Opinión
¿Matalascañas?
Estamos en campaña y todo vale, o más bien, todo cuela, o no, porque en la Moncloa nadie le ha mandado una carta a Bruselas contando que Matalascañas esquilma más agua que los pozos ilegales.
Pedro Sánchez se plantó en Doñana para alertarnos del desastre dejando el ruido y la furia en el interior del Congreso. ¡Qué tío!, en el parque se respira mejor ambiente que sentado en el escaño, teniendo que aguantar las miradas de Irene Montero y su caterva de compañeros de Gobierno. Vamonos al Sur, donde brilla el sol y se masca la tragedia (otra vez) de Juan Espadas.
El presidente bajó a arrimar el hombro porque los malísimos de la Junta van a legalizar a los «megamalos» que cultivan frutos rojos y secan el acuífero. Es un campeón. En medio del campo, entre los pinares y arenas, su planta de machote de barrio arrasa alertando de las barbaridades que perpetran en Sevilla sus enemigos del PP, que ya tocan la trompeta del Apocalipsis en el coto.
Estamos en campaña y todo vale, o más bien, todo cuela, o no, porque en la Moncloa nadie le ha mandado una carta a Bruselas contando que Matalascañas esquilma más agua que los pozos ilegales.
¿Cómo, pero eso es posible? Claro, «mi arma», de dónde sale si no el agua con la que se ducha media Sevilla cuando llega el verano. Una cosa es meterse con los «terratenientes» y los «señoritos» que maltratan al «cortijo», y otra cargarle con el muerto a los vecinos de la famosa urbanización, cuyo suministro de agua depende de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y ésta del Gobierno central.
¡Qué mala suerte Pedro!, ya no puedes culpar a Juanma Moreno, tendrás que pensar algo más agudo para no perder en los ayuntamientos clave de Huelva que tienen la llave de la Diputación Provincial.
¿Pero esto no iba de salvar arbolitos y patos? No, verá: a Pedro Sánchez le importan tres pepinos de El Ejido dónde anida el águila o si allí pastan gamos y ciervos, lo que no va a permitir es que Espadas pierda el poder histórico de Huelva y se coman otro truño como en las anteriores andaluzas. No, hijo no.
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