
21-D
El PSOE extremeño se prepara para el «postsanchismo»
El contexto político no puede ser peor para los socialistas

El PSOE extremeño sabe que cuando se cierren las urnas el próximo 21 de diciembre, la federación iniciará el tránsito hacia el «postsanchismo». Las fuentes consultadas en el partido admiten que las perspectivas no son nada buenas para Miguel Ángel Gallardo, procesado en el caso de tráfico de influencia que afecta al hermano de Pedro Sánchez. El contexto político de estos comicios, que adelantó la presidenta María Guardiola (PP) tras no poder llegar a un acuerdo de Presupuestos con Vox, no puede ser peor para los socialistas, que llegan a esta campaña en plena sacudida de escándalos.
El último, el «caso Salazar», supone otra bomba a la credibilidad del partido ante las mujeres, su principal caladero de votantes. En Ferraz preparan el batacazo y en Extremadura advierten de que Gallardo debería dar un paso al lado en caso de que el golpe sea demoledor, como temen la mayoría de los cargos consultados. Mientras tanto, el presidente se ha tomado las elecciones como un asunto personal. No solo eso, es que ha decidido que las urnas sean una elección sobre él con todos los riesgos que implica. Pero el análisis que hacen los estrategas del presidente es que, puesto que la derecha está tan movilizada en contra del líder socialista, no cabe otro recurso que presentar a Sánchez como el candidato a batir.
Pese a todas las crisis que sacuden al presidente, en Moncloa siguen pensando que es el mejor candidato posible y quien mejor puede movilizar a los progresistas. Pero lo cierto es que nadie en el PSOE se lleva a engaño. Todos saben que el partido va a sufrir mucho. Estos comicios son el arranque del nuevo ciclo electoral que concluirá, salvo sorpresa, en 2027. Será entonces cuando los españoles acudan a votar en unas elecciones generales. Y eso que Sánchez lleva varios meses, desde septiembre, en clave electoral. El líder socialista ha aumentado sus intervenciones mediáticas con entrevistas y cameos en redes sociales. Huele a urnas, pero en Ferraz insisten en que se trata solo del carrusel de elecciones autonómicas que está por llegar: Extremadura, Castilla y León y Andalucía.
En verdad, en el partido esperan con ganas las urnas. Están deseosos de ver cómo afectan todos los casos que salpican al PSOE y a su líder: Begoña Gómez, David Sánchez, el fiscal general y el «caso Koldo». Las elecciones de Extremadura serán las primeras en las que los ciudadanos acudirán a votar con todo la información encima de la mesa. El PSOE aguarda el momento en que se debata la sucesión de Sánchez.
Todos los cargos consultados coinciden en que ese debate llegará pero está aún lejos, porque Sánchez tiene intención de presentarse de nuevo como cabeza de lista. Hasta entonces, tendrá que contener la respiración cada domingo electoral. Pero el PSOE no se lleva a engaño. Los socialistas, en privado, admiten que el nuevo ciclo de elecciones autonómicas será «duro» para su partido. Por eso, los críticos de la actual dirección –que empiezan a tomar posiciones de cara al fin de la etapa de Pedro Sánchez en el Gobierno– usarán «el batacazo» de los ministros–candidatos en sus respectivos territorios como ariete contra el secretario general.
Todo parece indicar que empezará con Gallardo. Si sus apuestas pierden, Sánchez quedará marcado y se podrá hacer la lectura de un rechazo de los ciudadanos a él y a sus políticas, sobre todo en las comunidades autónomas en las que la agenda nacional tiene más peso, como Madrid, las dos Castillas, Aragón y Extremadura. Por no hablar de si pierde él también. Todos a una. El sentir del partido es que tendrá imposible recuperar el poder territorial que se fue.
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