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«Me enseñaron que mandar es servir»

Felipe VI dedica a Don Juan Carlos «el homenaje de gratitud y respeto que merece de todos nosotros» en su primer discurso de la Pascua Militar

Felipe VI, durante el discurso que pronunció en la Sala del Trono del Palacio Real donde tuvo lugar el acto al que asistieron representantes de las instituciones del Estado, los tres Ejércitos y la Guardia Civil.
Felipe VI, durante el discurso que pronunció en la Sala del Trono del Palacio Real donde tuvo lugar el acto al que asistieron representantes de las instituciones del Estado, los tres Ejércitos y la Guardia Civil.larazon

Felipe VI dedica a Don Juan Carlos «el homenaje de gratitud y respeto que merece de todos nosotros» en su primer discurso de la Pascua Militar

«Me presento ante vosotros con el orgullo de vestir el uniforme que os, y nos, identifica». Con estas palabras, Felipe VI se dirigía ayer a los efectivos de las Fuerzas Armadas en la celebración de su primera Pascua Militar como Rey y Mando Supremo de los dos Ejércitos y la Armada, algo por lo que aseguró sentir «honor y responsabilidad». Pese a ello, no dudó en reconocer que «mandar es servir». Don Felipe no sólo se estrenaba en este acto que marca el comienzo del año castrense, sino que también recuperó el formato tradicional y los pasos que en anteriores ediciones se habían suprimido o reducido por el estado de salud de su padre. A él, al Rey Don Juan Carlos, quien prefirió no acudir al Palacio Real para no quitar el más mínimo protagonismo a su hijo, le dedicó el «homenaje de gratitud y respeto que merece de todos nosotros».

Eran las 12:00 horas y el sol brillaba en una fría mañana en Madrid. A la plaza de la Armería llegaban Felipe VI y Doña Letizia, y allí les aguardaban el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el ministro de Defensa, Pedro Morenés; el del Interior, Jorge Fernández, el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Fernando García Sánchez y el Jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey, vicealmirante Juan Ruiz Casas.

Ante la mirada de numerosos ciudadanos que pudieron acceder al patio, la agrupación mixta de la Guardia Real rindió honores al Monarca, con el himno nacional en su versión larga y salva de 21 cañonazos, como corresponde al titular de la Corona, quien acto seguido pasó revista a la formación antes de llevarse a cabo el besamanos a los asistentes al acto.

Ya en el salón del Trono, Don Felipe impuso 19 condecoraciones a diferentes miembros de las comisiones militares presentes en la celebración.

En su discurso, el Rey hizo referencia a su formación militar en las academias de Zaragoza (Tierra), Marín (Armada) y San Javier (Aire) hace 30 años. De esa época dijo recordar «como muchos bien me enseñaron, algunos aquí presentes, que mandar es servir. Y no habrá día en el que deje de recordar este principio, ni deje de sentir una inmensa gratitud y admiración hacia los hombres y mujeres que eligen servir a su Patria, a sus conciudadanos, con la exigencia, dureza y austeridad de la vida militar».

Con sus palabras hizo un rápido repaso a la evolución de las Fuerzas Armadas, las alianzas internacionales, las misiones en el exterior o su modernización, «retos que han sido superados con brillantez». Por eso, ahora, «podemos sentirnos orgullosos de disponer de unas Fuerzas Armadas modernas y equilibradas».

Pero en este día tan señalado no quiso olvidarse de su padre, el Rey Juan Carlos. A él, al capitán general en la reserva, le dedicó en esta Pascua Militar «el homenaje de gratitud y respeto que merece de todos nosotros». Y destacó que durante sus «casi cuatro décadas de reinado como Mando Supremo de las Fuerzas Armadas ha vivido con intensidad la extraordinaria transformación de la Institución Militar, siempre con el objetivo de prestar el mejor servicio a España».

Habló de esa transformación y de la nueva organización de las Fuerzas Armadas, de la importancia de «la racionalización de las estructuras y la simplificación de la organización» para «alcanzar el objetivo de ser cada vez más capaces y eficientes». También hizo referencia a las misiones en el exterior en las que participan los militares y guardias civiles, las cuales «hacen que la sociedad española aprecie profundamente a la Institución Militar».

«Dedicación y compromiso»

Les consideró «un instrumento de la política exterior de España», lo que «os ha hecho acreedores del respeto y reconocimiento no sólo de los españoles, sino también de nuestros socios y aliados». En este punto, recordó que este año España es miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y que las organizaciones internacionales «conocen vuestra dedicación y compromiso y valoran vuestra actuación eficaz y enérgica». Así que instó a los uniformados a «continuar por esa senda que permitía adaptar y preparar nuestras unidades a los nuevos escenarios en los que las amenazas, no siempre predecibles, pueden trascender del tradicional escenario físico a otros más complejos, como el ciberespacio», porque también afectan a «intereses que atañen a nuestra seguridad, al bienestar, al progreso y a la prosperidad de nuestra sociedad».

Por todo ello, concluyó pidiendo a los militares «seguir trabajando con la misma abnegación, disciplina y lealtad por nuestra gran nación».