La emisora de televisión inglesa BBC es una de las escogidas por ETA para difundir este jueves el vídeo que, tal y como adelantó LA RAZÓN, grabó días pasados en Ginebra, bajo el amparo de la Fundación Henry Dunant, que colaboró con el Gobierno socialista en las negociaciones con la banda. Probablemente ya tenga el vídeo con la condición de no emitirlo hasta mañana. La cinta, en la que los pistoleros habían puesto grandes esperanzas para oficializar e internacionalizar su «disolución» será la antesala de los actos del día 4 en Bruselas.

Lo que pretendía ETA era que, además de la citada Fundación, aparecieran como avalistas los Gobiernos de Suiza y Noruega, lo que no ha logrado.

La escenografía se completaba con la presencia de varios miembros de la banda criminal que firmaban una especie de acta de desaparición de ETA en presencia de los «conflictólogos» de la Comisión Internacional de Verificación (CIV) que «corroboraban» que lo que se estaba firmando era cierto. Todo ello, en un ambiente de «solemnidad».

Al frente del CIV se encuentra Ram Manikkalingam, director del Dialogue Advisory Group y Profesor en la Universidad de Ámsterdam.

Toda esta solemnidad que se rompe en el mismo momento que alguien se pregunta cómo saben los de la Comisión Internacional de Verificación que lo que les cuentan los terroristas es cierto. Ellos firman y amén.

ETA y sus terminales mediáticos darán a partir de la difusión del vídeo la máxima publicidad con el fin de copar la actualidad de cara a los actos del día siguiente. Es lo mismo que ocurrió con el desarme; en abril del año pasado era total; después aparecieron más armas; el otro día entregaron 25 pistolas que se suponían perdidas... una auténtica demostración de descontrol. Y aun así faltan más de un centenar de armas que, según todos los indicios, están en manos de disidentes.

ETA, una vez más, quiere hacer las cosas a su manera; bajar el telón, pero dejando atrás lo que le convenga, entre ellos 300 crímenes sin esclarecer, y buscar un final con «empate», como si cuatro décadas de terrorismo y destrucción no hubieran sucedido tal y como lo cuentan las víctimas.

Se olvidan los pistoleros de que empezaron a matar para lograr una «república socialista marxista euskaldun (vascoparlante)» de la que habrían sido expulsadas las Fuerzas de Seguridad y los Ejércitos. De esto ni una palabra, aunque los disidentes sí lo tienen presente. En definitiva, según los expertos, nos enfrentamos a dos jornadas en las que ETA y sus terminales van a utilizar todo su poder mediático para hacernos creer lo que les conviene. Como dicen algunos «disidentes»: «Otegi ha diseñado una disolución a su medida e intereses».