Elecciones en Extremadura

Guardiola mira al centro con la inquina de Abascal

El responsable de Vox lanza su amenaza al PP: anuncia que exigirá «otro candidato» para la investidura

PINOFRANQUEADO (CÁCERES), 05/12/2025.- El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo​, interviene en una comida-mitin con afiliados y simpatizantes celebrada en la localidad cacereña de Pinofranqueado este viernes con motivo de la campaña electoral de los comicios autonómicos del 21 de diciembre en Extremadura. EFE/ Eduardo Palomo
Visita de Feijóo a Cáceres durante la campaña electoral en ExtremaduraEduardo PalomoAgencia EFE

Empezó movida la campaña electoral en Extremadura. No había transcurrido ni siquiera media jornada desde la pegada de carteles y ya había polémica. Partido Popular y Vox, a la gresca por las palabras de Santiago Abascal, que no oculta su particular inquina hacia la presidenta de la Junta y candidata popular: María Guardiola.

Hasta el punto de que, en una entrevista publicada ayer en el diario extremeño Hoy, el máximo responsable del partido verde planteó –de manera contradictoria– que, quizá, su rival debería ser reemplazada. La aludida vio en sus palabras un «tufo machista» y reivindicó que lo que no estaba dispuesta era a pasar por el aro de nadie más que de los votantes.

Fue Abascal quien prendió la mecha. «Si la señora Guardiola no es capaz de alcanzar un acuerdo que suponga ese cambio de rumbo en favor de la prosperidad de Extremadura, y de la seguridad en las calles y de la libertad de las familias, pues el PP tendrá que decidir si propone otro candidato. Si la señora Guardiola, en cambio, es capaz de llegar a ese acuerdo quizás no tenga que decidirlo», fue el comienzo exacto de su declaración en el citado medio regional.

Nada más sugerir que su formación política pediría la cabeza de Guardiola, matizó: «No somos nosotros los que vamos a quitar y poner candidatos de otros partidos, no nos compete. Salvo que las cosas se pongan muy feas».

Confirmó pues que, en realidad, Vox sí que quiere quitar a la candidata del PP. «No voy a decir que no haya pensado ese escenario, si la señora Guardiola se empecina. Ya veremos quién gana las elecciones, que damos cosas por supuestas... veremos cuál es la decisión de los extremeños, pero si es similar a la anterior, ¿para qué se han convocado las elecciones?».

Finalmente, describió las tres alternativas posibles: «O se pone de acuerdo con los socialistas, o con nosotros sobre esas bases, o quizás el PP tenga que tomar la decisión de cambiar de candidato».

A pesar de que Alberto Núñez Feijóo, como publicó LA RAZÓN, pedía no entrar al trapo con las provocaciones de Vox, María Guardiola no se quedó callada. «Yo no me empecino con nada. Yo creo que ya lo he dicho en reiteradas ocasiones y, además, he tenido la oportunidad de mostrarlo durante todo este tiempo. Yo, desde luego, sólo me rindo al interés de Extremadura y de los extremeños», recalcó en unas declaraciones entre mitin y mitin.

También cargó contra el modus operandi de Abascal, que llevaba años sin pasar por Extremadura y, ahora, poco menos que ha establecido allí su residencia. Temporalmente, claro. «Se va a tirar 15 días pisando esta tierra y yo me alegro por él, porque va a tener la suerte de conocerla y disfrutarla, pero que cuando acabe esta campaña electoral y sean las elecciones, a partir del día 22 no vamos a volver a verle», vaticinó Guardiola, que busca su espacio por el centro. Una fórmula muy parecida a la que empleó Juanma Moreno en sus últimas elecciones en 2022.

No hay duda de que el público objetivo que puede llevar al PP a una «mayoría suficiente» en estos comicios es el votante moderado que, antaño, se decantó por perfiles como el de Guillermo Fernández Vara. Si Vox le declara la guerra a Guardiola, razón de más para reclutar apoyos por los caladeros de la izquierda, que son los primeros interesados en que su región no dependa de un partido que repudian.

Es la teoría que sostienen dirigentes populares. «La tensión con Vox conseguirá que el voto moderado socialista se vaya con ella». El planteamiento del elector, opinan fuentes internas consultadas por este diario, es simple: «Yo quiero a alguien que no dependa de Vox y que, encima, no tenga problemas para gobernar». La alternativa, en resumen, será votar al PP. Porque, en el inicio de la campaña, no hay ninguna duda: la disyuntiva no es otra más que Guardiola sola... o acompañada.

Otro flanco por el que los populares pretenden defenderse de los golpes de Vox es su candidato. Fue Feijóo quien, ayer, se encargó de ironizar con la estrategia que sigue Vox, que consiste en dar todo el protagonismo de la campaña a Abascal, hasta el punto de que nadie conoce al candidato. Ni siquiera él. «No sé cómo se llama, creo que la mayoría de extremeños, tampoco».

En todo caso, y por si quedaban dudas, recalcó que el único que mueve los hilos, y los moverá en el futuro, es Abascal: «Aquellos que no lo sepan, sabrán que ese candidato ha sido puesto desde Madrid y no desde Extremadura». Una práctica antagónica, dijo, a la de su formación política. «Nuestros candidatos no son marionetas que movemos con hilos desde Madrid, como hace Vox. En mi partido no es posible caciquear a estas alturas con candidatos prefabricados decididos por una única persona».

Y para cubrir el flanco derecho, la receta del PP es clara: antisanchismo en vena. Por eso, otro mensaje que repite mañana, tarde y noche el presidente nacional del PP es que si Extremadura supone la «zona cero de la decadencia sanchista» –por el escándalo del «hermanísimo», que sentará en el banquillo al hermano de Sánchez y al candidato socialista–, también puede ser el principio del fin.

Una derrota del PSOE, consideran los populares, será equivalente a desmontar toda la campaña contra los jueces impulsada por la mismísima Moncloa. Jaque mate a un Sánchez que presenta a su mujer y a su hermano como víctimas de una persecución judicial orquestada por la derecha en los cenáculos del poder.

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