Tribunales

El juez del «caso Koldo» pide a Transportes la auditoría que señala a Ábalos

Requiere a Transportes saber quién elaboró el informe sobre los dos contratos con la empresa de la supuesta trama de comisiones

El exministro de Transportes José Luis Ábalos comparece durante la Comisión de Investigación sobre los contratos públicos realizados durante la pandemia del covid-19, en el Senado, a 6 de mayo de 2024, en Madrid (España). El exministro de Transportes llega hoy a la cámara alta para determinar si tenía o no conocimiento de la presunta corrupción en la compra de mascarillas de Koldo García. 06 MAYO 2024;MADRID;ÁBALOS;CASO KOLDO;COMPARECENCIA;PANDEMIA;COVID 19;SENADO Alejandro Martínez Vélez /...
Ábalos comparece en el Senado por el caso KoldoAlejandro Martínez VélezEuropa Press

El juez que instruye el «caso Koldo», Ismael Moreno, ha pedido en una nueva providencia al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que le haga llegar el contenido de la auditoría que fue encargada por el ahora ministro, Óscar Puente, a fin de tener todos los datos que obran de los expedientes de los dos contratos de compra de mascarillas que se adjudicaron a la empresa de la supuesta trama, Sociedad de Gestión y Apoyo a Empresas.

Ordena así el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional que le sea remitida una copia certificada del informe y, asimismo, pide que se identifiquen a los funcionarios del Ministerio que se encargaron de llevar a término la auditoría sobre las adjudicaciones a la mercantil vinculada a las comisiones ilegales que se investigan.

La auditoría relevó que el predecesor de Puente al frente de Transportes, José Luis Ábalos, firmó la orden de duplicar la cantidad de mascarillas en la primera compra a Soluciones de Gestión, con un margen de apenas 38 minutos.

El 20 de marzo de 2020, en los peores momentos de la Covid, el exministro Ábalos aumentó la cifra de estas medidas de protección de cuatro a ocho millones de unidades. Contradiciendo, con ello, la estimación entregada un día antes por técnicos –que había sido encargada– en la que se ponía la cifra de cuatro millones de unidades a la necesidad de mascarillas para los siguientes quince días.

Al día siguiente, el día 21, como recoge detalladamente el informe, se remitió a las 19:55 horas de la tarde la orden firmada por el entonces ministro Ábalos por la que se regulaba «la adquisición y distribución de un máximo de cuatro millones de mascarillas» por parte del departamento ministerial que dirigía.

Sin que hubiesen pasado 40 minutos, a las 20.33 horas, desde el mismo buzón se remite una nueva orden firmada por el exdirigente socialista que anulaba la anterior, y en la que «se regula la adquisición y distribución de un máximo de ocho millones de mascarillas» por parte de este Ministerio.

Otro de los imputados en el «caso Koldo», el que fuera subsecretario de Estado Jesús Manuel Gómez señaló a la entonces mano derecha de Ábalos, el asesor Koldo García, como el que puso sobre la mesa que la sociedad proveedora relacionada con las presuntas «mordidas» «suministraba ocho millones o nada».

El que era entonces número tres de Transportes entendió, tal y como refleja el informe, «que esta decisión venía avalada por el ministro pues, de hecho, la nueva orden para adquirir un máximo de 8 millones de mascarillas vino firmada por él».

La auditoría resuelve respecto a este extremo que «esta modificación en el objeto de la emergencia no se ajusta a los criterios exigibles en una tramitación de estas características» dado que se considera «no adecuadamente resuelta la justificación del alcance de la emergencia», en relación a la nueva cantidad a adquirir.

Dado que los contratos tramitados como de emergencia «debe limitarse a lo estrictamente indispensable en el ámbito objetivo y temporal para prevenir o remediar los daños derivados de la situación de emergencia».

Por lo que, ante este cambio con poca distancia temporal, en el informe se reprocha que «no parece justificarse que, habiéndose estimado una necesidad de 4 millones de mascarillas para los siguientes 15 días naturales», que era la duración inicial del estado de alarma, «solo 38 minutos se duplique tal estimación» en el número de unidades.

Respecto a la segunda adjudicación, se resuelve que «no consta el haberse hecho» la estimación de que fuera necesaria y no se previó «siquiera, como sí se hizo en la primera, una distribución posterior» entre los destinatarios «que al menos justificara dicho número».

Por tanto, con el escaso margen temporal entre las dos compras «pone en duda que se cumplieran los requisitos» legales, ya que «no se había materializado aún la distribución» del primer lote y, con ello, «no era posible determinar el número de unidades que seguiría siendo preciso para satisfacer la necesidad sobrevenida».

En otro punto el informe aborda lo que consideran un falta de control inicial en la gestión de las mascarillas y se recoge sobre el papel que desempeñó el entonces asesor, Koldo García, se señala que estuvo «dando instrucciones directas y a pie de pista a la empresa de distribución sobre el destino de las primeras mascarillas», función reservada al «órgano de contratación».

Él llevó 25.000 mascarillas al Ministerio y, luego, las retiró sin que quedase «constancia alguna» formal.