Opinión

La guerra fría del s. XXI

El objetivo último de Trump es, por tanto, China, pero para seguir manteniendo influencia en América latina y Europa

Washington (United States), 03/04/2025.- US President Donald Trump gestures as he departs the White House, in Washington, DC, USA, 03 April 2025. EFE/EPA/FRANCIS CHUNG / POOL
Donald TrumpFRANCIS CHUNG / POOLAgencia EFE

Si alguien cree que la guerra comercial va a terminar en los próximos días porque se iniciarán mesas de negociación con distintos países, debería saber que se equivoca. También cometen un error los que creen que Trump se mueve por impulsos y que el riesgo está en una manera errática de tomar decisiones.

En realidad, la imposición de aranceles es solo una de las batallas que se están librando simultáneamente y que forman parte de la misma guerra. Si en la segunda mitad del siglo XX, la tensión mundial provocada por la escalada entre EEUU y la URSS tenía como trasfondo razones políticas, la guerra fría del siglo XXI es entre China y EEUU y tiene como mar de fondo la hegemonía tecnológica y económica y la disputa por la recolonización del continente africano.

África es el único continente que queda por desarrollar y sus recursos minerales, su extensión territorial y una demanda de mil quinientos millones de seres humanos, son un mercado clave para el control geoeconómico del planeta.

El objetivo último de Trump es, por tanto, China, pero para seguir manteniendo influencia en América latina y Europa, necesita llegar a acuerdos y para eso necesitaba alguna carta de negociación.

Trump aprendió en el negocio del ladrillo y sus maneras son groseras y desafortunadas, pero la lectura que han hecho los inversores y especuladores financieros de su estrategia es esa. La única clave que hay que entender para analizar el comportamiento de las bolsas americanas y europeas.

El gobierno chino también tiene perfectamente claro lo que está ocurriendo, por eso mantiene el pulso y ha respondido con la inmediatez de quien esperaba lo que ha ocurrido con precisión milimétrica. Pero, para Trump esto es solo el principio de lo que ha de ocurrir. Si consigue resolver los problemas de deuda pública y de crecimiento, cuestión que no es nada sencilla, y controla los precios para que la FED no tenga que subir los tipos de interés, necesita que América latina y Europa sigan siendo clientes y que compren en mayor medida.

China está a punto de realizar el abordaje definitivo de tecnologías digitales, tanto de software como de dispositivos.

Habrá que estar atentos a La India. Se calcula que en 2050 será la segunda o tercera economía mundial, es ya líder tecnológico y dispone de banda suficiente para seguir creciendo e innovando.

En definitiva, Europa es la que sigue fuera de juego y la que debería diseñar estrategias de ataque y no tanto a la defensiva.