Terrorismo

Funcionarios de prisiones denuncian que los yihadistas salen más radicalizados de la cárcel

Echan en falta que Interior organice cursos para el tratamiento individualizado de estos reclusos

Mustafá Maya Amaya, un ejemplo de yihadista al que la cárcel no desradicalizó
Mustafá Maya Amaya, un ejemplo de yihadista al que la cárcel no desradicalizóLa RazónLa Razón

“Los programas de desradicalización de los presos yihadistas constituyen un fracaso, entre otras cosas porque no se cuenta con los que están sobre el terreno, los funcionarios, que son los encargados de llevarlos a cabo”. Representantes del sindicato ACAIP, entre los que se encontraba su presidente, José Ramón López, han denunciado el obscurantismo del Ministerio del Interior en tono a este asunto, hasta el punto de no facilitar, “por razones de seguridad nacional”, ni el número de reclusos ni los expedientes con la información necesaria para su tratamiento. “Es necesario realizar cursos de formación de los funcionarios en un tema tan delicado y no se hacen en el número suficiente, salvo los que organiza la propia ACAIP ”, agregan. El sindicato ha dado dos cursos en los que formaron a 250 trabajadores. Interior da un curso al año, en el que forma a 25.

El resultado, con lo que ello conlleva de peligro para la sociedad, es que los presos yihadistas salen más radicalizados que cuando entran en la cárcel.

Reconocen los funcionarios la dificultad de convencer a un yihadista que rechace sus idea, pero, a la vez, subrayan que se podría realizar un gran trabajo, que ya se intenta, para convencerles que, aun manteniendo este ideario, no practiquen la violencia terrorista.

Cuando salen en libertad, vuelven normalmente a los ambientes en los que fueron detenidos. Una de las medidas que se proponen es que los programas, más que basarlos en principios teóricos globales de desradicalización, incidan en el tratamiento individualizado del recluso ya que cada uno tiene su perfil. Se trata de un colectivo heterogéneo que no genera problemas de agresiones a los funcionarios. Con respeto a las medidas de seguridad en general, dadas las instrucciones de las bandas yihadistas de preparar fugas, subrayaron que el sistema penitenciario español, aunque faltan medios, es uno de los mejores del mundo en este aspecto.

Según un informe realizado por la propia ACAIP, durante 2023, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han realizado 78 detenciones, en 36 operaciones, por yihadismo. Cuatro de ellos eran menores por lo que quedaron a cargo de la jurisdicción correspondiente.

“Sin embargo, esta cifra de detenciones no implica necesariamente el ingreso en prisión de los implicados en este tipo de actividades. Entre los detenidos, por ejemplo, hubo 14 ciudadanos pakistaníes expulsados del territorio nacional tras su detención. También hubo los citados cuatro menores de edad que quedaron sometidos a su jurisdicción. Nuestro Departamento de Estudios, a partir de la información obtenida en fuentes abiertas (fundamentalmente medios de comunicación y estadísticas oficiales del Ministerio del Interior), cifra en 37 el número de ingresos en prisión por delitos relacionados con el terrorismo yihadista a lo largo de 2023”.

"Esta cifra – aclaran--es aproximada, partiendo de la base de que los datos obtenidos por estas fuentes no son completos y que no existen estadísticas oficiales a este respecto. Así, solo hemos podido determinar en base a los datos obtenidos de fuentes abiertas la nacionalidad de 18 de los individuos que ingresaron en prisión. Entre las nacionalidades de los individuos destacan la española y la marroquí. También hubo ingresos en prisión de personas con nacionalidad búlgara (1) argelina (1), dominicana (1), ecuatoriana (1) y brasileña (2). Esto supone que, con los datos disponibles, el 42% de los nuevos ingresos son ciudadanos marroquíes y los españoles representan el 28.5%”.

La media de edad de los individuos que han ingresado en prisión es de 35 años. La horquilla de edad está entre los 18 años de los más jóvenes a los 60 años de Mustafá Maya Amaya (detenido en Melilla), que el ya había estado en prisión por el mismo motivo. Es de destacar también que cinco de las personas enviadas a prisión eran mujeres”.

Entre las tipologías delictivas de los presos preventivos, destacan las conductas relacionadas con el enaltecimiento del terrorismo, el adoctrinamiento, la auto radicalización y la financiación. También hubo que lamentar un asesinato (el de Algeciras).

El 83.3% de los ingresados en prisión preventiva en este periodo lo fue por conductas relativas al adoctrinamiento yihadista. Un 38.8%, con actividades relativas al enaltecimiento del terrorismo. Un 19.4%, por haber estado inmersos en un proceso de auto adoctrinamiento o auto radicalización. Un 11.1% de los nuevos ingresos estaba implicado en actividades de financiación.

Es de destacar –concluye-- que, de las mujeres encarceladas en este periodo, dos de ellas lo fueron por desplazarse a un territorio controlado por organización terrorista, lo que representa el 5.5% del total.