Terrorismo yihadista

La célula yihadista de Tarrasa, desarticulada en 2015, quería reconquistar España

Según ha declarado un agente de los Mossos d’Esquadra infiltrado en el grupo terrorista durante seis meses

Los integrantes de la célula yihadista, desarticulada en 2015 en la operación Caronte, durante el juicio en la Audiencia Nacional/Efe
Los integrantes de la célula yihadista, desarticulada en 2015 en la operación Caronte, durante el juicio en la Audiencia Nacional/Efelarazon

Un mosso d'Esquadra infiltrado en la célula yihadista ubicada en Terrassa (Barcelona) desarticulada en 2015 ha declarado hoy en el juicio que sus miembros querían "hacer la guerra en España"para recuperar Al Andalus y "reconquistar la mezquita de Córdoba".

Este agente ha comparecido en la vista que celebra la Audiencia Nacional como testigo en su condición de agente encubierto durante los seis meses en los que estuvo infiltrado en la célula y ha precisado que esas ideas las transmitía en reuniones el presunto líder del grupo, Antonio S.M., un español converso al islam, uno de los diez acusados en este procedimiento.

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"Antonio estaba de acuerdo con la petición del Estado Islámico de ir a Siria a combatir o hacer daño en la tierra de cada uno y dijo que esta era la tierra de nuestros abuelos, Al Andalus y quería hacer algo aquí, es decir un atentado terrorista", ha destacado.

Según la Fiscalía, que pide penas de entre 7 y 19 años de prisión para los acusados, la célula pretendía cometer atentados contra lugares emblemáticos de Barcelona como el Parlament.

Ha recordado que se reunían con Antonio S.M. en las inmediaciones de la mezquita de Barberá del Vallés (Barcelona), ya que éste trabajaba en una peluquería de esta localidad.

Ha añadido que Antonio S.M. les dijo que ya había intentado incluso fabricar explosivos y les propuso cometer acciones terroristas en España, además de aprobar las decapitaciones y justificar acciones de Dáesh como la ejecución de un piloto jordano al que quemaron tras ser apresado en la zona de conflicto, en lo que estaban de acuerdo los demás participantes en los encuentros.

El agente encubierto ha explicado que se introdujo en el grupo entrando en contacto con sus integrantes en el entorno de la mezquita de Terrassa y que grabó con un dispositivo oculto en sus ropas conversaciones de los miembros de la célula en diversas reuniones.

Además, dijo que informaba periódicamente al instructor de los Mossos de sus averiguaciones en actas que redactaba en su domicilio.

Ha comentado que durante los seis meses en los que estuvo infiltrado requirió de la ayuda de dos personas de una unidad de apoyo del Cuerpo "para descargar la carga emocional de ver tantos vídeos de decapitaciones y acciones del Estado Islámico", que le permitían "un tiempo de relajación ante tanta contaminación"en función de cómo se sintiera de "estresado ante tanta violencia".

El testigo ha recordado un episodio que ocurrió el 7 de noviembre de 2014 en una reunión del grupo en la tienda del acusado Taofiq M. en Terrassa.

"Llegaron dos musulmanes de Mataró (Barcelona) y dijeron que el camino que estaban siguiendo los miembros de la célula no era el correcto y que les habían dicho que la Policía les estaban siguiendo y que en tres semanas podían acabar detenidos. En ese momento me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo porque yo estaba investigándoles", ha relatado.

A raíz de este incidente y de la detención de tres miembros del grupo en Bulgaria cuando supuestamente iban a la zona de conflicto a combatir con el Estado Islámico cesaron los encuentros, según el testigo, aunque se retomaron pasadas unas semanas liderados por Antonio S.M..