Inmigración

Jóvenes marroquíes se concentran en la frontera con Melilla en un intento de llegar a España

Usuarios de las redes se quejan de la mala imagen para su país que supone esta situación

Jóvenes marroquíes se concentran en la frontera con Melilla
Jóvenes marroquíes se concentran en la frontera con Melilla FP

La ciudad fronteriza de Beni Ansar, próxima a Melilla, se ha convertido en un escenario abierto para miles de menores e inmigrantes clandestinos que huyen de Marruecos, "empujados por el desempleo, la pobreza y la falta de perspectivas.

Calles, plazas e incluso azoteas sirven como refugio improvisado para quienes esperan la oportunidad de atravesar la frontera o embarcarse en la peligrosa travesía del Estrecho y el retorno de la Operación Paso del Estrecho", según denuncian usuarios marroquíes de las redes sociales.

A pesar de la imagen cotidiana de caos y descontrol, las fuerzas de seguridad marroquíes se mantienen en alerta permanente, pero sin un acompañamiento de medidas políticas y sociales estructurales. El gobierno marroquí se limita a respuestas puntuales e insuficientes que han demostrado su ineficacia, agregan.

Subrayan que "la estrategia puramente represiva no ha frenado el crecimiento del fenómeno, ni ha detenido el flujo humano procedente de regiones marginadas que carecen de las condiciones mínimas de vida digna. La responsabilidad política es evidente: incapacidad para ofrecer oportunidades reales a la juventud y para proteger a los menores de caer en las redes de la inmigración ilegal".

Consideran que Beni Ansar se consolida así como un epicentro permanente de tensión, mientras el gobierno se refugia en discursos vacíos y promesas incumplidas.