Defensa
El gasto militar por la OTAN nos trae artillería de última generación
Indra Group y Escribano Mechanical son las empresas clave para la modernización de los proyectos del Ejército de Tierra
Las Fuerzas Armadas de España se encuentran inmersas en una renovación de sus servicios y material. Los proyectos y programas se están diversificando tras el aumento en el gasto de defensa por parte del Gobierno, en buena medida para alcanzar lo exigido por los acuerdos de la OTAN. Algo que ahora toma mayor relevancia tras el veto a las empresas israelíes. Entre los grandes beneficiados de este giro en la política de defensa del país se encuentra Indra Group y también Escribano Mechanical & Engineering. Dos compañías que ahora van a empezar a trabajar juntas en el marco del cacareado programa PEM (Programa Especial de Modernización).
En concreto, según han informado fuentes solventes a LA RAZÓN, ambas empresas se encargarán de desarrollar la «Fabricación Avanzada en Movilidad Terrestre Sostenible II, ATP Ruedas», que ha recibido un presupuesto de 1.181 millones de euros.
Esto se traduce en que Indra y Escribano van a aunar esfuerzos en diseñar, fabricar y entregar al Ejército de Tierra un nuevo obús autopropulsado con el que las Fuerzas españolas incrementen su potencia de fuego, precisión y, sobre todo, movilidad en el campo de batalla del futuro.
El arma de artillería ha tenido una expansión exponencial desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En el tiempo actual sus servicios se dividen en batallones equipados con cohetes, misiles, artillería remolcada y autopropulsada. Estas dos últimas son las más comunes y entre ambas hay una verdadera competencia. La artillería remolcada tiene sus ventajas de calibre, rango de acción y precio, pero es lenta en su despliegue y transporte.
En cambio, la artillería autopropulsada, a pesar de poseer una limitación en su calibre y ser más costosa, puede desplegarse y moverse hacia el campo de batalla con mayor rapidez.
Echando un vistazo a los desarrollos de la artillería autopropulsada de los últimos años se puede comprobar que la fórmula «con ruedas» es en parte la vencedora frente a los vehículos que utilizan cadenas. Después de 1945, este tipo de armas convencionales de largo alcance solían ir montadas sobre chasis de carros de combate. La disponibilidad de vehículos de este tipo era grande, así que se decidió darles una segunda vida. Ahora las fuerzas militares han elegido una combinación más ligera, aunque blindada, basada en camiones todoterreno.
Tal es el caso del CAESAR (Camion Équipé d’un Système d’ARtillerie) francés, que ha sido utilizado en Ucrania, o del más humilde y ligero Joya SAA-1 de fabricación colombiana.
No obstante, y por lo que hemos podido saber, el Ministerio de Defensa ha mencionado los sistemas por «cadenas» dentro del programa. Así que todas las opciones están sobre la mesa. Indra y Escribano tendrán que barajar todas las posibilidades que les ofrece la tecnología actual y el mercado internacional para obtener un obús autopropulsado que no solo merezca la pena, sino que aumente las capacidades tácticas y operacionales del Ejército de Tierra.
Yendo a los aspectos íntimos del programa, las dos empresas tienen el encargo de entregar más que los propios obuses autopropulsados. Indra y Escribano se encargarán de suministrar los vehículos de municionamiento, vehículos de recuperación, así como los indispensables de apoyo logístico inicial, formación, simulación e infraestructura. Este último apartado es vital, ya que es la parte necesaria para controlar tanto el despliegue como los fuegos. Por otro lado, se ha especificado que los sistemas autopropulsados que se vayan a entregar tendrán capacidad para poder batir objetivos navales. Teniendo España una de las costas de mayor extensión, es un requisito básico.
Respecto al alcance material del programa PEM, y en cifras reales, Indra y Escribano deberán entregar cuando esté finalizado la siguiente lista de vehículo y elementos varios: 86 obuses ATP ruedas, 86 vehículos de municionamiento, 14 vehículos de recuperación, 7 vehículos específicos de mantenimiento (si se requieren), 86 equipos de mantenimiento de primer escalón, 17 de segundo escalón, 9 de tercer escalón, 1 de cuarto escalón, 10 hipocelómetros láser (para comprobar el estado de las bocas), la adaptación de 8 simuladores, 18 equipos de limpieza de tubos, 86 sistemas de tiro reducido y los aspectos de apoyo logístico integrado. El apoyo logístico se refiere a que deben cubrir los cursos, el stock de sostenimiento y los medios de enseñanza para las tripulaciones.
Es difícil saber por cuál de todos los obuses autopropulsados van a decidirse Indra y Escribano. Los candidatos europeos son variados. Entre ellos se hayan el HX3 de la empresa alemana Rheinmetall o el K9 Thunder de la surcoreana Hanwha Defense.
En ambos casos los vehículos provienen de compañías (y países) con una larga tradición armamentística y que disponen de una industria de defensa fuerte y bien probada. Aunque la decisión sencilla sería buscar dentro de la Unión Europea, lo cierto es que Corea del Sur se está convirtiendo en un interesante competidor gracias a su inversión tecnológica.