Pactos

El PP logra el cambio en Extremadura sin someter sus "creencias" a Vox

El PP asegura que el acuerdo con Vox en Extremadura "incluye de manera expresa la violencia machista"

Fin a la incertidumbre en Extremadura. Habrá pacto entre PP y Vox en la comunidad autonómica pero en el que los populares salvan sus líneas rojas y no transigen en los extremos ideológicos de Vox. Ni «cesiones ideológicas» y defendiendo como muro de contención la violencia machista es como finalmente la presidenta del PP extremeña ha rubricado el pacto que primero había desechado enérgicamente y luego defendido con los de Santiago Abascal. Todo después de que el PSOE estuviera dispuesto a presentarse a la investidura en solitario.

Esta es la hoja de ruta de los populares de cara a terminar de definir el mapa autonómico resultante del 28-M. Los pactos con Vox del PP –tras el acuerdo en Valencia– es uno de los principales arietes del PSOE contra el PP y leitmotiv de campaña para las elecciones generales. Ante esto, en Génova se reafirma que solo se permite la entrada de Vox en los lugares en los que el voto de los de Abascal es «imprescindible» para la investidura. Pero no como marca de la casa. Extremadura es uno de los ejemplos claros tras los resultados en las urnas. «Defenderemos nuestra legitimidad para gobernar en solitario donde somos la fuerza más votada», aseveran.

Los populares amarran Extremadura pero defendiendo sus principios, aunque sea con Vox, como parte necesaria en la ecuación. Y es que hay distancias insalvables que se han dejado fuera. Los populares ponen así en contraposición el pacto alcanzado con Vox, con los de los socialistas y sus socios. «Los acuerdos no implican cesiones ideológicas y confirman una forma diferente de proceder entre el PP y el PSOE. El sanchismo ya tendría todas las presidencias que la aritmética le permitiera, cediendo principios a socios como Podemos a cambio de conseguir el poder. El PP está protegiendo su ideología sin someter sus creencias a las exigencias de nadie», dicen.

PP y Vox rubricaron un acuerdo con figuras delimitadas. María Guardiola será la presidenta en la región y la formación de Santiago Abascal ostentará la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural. Los populares lo ven como un logro después de que también hubiesen reclamado la vicepresidencia y dos consejerías, según fuentes populares. Algo que, finalmente, no se ha entregado.

En cambio, los populares ceden a Vox el senador por designación autonómica que correspondía al PP. Los pactos también son limitados. Según anunció la propia Guardiola solo se pacta en lo que «une» a ambas formaciones. Se deja fuera las discrepancias. La más señalada es la violencia de género que, según la dirigente autonómica se ha quedado fuera del pacto. En Génova subrayan que «el pacto incluye de forma expresa la violencia machista». Los populares señalan esta lacra como «un problema real» que «hay que erradicar» y se comprometen a no dar «ni un paso atrás».

Así, en la dirección nacional del PP se muestran satisfechos con el pacto alcanzado al haber «garantizado un cambio de Gobierno» y lograr la Presidencia en «uno los feudos tradicionales del PSOE».

Ambos partidos pactan así una hoja de ruta conjunta «para poner fin a las políticas socialistas que han lastrado el desarrollo de Extremadura», señalan. Un acuerdo programático que incluye 60 medidas centradas en garantizar un gobierno del cambio «que reviertan las consecuencias de la inercia política del PSOE en los últimos años». Girarán en torno a «las prioridades de las familias extremeñas», «combatir el paro y la pobreza, la falta de oportunidades y la despoblación».

La defensa del pacto fue difícil, para la dirigente María Guardiola, que días antes había prometido no pactar con Vox. Puso por encima de su palabra, el «futuro de los extremeños». Justificó su pacto aunque reconoció que no iban a ser comprendida. «Soy consciente de que hay gente decepcionada. Lo asumo», dijo.