Navarra

Los acusados de Alsasua se enfrentan a penas de entre 12 y 62 años de cárcel

La Audiencia Nacional juzga a ocho jóvenes por lesiones y amenazas terroristas ocurridas en octubre de 2016.

Las agresiones se produjeron en el «Bar Koxka» de la localidad navarra de Alsasua cuando los agentes estaban con sus parejas
Las agresiones se produjeron en el «Bar Koxka» de la localidad navarra de Alsasua cuando los agentes estaban con sus parejaslarazon

La Audiencia Nacional juzga a ocho jóvenes por lesiones y amenazas terroristas ocurridas en octubre de 2016.

Los ocho jóvenes acusados de la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua (Navarra) en octubre de 2016 se sientan desde hoy en el banquillo de la Audiencia Nacional procesados por delitos de lesiones y amenazas terroristas por los que se enfrentan a penas de entre doce años y medio y 62 años y medio de prisión. El Ministerio Público, además, solicita al tribunal que indemnicen a los agentes y sus compañeras con 41.100 euros por las heridas, secuelas y daños morales ocasionados.

La vista oral –que se prolongará hasta el próximo día 27– se celebra después de que, el pasado junio, el Tribunal Supremo avalara que se juzgue a los acusados por delitos de terrorismo (y no por desórdenes públicos en un juzgado de Pamplona) al advertir indicios de que lo sucedido se enmarca en una campaña dirigida a «crear en los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y sus familias un estado de terror e inseguridad que los impulse a abandonar» la comunidad foral.

El fiscal José Perals solicita la pena más alta, 62 años y medio de cárcel, para Ohian Arnanz, a quien imputa cuatro delitos de lesiones terroristas y otro de amenazas. El resto de procesados, salvo Ainara Urquijo (para quien reclama doce años y medio de cárcel al no atribuirle ningún delito de lesiones) se enfrentan a una petición de condena de 50 años de prisión.

En su escrito de acusación provisonal, el representante del Ministerio Público relaciona la agresión con un «sentimiento de odio hacia la Guardia Civil» que dio lugar, a partir de 1999, a la campaña «Alde Hemendik!» (¡que se vayan!), asumida por ETA, para conseguir la expulsión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del País Vasco y Navarra. Una campaña que, precisa, tanto la banda terrorista como la izquierda abertzale mantienen pese al cese de la «actividad armada» anunciado por ETA en octubre de 2011. Muy al contrario, a partir de esa fecha se produce «un incremento de las acciones de protesta, presión y hostigamiento centrados en la Guardia Civil», sobre todo en los municipios navarros de Alsasua (donde cada año se celebra el «Ospan Eguna», Día de la Huida, impulsado por el movimiento «Ospa Mugimendua»), Leiza y Estella, entre otras.

Según el relato del fiscal, en la madrugada del 15 de octubre un teniente y un sargento de la Guardia Civil y sus respectivas parejas se encontraban en el bar Koxka de Alsasua, cuando fueron increpados por varios jóvenes, entre ellos los acusados Jokin Unamuno y Ohian Arnanz, quien se les acercó «con intención de provocar una agresión», empujando y gritando «iros de aquí que os vamos a matar por ser guardias civiles». El grupo que les rodeaba era cada vez mayor, superando las 25 personas, y se escucharon insultos («hijos de puta pikoletos», «cabrones txakurras»), produciéndose las primeras agresiones, «golpes y patadas» propinados supuestamente por los dos procesados citados y Joan Ander Cob, Julen Goicoechea y Adur Ramírez de Alda. Arnanz propinó un puñetazo por la espalda al teniente, que fue golpeado también por Ramírez de Alda.

Entre «continuas agresiones», los agentes y sus novias intentaron abandonar el local, sufriendo «empujones, patadas y puñetazos» pues los agresores formaron un pasillo para propinarles «todo tipo de golpes». Una vez fuera del local, el sargento intentó auxiliar a su compañero, siendo agredidos ambos «con gran violencia y brutalidad», entre otros por Unamuno, Cob y Goicoechea.

Como consecuencia de las agresiones sufridas, el teniente estuvo de baja 92 días y el sargento tardó en curar sus lesiones 53 días. Sus parejas estuvieron de baja dos meses y debido a su estado de ansiedad y de estrés postraumático precisaron de atención psicológica.