Franco en España. ¿Qué cambia que haya una Fundación Francisco Franco? No cambia nada, pero es otra de sus obsesiones y así gastan dinero con esta memoria democrática.
La clave está en que achacan a la Fundación Franco «humillación a las víctimas»
¿Una humillación? Yo no veo en qué, siempre he defendido que el franquismo no existe ni ha existido nunca, ni se ha pretendido. Es decir, mi abuelo fue un general más que, en un momento dado, asumió el mando de la nación y que se quedó como jefe de Estado hasta que se murió. ¿Las víctimas? Por suerte o por desgracia, hace ya hace muchos años que pasó. Y en qué puede humillar el que haya gente que simplemente mantenga vivo el recuerdo de mi abuelo. No creo que eso sea una humillación para nadie, e insisto en que nunca se ha humillado a nadie.
Para acabar, aparte de la misa en la calle Velázquez por su abuelo este mismo día 20. ¿Van a hacer algo especial?
No, yo creo que no. No vamos a hacer nada.
Entrevista completa a Francisco Franco Martínez-Bordiú